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REPECKA NATALIA

Bienvenida al  1er. Consejo Juvenil Internacional de Semillas de Juventud Siglo XXI
 
Contigo marchan las musas inspirando tus sentimientos y con ellas debes transitar el sendero de la Poesía y de las Bellas Artes. Te acompañaremos con nuestros propios sueños haciéndolos realidad para que seas la heredera del incalculable legado de  PAZ Y ARMONIA que debemos dejarle a la humanidad. Con afecto y admiración poética, Joseph Berolo , Araceli Alonso
 
 

Ojos Ciegos
 

Mirando por mi ventana
descubrí un débil reflejo...
con ojos ausentes volaba
por la tristeza de allá a lo lejos.
 
Oculta en la oscuridad
descubrí nuevas lágrimas,
gritos de soledad
que los generan almas.
 
"Todo puede mejorar"
repiten muchos sin tener idea,
no ven que allí se matan
sin importar de qué sangre sean.
 
Sería ridículo creer
que nunca nadie volvería
 a contar por qué  luchaban
en aquella guerra fría.
 
No logran mirarse a los ojos
y descubrir esa tristeza
que opaca la felicidad
que oculta su belleza.

BIOGRAFÍA
 
Natalia Yamila Repecka
Argentina, nacida en Capital Federal el 1 de Septiembre de 1999 (17 años). Estudiante de nivel secundario, cursa actualmente 6to año, en el colegio San Cayetano de Villa Adelina. 
Desde pequeña amante de la lectura juvenil y artes visuales como el dibujo y el cine. con mayor interés en la poesía visual, lírica y contemporánea, lo que le permitió participar actualmente en distintos certámenes literarios. 
Crítica de sus propios trabajos con deseos de crecer en cada uno.  En su tiempo libres se dedica al ballet, el canto, a tocar el ukelele Y a buscar constantemente nuevos títulos y autores para leer y aprender de ellos.

 

Email

tmtommarello@yahoo.com.ar

 

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Colores solitarios
 
Regálame una flor
que crezca entre las oscuras hierbas
que destaque su color
rosa o blanca
entre la niebla
la que quieras, la que elijas
todas son bellas.
 
Regalos de la tierra
con aroma de leyendas,
mitos e historias
de pinceladas sin dolor,
bríndame su color
ante el suave brillo de la aurora
como si fuera una desteñida
paleta de luces encendidas.
 
Las cortamos porque nos gustan,
para sus colores combinar
en una fría acuarela
con la cual poder pintar,
donde en una noche triste de invierno
la luna las ha de cuidar
para no perder su brillo
hasta que la primavera las vuelva a amar.
 
* Ilustración de Natalia 


Todo texto subrayado es vínculo al tema de su denominación

Natalia Repecka

Derechos de Autor protegidos por estatutos y registros editoriales internacionales. ©®

Intruso

 

Cómo convencería a aquella brisa
que ya no era dueña de mis melodías,
cómo convencería a aquel mar
que ya no estaba a mis pies
que una mañana corriente
mi corazón le entregué.
 
Cómo convencería a aquella arena
de que mi mirada no era suya,
cómo le suplicaría al sol
con su color anaranjado
que un día su brillo de mi vista
me habían arrebatado.
 
Cómo convencería a aquel lugar
del cual yo debía alejarme,
que me dañaba internamente,
de mis sueños se adueñaba,
me hacia fuerte
pero a la vez me destrozaba.

 


Cómo convencería a mí ser,
a aquella sombra que me sigue,
a aquellos reflejos en las olas,
a aquel que me mire
de que una corazonada
me había dejado allí.
 
Cómo convencería a la luna
que nacía del mar cada noche
que yo ahí era una intrusa
de aquellas que espían
del cielo las luces
sin reproche.
 
Cómo dejaría aquel lugar
cómo abandonaría mis sueños,
cómo pensaría con claridad,
cómo soltaría el duelo,
cómo creería poder
convencerlo.

 

Natalia Yamila Repecka

Soledad
 
 
El oscuro de la noche
se veía sin vida.
¿Por qué atraía mi alma
con esa triste bienvenida?
 
Color a rosas secas
como si las hubieran arrancado.
¿Por qué mi alma me llevaba
a donde la penumbra ya había llegado?
 
El crudo grito de la soledad
llegaba a mis oídos entre cortes de dolor
desgarran mi alma en pedazos
con un grito desgarrador.
 
El sabor de la angustia
aparecía sin razón
arrebatándome el último soplo
de mi pobre corazón.

Desierto

 

Pequeñas gotas de soledad
le sobran a esta gran masa de arena,
color naranja el cielo,
color oro el velo
que con su suave tela recubre
el viento que lleva los sueños,
los sueños de aves chillonas
que cantan y vuelan alegres
en este cielo anaranjado
buscan pasto verde.