ANGUSTIA EXISTENCIAL
El peso de
la incertidumbre
Joseph Berolo. Washington Enero 20, 2017 Sobre
la blanca nieve del temible invierno corre el porvenir del universo
entero y en el gélido aire del infinito yermo cruzan sombras de siniestros tiempos.
Alli donde la voz del pueblo fuera biblia se inaugura el miedo al mismo miedo-, crece omnipotente en la espesura de una mente que desata
los infiernos.
Allí donde posara la confianza en la Verdad don
Dinero se corona poderoso Dios. "Algo de nosotros se ocultó
dejándonos débiles* y la democracia suspira
encadenada.
"Dios Salve a America" Amurallada la proyecta
un hombre impredecible y en el inmenso mar de las discordias solo queda la Estatua aún erguida en la distancia.
9/11 Manhattan, Nueva York "La humanidad entera entre cadenas gime" Himno Nacional de Colombia, castigada
por siglos de indolencia y de maltrato del hombre por el hombre. ¿A quién culpar? A nosotros mismos. Somos los
generales, las tropas, las víctimas, los victimarios, los protagonistas, malos y buenos de nuestros propios conflictos.
No somos razas, credos ni nacionalidades diversas. Somos venganza, retaliación, amor, odio, disidencia, favoritismo,
concubinato, despojo, somos una monstruosa policromía de opiniones encontradas. Somos carne de cañón
y blanco del despotismo en un polígono sin fronteras. Somos nuestros propios enemigos. Solo nos queda orar y perdonar,
sin olvidar. Dios escucha. Nadie humano sabe hacerlo. Oremos sobr los despojos de tantos seres inocentes inmolados en Manhattan, Washington, Colombia Irlanda, Israel, Palestina,
Irán, Iraq, Syria. Hoy, sobre la realidad del gigante caído en un instante de locura y fanatismo, tenemos que
buscar la Paz antes que el terrorismo la destruya. Neoyorquino
fui... ¡ Soy neoyorquino...! un mundo de quimeras, el flaco callejón de Wall Street, la danza
de millones en sus torres de marfil, el bullicio de Canal, los bazares de Delancey, los laberintos de Pine, el camposanto de Trinity Church de piedras negras y musgosas el "
lunch" casero en una banca verde sobre el horno de un andén en Battery Park, el escape
semanal a Staten Island en un gran barco rojo... y la Estatua, siempre la Estatua. Y
fue el verano. Y el invierno. Y fue la primavera y fue el otoño. Y es de nuevo, ¡
El Invierno! Joseph Berolo 11.35 a.m
Marzo 18, 2002 Ante las Torres vencidas
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