Disertación sobre "La Creación Artística desde la ética del autor" pronunciada en el Departamento de LACC de FIU -- Florida Internacional University, Miami, Fl. EE.UU. Edición Especial de Ave Viajera.

El arte está especificado por un objeto que es la obra encerrada en un género, un estilo, una estructura prevista, que no garantiza la belleza.
Es la poesía la que infunde al objeto un movimiento de infinitud que procede de la intuición creadora libre....

Arcanos y Reflexiones
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VIENE DE AL EDICION DE AGOSTO. II PARTE



I. El Sujeto Creador

El artista crea cuando su alma se encuentra en estado de inspiración, y deja de lado la reflexión.

Crea porque tiene conocimiento de sí, es en el acto creador ser en sí y ser para sí.

Crea desde lo sensible, crea imágenes apasionadas destinadas a representar ideas, a develar la verdad en una forma sensible.

Crea desde su intuición, como relación directa con el objeto

Creación artística que en Kant es el conocimiento mediante el cual el espíritu creador se conoce a si mismo o es.

Su finalidad es la expresión de las ideas, los sentimientos, las pasiones, los estados de ánimo que le suceden en el acto creativo.

El arte lo lleva al perfeccionamiento moral, se dirige al sentido de lo bello, imagen visible de la armonía de los seres y de su manifestación, de la esencia y de la forma, del bien y de la felicidad.

Lo bello es la esencia realizada, al decir de Kant el libre juego de la imaginación que se da en el juicio estético.

Porque en el análisis de la facultad de conocer, el objeto no existe mas que relativamente al sujeto y al sentimiento de placer que este siente.

La concepción estética comienza con la belleza del orden y regularidad de la naturaleza.

La Vida es naturalmente bella, solo que necesita una inteligencia que la perciba y la contemple.

Aparece en la naturaleza una armonía interior, manifestada en la pura contemplación a traves de la sensibilidad como belleza natural.

La belleza de la naturaleza es la forma misma de la materia, es bella en su conjunto, pero como símbolo de los sentimientos del alma por ellos despertados y excitados.

La belleza física es un reflejo de la belleza moral, por la correspondencia de la idea y la forma.

En la naturaleza lo bello está relacionado con la cualidad humana, aquello que simboliza coraje, fuerza, astucia o bondad.



II. La obra de arte.



El arte está especificado por un objeto que es la obra encerrada en un género, un estilo, una estructura prevista, que no garantiza la belleza.

Es la poesía la que infunde al objeto un movimiento de infinitud que procede de la intuición creadora libre.

Ninguna existencia real expresa lo ideal como lo expresa el arte.

En la concepción de Heidegger, la esencia del arte es la poesía, y se origina en el habla, que se entiende no solo como instrumento de comunicación, sino como expresión de estos sentimientos que se patentizan en la obra de arte.

La verdad como alumbramiento y ocultación del ente acontece al poetizar.

La obra de arte es creación, la creación es la verdad, la verdad es poesía y la poesía es la verdad.

El arte revela la verdad de los entes. Revela un ente individual y concreto.

El artista podría recoger en cualquier parte del mundo las mejores formas y reunirlas, o elegir fisonomías y situaciones, pero esto no es nada.

El artista debe ser creador, y con el trabajo de su propia imaginación, con el discernimiento de las formas verdaderas, sentido profundo y viva sensibilidad realizar en un solo trazo la idea que le anima y le inspira.

La intuición creadora define al artista. Decía San Agustín, que el artista atiende a su intuición creadora y haga lo que quiera.

¿Pero se revela el ente a si mismo o lo revela el artista.?

Hay aquí una disyuntiva. Platón citando a Hesíodo y Homero piensa que el arte revela conocimiento verdadero.

El artista revela, pero la obra llega a poseer una entidad particular que puede revelarse a sí mismo y revelar al observador la belleza.

Hay un revelar que parte de la sensibilidad y de la conciencia moral del artista, y hay un revelar que surge de la obra en sí misma, que luego de creada asume individualidad, particularidades que la hacen propia e independiente.

El arte es también consecuencia de la conciencia humana. Solo hay conciencia en cuanto existe la posibilidad del habla y por lo tanto de crear el lenguaje.

Funcionalmente el habla y el lenguaje son lo mismo que la conciencia.

De este se puede concluir que hay en el arte una conciencia ética, un decir y hacer proveniente de aquello que vale interiormente para el artista.



El resultado de la creación del artista, es la obra de arte. Que además de un símbolo significativo es un objeto único e inédito, que comunica emociones y se significa a sí mismo.

En principio cumple la función de irradiar belleza, concreción de la idea del artista, pero inseparable de la forma.

La idea se amalgama con la forma para constituir un objeto bello, aunque es la idea la esencia de la existencia, y la que en armoniosa unidad logra el conjunto universal que se desarrolla eternamente en la naturaleza y en el mundo moral o del espíritu.

En la idea está el germen de la belleza, puesto que todo lo que existe es verdad en cuanto es idea en estado de existencia.

Belleza y verdad se identifican en la creación artística, puesto que lo verdadero es la idea considerada en si misma y lo bello es la manifestación sensible de la idea que aparece en la realidad concreta.

La sola forma sensible no es nada sin la idea, en esta unión aparece lo bello.

El objeto bello se realiza con su propia idea en su propia existencia y el ser del sujeto percibe y observa estos fenómenos.

En el objeto toma conciencia de la unidad de la idea y su realidad.

Contempla lo bello mientras el objeto conserva su existencia libre.

Pero hay un acto conciente en la creación y actos inconscientes en la misma.

Hay aspectos de la inspiración que pertenecen a aquello que el artista ignora. No sabe porque crea, ni lo que crea.

Escapa a su interpretación el alcance de su obra.

En el mito griego, el poeta como modelo de artista, era un tímido pastor, que no podía con su cobardía.

Incapaz de sacar a la luz sus inspiraciones, hasta que una musa, una mujer que lo fascinaba, curaba su cobardía, le daba inspiración y lograba que desde lo más profundo de su alma plasmara su obra.

Es una percepción insensible, que no va acompañada del conocimiento ni de la reflexión, como impresiones de los cuerpos que nos circundan y que envuelven el infinito y dejan en nosotros su marca.

La mayoría de los procesos psíquicos son en si mismos inconscientes, y aportan y coadyuvan a las creaciones culturales, artísticas y sociales del espíritu humano.









Continuará.



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