Fiel
a la enseñanza de sus ancestros, Hernando recuerda y aplica uno de sus más sabios preceptos: "Sembrar
un árbol, tener un hijo y escribir un libro". Filósofo con fe de campesino, el sueño de salvar el
hábitat humano de sus depredadores, lo hace ser hermano del búho y pariente de la lechuza, "que para Dios
todos somos iguales y gozamos de los mismos derechos".
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VIVENCIAS PARA EL RECUERDO...
Existe la creencia de que, si alguien trata el tema de la historia, no es
parcial ni verídico en el tratamiento de la realidad de otros tiempos. No faltan quienes opinan que se tergiversan
y hasta se ridiculizan las costumbres. Es posible que eso ocurra cuando el escritor no las vivió o nos las escuchó
directamente de sus ancestros. Sin embargo, quienes vivimos y adquirimos directamente esas experiencias, incluso fuimos parte
de su desarrollo, podemos registrar con gran veracidad los fundamentos sociales y cristianos que nos hicieron mejores seres,
no inferiores al ejemplo de honradez y responsabilidad de nuestros antepasados.
Desde que
Dios creó al mundo, aun dándonos todo lo que necesitábamos, el hombre siempre tuvo que inventar y reinventar
algo, reingeniería, lo llamamos. Aun así,
el pasado sigue siendo la base de todo lo presente y es en base a ese pasado, y a través de la historia de diferentes
generaciones, que se construye el pedestal sobre el que se alza el presente. Aprender de esas experiencias y proyectarlas
es esencial siempre y cuando se haga, respetando los principios fundamentales de supervivencia para nuestro planeta tierra,
como única fórmula para mantener una calidad de vida aceptable en nuestra casa mayor. Al
tratar de reconstruir mis memorias del pasado, me anima saber que puedo, mediante una buena dosis de romántico ensueño,
cantarle en prosa a mi pueblo natal con voz nacida de lo más íntimo de mi esencia, lo que representa el grato
recuerdo de mi hogar, mi pueblo, mi gente, y esos paisajes que, como si fueran en video, se proyectan en mi mente recreando
valles y montañas, fuentes hídricas, la flora y la fauna, parajes colmados de amor, sin tanto egoísmo
y con mayor respeto por la honra y bienes de los demás. Qué alegría ocupar mi mente recordando el pasado con aquellas
vivencias de niño inocente, que no desaparecerán cuando sea llamado al Reino de Dios, sino que perdurarán
en la eternidad donde, estoy seguro, hay habrá menos estrés del que padecemos en este mundo terrenal. Sé
también que habrá mayores oportunidades para continuar con nuestras tertulias que tanto me han enriquecido en
compañía de amigos verdaderos. Dar a conocer el pasado, o al menos algo de él, es obligación de quienes tienen
el poder para dirigir nuestra nación, tanto en el ámbito departamental, regional y municipal, urbano y rural,
siempre y cuando sean honrados consigo mismos y con los demás, para combatir la indiferencia, ese mal que nos aleja
de la realidad convirtiendo a los pueblos en víctimas de la corrupción generalizada.
Hernando
Castro Conta
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Preámbulo. Antes de entrar en materia, hagamos unas sencillas consideraciones sobre la historia de la humanidad. Es
que se nos escapa a diario, casi sin darnos cuenta, que hemos venido al mundo para trazarnos retos si es que deseamos surgir
en los diferentes campos donde debemos desempeñarnos. Hacerlo, se convierte en un desafío profesional
para poder salir del anonimato en que vive mucha gente, la mayoría porque sencillamente son pasivos y desperdician
el tiempo, a sabiendas que el tiempo que se va no vuelve y si vuelve no es el mismo, nos enseñaban nuestros
abuelos. Quienes iniciamos nuestra educación
capacitación a principios del Siglo XX, con pizarra, jis, ábaco, almohadilla de trapo, y el Libro Primero de
la "Alegría de Leer" de Evangelista Quintana, como únicos elementos, que portábamos en nuestra
taleguilla elaborada en fique, trabajadas por artesanas, para asistir a la escuela pública en el municipio de Garzón,
nos enorgullece haber podido alcanzar la mayoría de nuestras metas personales y profesionales. De acuerdo, ya en el
ocaso de mi vida, considero mi deber dejar un legado cultural que perpetúe aquella bella época guiada
por maestros que, en su mayoría carecían de conocimientos pedagógica, no inculcaron que "la letra
con sangre entra" frase que jamás olvidé, ilustrada en Alegría de Leer. con el
dibujo de un maestro castigando a su alumno con un escobero. Un
momento de reflexión me llevó a encontrarme con mis ancestros en lo referente a las luchas que debía
cumplir todo ser humano, cuando decían: "Que la misión del hombre en la tierra, era tener un hijo, sembrar
un árbol y escribir un libro"; al tener los dos primeros cumplidos con lujo de detalle, considero que es mi obligación
social con las nuevas generaciones, dejarles un legado como historia del pasado, para que la aprendan y sepan
que puede ser parte del progreso de los pueblos. Luego
de capotear en varios ruedos del mundo educativo, la primaria, el bachillerato y una carrera universitaria, en lo político,
social, cultural, gremial, económico y de la comunicación social, me interrogué un buen día, si
era capaz de desenvolverme en el mundo de las letras, después de dirigir por más de una década la ‘Tertulia
Taller< Acorpolista' y el encuentro mensual con poetas y escritores de diferentes Organizaciones Culturales de Bogotá. Debo confesar que no
nada hay más placentero para mí, que escuchar a sus miembros y aprender de ellos saboreando
el difícil arte de manejar el idioma, y de paso disfrutar de un buen vino , o de una un buen café
colombiano, Igualmente, es un verdadero placer, sentarme en mi estudio y tener un feliz encuentro con mi computador,
-antes frente a mi vieja máquina de escribir-, conectarme con el mundo del conocimiento y luego, entrar a crear
sitios mágicos, espectaculares narrando historias, adornadas de leyendas acompañado de las musas para
que me aconsejen cuál es la mejor forma de ambientar un tema para que sea agradable y placentero para mis lectores.
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Garzón patria chica donde
aprendí a valorar mis sueños de familia y respeto por la naturaleza, el medio ambiente y lo que nos rodea como
obra de la Creación.
Es mi deseo contar esas historias agradables cuando mi patria chica, empezaba su vida municipal y se carecía
de alcantarillado, la luz eléctrica llegaba únicamente durante la noche, las calles estaban sin pavimentar,
los vehículos automotores eran escaso los servicios de salud deficientes, y culturalmente todo estaba por hacerse.
A pesar de tantas necesidades nunca nos sentimos incapaces para realizar los quehaceres diarios y solucionar las insuficiencias
que iban surgiendo, siempre valiéndonos de los medios disponibles y el ingenio de cada uno de nosotros para resolver
todos los problemas. Al escribir estas
reminiscencias encontré la necesidad de incluir algunas críticas constructivas, con el deseo de aportar mi
granito de arena, para que el ingenio de las nuevas generaciones, aflore y se enfoque e imite lo bueno de las organizaciones
sociales , para así emprender cruzadas que den conocer las costumbres y la cultura de nuestro pueblo ansioso por
mostrar y brindar su riqueza educativa, social y turística digna de los visitantes de la Capital Diocesana y Centro
Vial del Departamento del Huila. Garzón necesita
líderes, libres de compromisos políticos y religiosos y de personas dispuestas a proyectar hacia el futuro esta
ciudad pujante, donde la transparencia de la actividad municipal, garantice que culturalmente está en condiciones de
avanzar hacia el mundo moderno, con la dedicación, trabajo y apoyo de los residentes que quieren vivir de acuerdo a
las épocas actuales. Las veedurías ciudadanas
son indispensables para la ejecución de obras de trascendencia; en muchas ocasiones no marchamos hacia la modernidad
debido a la pasividad que nos caracteriza. Es hora de tomar una buena dosis de energía positiva, aportando ideas,
pagando impuestos y exigiendo que nuestros aportes al municipio, sean utilizados obras para el bien común. La experiencia
nos enseña que todo lo que se haga tendiente al desarrollo y solución de problemas de primera necesida, merece
un seguimiento para que las autoridades de turno generen los cambios y el progreso que nos merecemos.
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Cierto día, una perra vagabunda
que hacía parte de una familia de habitantes de la calle, harta de vivir en medio del vicio de la droga, consumiendo
bazuco, marihuana y bóxer, padeciendo embarazos no deseados causados por perros de su misma clase, resolvió
cambiar el rumbo de su vida liberándose de ese medio lleno de violencia, enfermedades y escándalos.
Cómo era Garzón en mi niñez .
Cuando, empecé a comprender el concepto de
territorialidad, me correspondió ver un caserío bastante primitivo, pero ensoñador como ninguno. Esto
no quiere decir que, por su escaso desarrollo, no tuviera su hechizo, que aún enamora y hace que su gente
quiera ser responsable de su progreso, político y económico, que los lleve a rubricar las páginas
de admirable historia--Se trataba de un simpático pueblo de gente afable, sencilla
y sincera, con un área urbana pequeña y un ambiente reposado, donde sólo se respiraba tranquilidad, que
se podía apreciar en los rostros de sus habitantes, quienes, con su actitud, daban a entender que su terruño
era un refugio de paz, un paraíso donde todos se comportaban como verdaderos hermanos y sabían darle gracias
al Creador por esos bienes. Conocedores
de su historia territorial, inicialmente la Jagua, un asentamiento con pretensión de convertirse en municipio, luego
de las gestiones de personas influyentes con capacidad económica, que consiguieron mediante la donación de tierras,
que Don Vicente Manrique, fundara el municipio de Garzón, el 17 de enero de 1783. Desde aquella inolvidable fecha,
sus habitantes han sabido conformar una comunidad plena de confianza en si mismos, actitud que los ha hecho mejores seres humanos útiles a la sociedad en la que han sembrado sus sentimientos
de amistad, entendimiento y reciprocidad. La vida en mi niñez era totalmente sosegada en atención a que cuando un pueblo
está en formación, las necesidades primarias son satisfechas con demasiada facilidad; lo que se
produce es suficiente para la demanda, alcanzaba para todos, y por tratarse de una comunidad pequeña, su fortaleza
estaba en la unión, el respeto mutuo y la solidaridad-
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La vida apacible del pueblo
también se fundamentaba en su ritmo lento y sin apuros; toda actividad era sencilla, sin complicaciones; se respiraba
un ambiente de cercanía y propiedad en el desarrollo de lo cotidiano; nada generaba peligro de movilidad dado que era
pocos los vehículos automotores, que solo dejaban una nube de polvo, La pavimentación de las calles llegaría
muchos años después. La polvareda era entonces una incomodidad pasajera que hacía parte de lo rutinario.
Cuando
amanecía, se abrían las puertas de las residencias de par en par, sin temor a que alguien amigo de lo ajeno
aparecerá de repente. El sol llegaba a todos los rincones de los hogares y la temperatura hogareña era
saludable para todos sus habitantes. Qué felicidad es poder contar estas vivencias sentidas en mi propio hogar y por
esas callejuelas de mis andares de niño que me marcaron para siempre y que seguramente no se repetirán.
Como
las comunidades por aquellos tiempos eran reducidas, todos sus miembros se conocían y apoyaban para cuidar sus pertenencias.
La honradez era sagrada, un desliz por insignificante que fuera de algún miembro d, se convertía en un desprestigio
para sus padres y demás familiares; por consiguiente, la rectitud constituía un sello de garantía para
mantener el prestigio personal y crédito abierto bien merecidos.
La palabra
era una escritura, un cheque al portador, un negocio se pactaba y se respetaba como algo sagrado. Era la esencia de una generación
responsable cuya norma era cumplir a cabalidad sus compromisos, sin necesidad de firmar documentos, ni autenticaciones ni
era indispensable un fiador o codeudor. Cuando una sociedad respira ese aire de confianza en los demás, es señal
inequívoca que r impera la amistad, la familiaridad y la certeza para mantener una economía digna de imitar.
Un terreno abonado así, es adaptable al desarrollo estable de una sociedad pujante, fortalecida por la intimidad y
el respeto mutuo, libre de corrupción. Recordar cómo era Garzón, es conocer a fondo
el significado de una vida amable y modesta en paz y armonía absoluta, sin el estrés que hoy se padece por la
competencia de cada cual por conseguir más de lo que tiene el vecino, rivalizando por ser superiores, con egoísmo
y la envidia que aplasta toda buena voluntad que se tenga de sana convivencia, acabando de un tajo el sentido de la amistad
y la sana convivencia.
Cuando reflexionamos sobre el pasado se concluye,
que se disfrutaba mejor la vida con lo poco que teníamos. Causa nostalgia pensar que ya no existe el encanto de esos
tiempos, tan necesario para ser feliz, para que la vida sigua adelante. Tristemente, poco a poco, nos fuimos convirtiendo
en esclavos de un sociedad de consumo, generando la idea que lo material es la base de la existencia,
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Rutinas comunitarias En Garzón, el nuevo día
de trabajo comenzaba muy temprano porque la gente se acostaba muy temprano; Ya a las cinco o seis de la tarde habían
cenado, luego tomarían la merienda que consistía en chocolate y pan, y como no había ninguna distracción
especial como la radio o la televisión, se colocaban asientos en los corredor de las casas y se iniciaba una tertulia
conformada por los vecinos de las residencias de los lados, mientras los niños jugaban en la calle hasta que el cansancio
los conducía a la camita. Los
adultos, mientras tanto, departían alegremente en animada francachela, que envidiaban la luna y las estrellas, lamentando
la distancia para ellas hacer lo propio; cuando la noche refrescaba el ambiente, el sueño de los contertulios se hacía
presente, siendo esta la disculpa para desearse feliz noche con la firme intención de continuar la sesión la
noche siguiente y redondear los temas que los distraían. A partir de ese momento no quedaba más que hacer sino
refugiarse bajo las cobijas, Las consecuencias se veían algún tiempo después cuando la población
aumentaba. Cuando el alba anunciaba la llegada del
nuevo día y una nueva jornada. los gallos con sus estruendosos aleteos y estridente canto, y las aves con sus alegres
trinos, anunciaban que era hora de abandonar el lecho y celebrar un nuevo amanecer.
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Pese a ser tierra caliente,
las mañanas eran muy frías y la cocina era el espacio entrar en acción, prendiendo la leña
en el fogón lo que era todo un ritual; una vez se calentaba la leña y se producía la llama necesaria
para la cocción se preparaba una olletada de aromático café, luego el desayuno, bastante complicado
, dependiendo de los gustos gastronómicos de cada hogar, unos chocolate con pan recién amasado, para otros
la arepa de maíz era primordial, los más exigentes carne de res o cerdo a la brasa, chunchullo o hígado,
adicionándole plátano asado o arepa de maíz. La mayoría no rebajaban una c changua criolla con
huevos y tostada de trigo; y de jugo, de naranja, todo un manjar cuando se le agregaba un huevo crudo como complemento alimenticio. El ambiente para entonces era bastante pesado, porque la leña
prendida producía mucho humo y se enrarecía el espacio del poblado de un color gris, causado por la humareda,
Ya de día, los lugareños habían asistido a la misa del alba, celebrada a las cinco de la mañana.
Después de encomendarse a Dios, cada quien se dirigía a su lugar de trabajo a ganarse el pan con el sudor de
su frente, tal como Cristo nos enseñó.
Las Oficinas Públicas se abrían
a las 9 de la mañana para atender a los ciudadanos que acudían a pagar sus obligaciones, como pago de impuesto,
poner alguna querella, o hacer algún requerimiento a las autoridades. El comercio era incipiente pero siempre dispuesto
a satisfacer las necesidades de sus clientes; las mayores transacciones comerciales se producían el día sábado,
destinado para el mercado mayor; el domingo también había movimiento comercial en razón a que los campesinos
asistían a las diversas misas que se celebraban desde el amanecer para luego hacer sus compras de de primera necesidad
en los graneros y almacenes de miscelánea, antes de regresar a sus parcelas.
El municipio
contaba con los servicios bancarios del Banco de Bogotá, (hoy existe en el mismo lugar que ocupaba en esos tiempos,
que manejaba las cuentas de los comerciantes, y la Caja Colombiana de Ahorros que funcionó en la carrera novena con
calle séptima esquina, en el mismo inmueble donde posteriormente funcionó el Banco Cafetero, hasta que se trasladó
al moderno edificio donde hoy funciona. a Caja Colombiana de Ahorros era la encargada de fomentar el ahorro de los
ciudadanos y como un servicio especial para los campesinos, tenía un almacén agrario donde se vendían
herramientas, cantinas para la leche y demás insumos para las agriculturas; eran pioneros del ahorro, y mantenía
contacto permanente con los establecimientos de educación para enseñarle a los niños el sistema del ahorro,
mediante la apertura de cuenta a nombre de cada alumno. Vendían estampillas de diferentes valores, siempre representados
en centavos, para que las q pegaran en una planilla. Una vez llena, el estudiante efectuaba su propia consignación.
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La religiosidad de la comunidad
garzoneña ha sido una costumbre de todos los tiempos, actitud que convierte el ambiente en algo así, -siendo
un poco atrevido- “Como la Capital del Cielo”, por el respeto en su credo religioso, porque en la mente
de cada persona se lleva gravada en su consciencia, una rutina inquebrantable para cumplir los preceptos que fueron enseñados
en su hogar y han trascendido de generación en generación, con ciertos cambios propios de la modernidad.
Durante todos los tiempos
de la vida municipal se ha llevado una impronta bien marcada por la Iglesia Católica y se ha mantenido vigente en razón
a ser Capital Diocesana, con la presencia permanente de un Obispo dirigiendo la cristiandad, mal podría haberse desmejorado,
a pesar de muchos errores que frecuentemente han afectado por procedimientos aislados desafortunados de un reducido número
de jerarcas, más por mal trato y procedimientos indebidos y su avanzada edad dando paso a nuevos movimientos religiosos,
que capitalizan el más pequeño detalle revirtiendo esas fallas en amor y cariño para demostrar por qué
es mejor su movimiento religioso. El comportamiento general de los ciudadanos se mantiene latente
en los corazones, debido a su religiosidad que convierte sus actos en buenas intenciones debido a sus oraciones, las continuas
visitas a los templos para pedir con fervor por todas sus necesidades, que cuando la fe prima sobre la desesperanza se convierte
en milagro, razón más que suficiente para lograr la solución a sus peticiones.
El panorama ha sido constante desde la iniciación de la vida municipal si observamos la presencia
de un Obispo, Sacerdotes, Religiosas de la Presentación, Monjas Clarisas y Seglares que entran continuamente a reforzar
las actividades propias de la Iglesia Católica para solidificarse en un verdadero fortín en defensa de la práctica
de su credo religioso. La repetición de actos se convierte en costumbre, esa
es la razón para que un alto porcentaje lleve como rutina diaria, practicas permanentes en su vida, tales como
al momento de levantarse de su lecho, ofrecen una oración a Dios para dar gracias por la vida y todo lo que posee,
que todo lo que realice sea bendecido por Él, asistir a misa y comunión diaria, actividad realizable en
el templo más cercano a su residencia, reforzando esta actividad haciendo una visita al Santísimo siempre que
pase frente a un templo, la oración meridiana del Ángelus y al finalizar la jornada asistir al templo para rezar
el Rosario a la Virgen y recibir la bendición con el Santísimo.
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Los más fervientes fieles agregaban a su dosis de prácticas religiosas, una más que
consistía en afiliarse al “Grupo de adoración perpetua”, que consistía en
una serie de personas que voluntariamente cumplía turnos rigurosos de una o media hora, para dedicarse a orar en el
templo haciendo acompañamiento al Santísimo, conformado por señoras y unos pocos señores, la programación
integraba rosarios, novenas, coronillas, 100 réquiem y demás plegarias practicadas en el mundo católico.
Como el grupo era representativo, tenía su control constituido en un mueble
circular con figura de reloj, estaban marcadas las horas y las medias horas, partiendo del centro del círculo en línea
recta, tenía una serie de orificios, donde se les había colocado unas clavijas y en la parte superior estaba
el nombre de cada persona que debía orar en ese horario, una vez se cumplía su manda, hundían su tecla
en señal del deber cumplido. Era muy común escuchar estos beatos comentaban a los
amigos y cuando exclamaban “Qué pena con nuestro Amo Santísimo”, que no tenga tiempo hoy
para acompañarlo”, pero le pediré el favor a mi comadre Consuelo, para que me haga el turno de oración.
La calidez ciudadana en aquellos tiempos de principio del siglo
pasado, facilitó el enriquecimiento de la Diócesis de Garzón, convirtiéndose en terrateniente
de buena fe, puesto que tanto la producción ganadera, agrícola y porcina generaba buenos dividendos, los chircales
y vehículos también de la iglesia, contribuían con el material de construcción, facilitando la
construcción de Templos, Casas parroquiales, Seminarios -mayor y menor-, Conventos y obras sociales para los más
necesitados, hogar para niños desamparados, todas esta actividades cohesionaban a la gente de bien y fue un motivo
más para promocionar la Iglesia Católica. Otra fuente para incrementar
el enriquecimiento de la Diócesis de Garzón era la buena voluntad de los feligreses de abundantes tierras y
negocios, que por su fe hacían el testamento en vida, destinando sus bienes a su familia y una parte la dejaban para
la Iglesia, sus herederos miraban esta acción como algo normal y cotidiano; mientras tanto el benefactor tenía
consciencia que cuando emprendiera su viaje hacia la eternidad, sería despedido por su parroquia con toda la pompa
del caso, incluyendo el acompañamiento de su cortejo fúnebre por un sacerdote, desde la Iglesia hasta
el campo santo y el canto de responsos en cada esquina del recorrido y una bendición especial en el momento de ser
ingresados sus despojos mortales a su última morada. Al vivirse una
época de tanta religiosidad, se respiraba un ambiente tan sano, que para los padres de familia constituía un
refuerzo espiritual, además un prestigio social, cuando de su hogar habían tomado como profesión uno
o varios de sus hijos la carrera sacerdotal o sus hijas consagradas como monjas y cuánto mejor si ingresaban al Convento
de las Clarisas.
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Las ceremonias religiosas Eran
rituales majestuosos, realizados con una pompa envidiable que conmovía a propios y extraños, esa cristiandad,
infundía un profundo respeto hacia sus directores espirituales, traducido en orgullo de su religión, razón
suficiente para conmover a los escépticos. Los hábitos religiosos de excepcional belleza importados desde Italia y el entusiasmo
del Obispo, Sacerdotes, Seminaristas, Religiosas de varias comunidades y los fieles, se volvían insensibles al cansancio,
cuando debido a la duración de las ceremonias de dos o tres horas, porque los “Coros de los Seminaristas” convertían el
ambiente en una fantasía celestial, uniendo a los asistentes en un solo corazón para con oración, agradecer
al creador esa bendición de permitirnos sentir su presencia. Las caminatas
del Obispo por las calles del poblado, se convertían en una demostración de religiosidad sin precedentes; los
ciudadanos cuando advertían la presencia del purpurado, en señal de reconocimiento como su “Director
Espiritual”, trataban de acercarse a él, para saludarlo, se arrodillaban para recibir su bendición
y si los saludaba de mano, debían besar su anillo, en señal de reverencia, quienes lograban esa gracia, disfrutaban
de una felicidad indescriptible, convertida en paz espiritual.esando
de nuevo a su religión arrepentidos de sus malas acciones. Ese tesoro espiritual
invaluable, fue descuidado por quienes en su momento pensaron mantener una política ultra goda, olvidando que el mundo
es cambiante en todo instante y se debe aceptar la continua evolución que afronta la humanidad a través de los
tiempos; las consecuencias no se dejaron esperar, mientras más se pretendía sostener una política religiosa
rígida y sin cambios, llegaron las nuevas ideas religiosas, aprovechando el momento de inconformidad, hoy existen por
calles y carrera templos donde se profesan diferentes movimientos religiosos no católicos.
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Después de disfrutar esos ritos sagrados, los padres de familia transmitían a sus hijos los
deseos más fervientes, como sueños inspirados del Padre Eterno, que sus hijos se convirtieran en Directores
Espirituales consagrándose como Sacerdotes o Monjas dedicadas al servicio de la Iglesia Católica y a su comunidad. Las Semanas Santas eran todo un acontecimiento religioso, cuando los oradores
sagrados invitados, llegaban a lo más profundo de los corazones de la feligresía, consiguiendo el arrepentimiento
de muchos pecadores, que como ovejas descarriadas se habían extraviado de su redil, regresando de nuevo a su religión
arrepentidos de sus malas acciones. Ese tesoro espiritual
invaluable, fue descuidado por quienes en su momento pensaron mantener una política ultra goda, olvidando que el mundo
es cambiante en todo instante y se debe aceptar la continua evolución que afronta la humanidad a través de los
tiempos; las consecuencias no se dejaron esperar, mientras más se pretendía sostener una política religiosa
rígida y sin cambios, llegaron las nuevas ideas religiosas, aprovechando el momento de inconformidad, hoy existen por
calles y carrera templos donde se profesan diferentes movimientos religiosos no católicos.
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Los desaciertos deben reconocerse
Este capítulo debe aceptarse como una crítica constructiva, necesaria
para buscar no caer en errores que cuestan la deserción de tantas almas buenas, si reflexionamos con una consciencia
inteligente, para corregir tantas actitudes que por fortuna son de pocas personas, no consecuentes y tercas con el deseo de
ser diferente a los demás, desconociendo las normas vigentes de toda organización que tiende a perpetuarse en
sus ideales, sin pretender actualizarse y así poder vivir los cambios continuos que la misma humanidad impone.
He leído en alguna parte una enseñanza muy sabia que dice: “Cuando te crees sin tacha eres
soberbio; si no admites errores en los demás te haces insoportable”. Siguiendo los
tiempos de cambio, todo ser humano debe adaptarse a ellos, porque estos generan sentimientos encontrados y más aún
cuando se trata de unos Ministros de Dios en la tierra, que nada pueden hacer para que las cosas continúen como están
a sabiendas que debemos seguir el ritmo que impone la modernidad, es una verdad de a puño que los cambios sociales
deben seguir su rumbo, para lo cual es un deber actualizarnos frente a las tendencias universales, aceptando, que lo que hoy
es moda, mañana será diferente y mal visto. Garzón ha tenido tropiezos
cuando unos pocos Ministros de Dios en la tierra, quisieron seguir líneas ultra godas desconociendo los cambios de
las épocas, asombrados frente a un modernismo que nunca soñaron, por eso se resistieron a los cambios, limitando
a sus feligreses para que se actualizarán, provocando con sus actos deserciones por quienes consideraron esas medidas
dictatoriales y absurdas. Guardando el profundo respeto que se merecen y que muchos de
los testigos presenciales de aquellos momentos desafortunados ya fallecieron, pero aún sobrevivimos unos cuantos, que
vivimos esos desafueros y por lo tanto después de presentarles nuestro respeto y admiración, me atrevo a registrar
algunos de ellos, como una lección que nunca más debe repetirse, afortunadamente eran actitudes de unos pocos
jerarcas. Los penitentes cuando acudían a los confesionarios para decir sus pecados,
eran sometidos a vergüenza pública, saliéndose el confesor de casillas y a gritos lo reprendía,
olvidando que era un acto de confesión privada y que con la nobleza del caso debía perdonar, sin explotar en
ira santa. La resistencia a los cambios de la moda convertía a las damas en sus principales
víctimas, para ofenderlas de palabra y en casos hasta físicamente; siendo el clima de la Capital Diocesana sumamente
ardiente, en los templos prohibían los escotes en las blusas, la manga corta, las minifaldas, sus cabezas debían
llevar pañoletas, rebosos o pañolones, presentando un aspecto extremo en recogimiento.
Montaban guardia en las puertas de acceso al templo o en el momento de recibir la comunión, les negaban
el sacramento de la comunión y fuera de ello las recibían, con frases no apropiadas para el lugar consagrado
a Dios, tal como: “Vulgar… cómo se atreve venir así para recibir la comunión”, eso
cuando recibían ofensas de palabra, en cambio se reservaban el derecho ante el Cuerpo de Cristo de negarle la comunión,
ofenderlas de palabra y para mayor escarmiento maltratarlas físicamente con un pellizco torcido en el brazo.
Obras civiles sobre las fuentes hídricas
Los puentes vinieron a solucionar el grave problema de dependencia del caudal de
los ríos, contribuyendo en esta forma al ahorro de tiempo en los viajes; la llegada a Garzón sobre la quebrada
del mismo nombre por las entradas de la vía a Neiva y la salida hacia el municipio del Agrado, los estribos fueron
construidos en ladrillo y cemento se colocaban unas vigas metálicas, las que se cubrían con tablones asegurados
con tornillos, en el mismo material se elaboraban las barandas, éstos eran puentes fijos.
Cuando se trataba de ríos de mayor caudal los puentes eran colgantes, y la estructura de lado a lado del
río estaba soportada sobre cables de acero, el tendido del piso del puente en madera y tornillos, las barandas en el
mismo material y aplicación de ángulos metálicos asegurados con tornillería, la capacidad
era limitada sólo para vehículos pequeños y medianos, el paso de los automotores lo realizaban sin pasajeros
y a medida que avanzaba el vehículo, el puente daba la sensación de la marcha de un gusano, formando una ondulación
cuando circulaba y subía de nuevo después de haber soportado el peso. Cuando se fue
incrementando el transporte con la llegada de vehículos más grandes, los puentes colgantes eran un obstáculo
y era una demostración de valor el que un conductor se atreviera a pasar con la carga, lo que se convertía en
un espectáculo para los observadores, admirar la proeza desde el otro lado cuando el puente se resentía tan
pronto iniciaba el recorrido sobre el puente, de vez en cuando salían disparados tornillos encargados de los amarres
de la estructura, seguramente los obreros debían permanentemente revisar el ajuste de los puentes.
Ampliación
de vías urbanas La
primera avenida construida en el poblado y como un aporte al embellecimiento urbano fue la “Avenida Pacífico”,
iniciaba en la carrera 11 y llegaba hasta cerca de la quebrada Garzón, justamente por la entrada de la vía proveniente
del Cauca y el occidente colombiano. Esta avenida desde aquel tiempo cuenta con doble calzada y el separador de la vía adornado con palmas
africanas, luciendo un ambiente tropical agradable, lastimosamente su mantenimiento ha sido mínimo, actividad que mantendría
agradable el paisaje de la ciudad. La siguiente avenida en ser construida fue la del Carmen por la carrera 11 que inicia en la avenida pacífico
hasta la quebrada La Cascajosa y más adelante, se le dio continuidad pasando por frente al Cementerio Municipal
y el Barrio Los Samanes con finalización en el sitio antiguamente llamado agua azul.
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Servicios públicos
Energía eléctrica. - La
población contaba con una insipiente hidroeléctrica instalada en las heladas aguas de la quebrada de Majo, con
la que se iluminaba los hogares, los espacios públicos y el comercio, pero el servicio se limitaba a un estricto horario
de seis de la tarde a las seis de la mañana, durante el día quedaba la población con la energía
solar a su disposición, para secar ciertos productos agrícolas y la ropa que se lavaba en las acequias, quebradas
o cualquier fuente hídrica ubicada cerca del hogar.
Por aquellas calendas es fácil deducir que la energía eléctrica tampoco era tan necesaria
durante el día, porque no existían los electrodomésticos, cero estufas eléctricas, neveras, planchas,
licuadoras, radio y menos la televisión que estaba por inventarse, las cajas registradoras de los almacenes,
los expendios de gasolina, así como los motores de los carros, eran mecánicos y se accionaban con una
manivela para iniciar la marcha del motor; había un día excepcional en el que llegaba la luz a los hogares,
pero era únicamente por una hora, lo que indicaba que ése día se vencía el plazo para pagar el
servicio. A medida que el pueblo creció, surgió la demanda de energía
con motivo de la llegada de maquinaria, como molinos para trigo, maíz, arroz y café, la importación de
electrodomésticos, dio origen a que se pensara en la instalación de una nueva hidroeléctrica, fue así
como se instaló la nueva planta con mayor capacidad llamada de la Pita, aprovechando la misma quebrada de Majo en cercanías
a Zuluaga, en esta forma se pudo ofrecer el servicio de luz eléctrica durante las 24 horas, hasta que llegó
el momento de suspender la hidroeléctrica de majo porque el progreso llevó a complementar este servicio con
nuevos sistemas de interconexión eléctrica. Acueducto. - El servicio de agua potable a las residencias, era muy regular, porque inicialmente
se tomaba el líquido de la quebrada Garzón, mediante una boca toma y se conducía a un depósito
o tanque, donde solamente se decantaba el agua, pero carecía de una planta de tratamiento y se liberaba por la
tubería; cuando se recibía en los hogares, era consumida como llegaba con el inconveniente que todo lo que pasara
por el tubo llegaba a los usuarios, esta situación debía sortearse mediante el proceso de hervirla o colocarla
en ollas de barro y al permanecer en quietud el líquido, las impurezas se asentaban en el fondo y se extraía
el agua con relativa pureza, valiéndose de un jarro se pasaba a los recipientes para su consumo, en la cocción
de alimentos y el aseo personal. Alcantarillado. - A
medida que el pueblo iba implementado su propio desarrollo surgió la necesidad de manejar las aguas servidas
y las aguas lluvias, lo que obligó a emprender la instalación del alcantarillado para conducirlas, evitando
la contaminación y entrando en la era de la modernidad, acabando de una vez por todas los pozos sépticos y la
instalación de los sanitarios de pedernal. Esta obra contribuyó al saneamiento
del poblado evitando con ello los contagios con enfermedades transmitidas por moscas y mosquitos, las letrinas que se construían
en los patios de las casas, en mis primeros años no existía el servicio de alcantarillado y fui testigo de cuando
se inició la obra y fue algo nunca visto, la calle octava que tiene un descenso pronunciado, era un espectáculo
mirar la cantidad de obreros abriendo las zanjas, para colocar la tubería; mientras tanto las aguas residuales se
empleaban para regar el jardín interior y mantener húmedos los patios. Quienes
vivían en los confines de las calles y carreras, ellos tenían la posibilidad de canalizar las aguas servidas
porque las podían conducir hasta los potreros que existían donde terminaban las construcciones e improvisaban
un sanitario para asearlo liberando agua de las albercas, las heces llegaban hasta los potreros, causando serio peligro de
contaminación y creando un ambiente malsano para la reproducción de moscas y mosquitos, los culpables de las
fiebres palúdicas y de vez en cuando el cólico miserere o colerín. Telégrafo.
- Este servicio de comunicaciones se hacía mediante mensajes a
otras ciudades, era un romántico sistema que debía hacerse por el sistema de Morse, los mensajes se llamaban
telegramas, que consistía en un sistema convencional de rayas, espacios y puntos e intensidad de los sonidos, conocido
únicamente por el telegrafista, el sistema requería de dos líneas extendidas de una población
a otra y cuando eran recibidos los mensajes, el telegrafista los escribía en unas cintas que luego eran pegadas a un
formato para ser entregadas al destinatario, su transmisión era lenta, porque entre los pueblos se cedían los
espacios hasta que llegara al lugar de destino y cuando una de las cuerdas conductoras de la señal sufriera algún
daño, quedaba suspendido el servicio hasta que el guarda línea localizara la falla y la reparara.
Fue útil en medio de tan rudimentarios sistemas de comunicación de la época, permaneció
por muchos años y vital para la realización de negocios a distancia, eran mensajes portadores de toda clase
de noticias, desde el fallecimiento de un ser querido, saludos de cumpleaños, citas amorosas y grandes mensajes de
amor, que dieron motivo a enlaces matrimoniales, cuando dos almas se enamoraban y mientras la distancia los separaba, sus
románticas misivas alimentaban el alma mientras se cumplían sus sueños.
Marconigrama. - El avance tecnológico en las comunicaciones
fue simultáneo para reemplazar el servicio de telégrafo y los telegramas pasaron a la historia, el nuevo sistema
era un aparato similar a una máquina de escribir, tenía un rollo alimentador de papel y cuando llegaba la comunicación
automáticamente escribía el mensaje; el operador separaba los mensajes y el mensajero los distribuía
a los sitios de destino. Cuando se debía transmitir, el operario obtenía la comunicación con la ciudad
deseada y sencillamente escribía el mensaje y llegaba al lugar de destino.
Teléfono. - La evolución en las comunicaciones
se fue transformando por sistemas modernos y se puso al servicio la comunicación telefónica, lo que vino a unir
las ciudades, se redujeron las distancias, hubo un servicio de teléfonos intermunicipal, nacional e internacional;
primero se daba el número y cuando la operadora conseguía la comunicación hacían pasar al usuario
a la cabina y por último ya sabiendo el número a donde se iba a comunicar, ya se pudo pasar directo a la cabina
y el usuario hacer la marcación. El servicio de teléfono a residencias, consistió
en un conmutador, los ciudadanos iban comprando sus líneas e inmediatamente se les instalaba, no gozaba de la tecnología
actual en forma automática, carecían de disco de marcación; consistía en levantar el auricular,
una telefonista le respondía y se le solicitaba que lo comunicara con el número tal y si no lo sabía,
se le pedía que lo comunicara con fulano de tal, eran tan pocos los abonados, que en la central entendían por
dígitos, nombres o familias; a medida que fue transcurriendo el tiempo y con el crecimiento de suscriptores, el sistema
cambió ya llegaron los aparatos modernos con disco para la marcación y quedaron automatizados.
Transporte. - Ha sido fundamental para el desarrollo de los pueblos
en todas las épocas, convirtiéndose en el útil para la movilización de las personas y los productos
indispensables para la vida comercial, Garzón no fue la excepción, las vías demoraron en ofrecer toda
la seguridad requerida. Luego los primeros indicios de vías fueron los caminos de herradura por donde se transportaban
los productos agrícolas a la cabecera municipal a lomo de mula, cuando inició el servicio con vehículos
automotores, exigió bastante inversión para ir mejorando vías, ya que en el momento se carecía
de la maquinaria especializada para emprender una obra de ampliación de caminos, en su mayoría se hizo
a pico y pala para utilizar las primeras vías carreteables. El transporte
intermunicipal era casi a base de trochas donde sólo cabía un automotor y cuando se encontraban con otro vehículo,
los conductores debían maniobrar largos tramos en reverso para poder darse vía; como anécdota recuerdo
mi primer viaje a Neiva, cuando fui invitado por mi padre. La carretera no estaba delimitada
como vía pública, la trocha pasaba por las fincas y entre cada predio para que no se pasara el ganado donde
el vecino, construían unos fosos y el vehículo pasaba sobre unos polines, los semovientes no pasaban por temor
a caer en los fosos y si por casualidad había un lote de ganado descansando sobre la trocha, el ayudante debía
bajarse de la chiva y espantar uno por uno los vacunos, hasta que se levantaran para poder continuar el viaje.
No existían los puentes y la demora del recorrido estaba sujeta a los pasos por los arroyos, quebradas
o ríos, si por alguna circunstancia estaban crecidos, se tenía que esperar hasta que se pudiera pasar sin correr
peligro, mi primer viaje de Garzón a Neiva duró seis horas.
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Nomenclatura Este medio de orientación urbana,
era rudimentario en las residencias había una pequeña y delgada lámina, fijada en la parte superior
de la puerta de cada residencia con los dígitos pintados a mano; solamente se produjo el cambio cuando las autoridades
municipales consiguieron el patrocinio comercial y en la identificación de las calles y carreras decía: Carrera
décima cortesía de Gaseosa Cóndor.
Los tiempos cambian paralelamente con la modernidad y es asombroso comparar el pasado
con el presente; cuando visito mi pueblo del alma, donde respiré mi primer aliento, paseo las calles y regresa a mi
memoria esas imágenes de antaño que tanto golpean el alma, porque esos lugares sólo para uno, son ricos
con sabor a reminiscencias.
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Arrierías Estampas
de mi niñez. Aún recuerdo los medios de transporte de los productos agrícolas desde las
veredas , en recuas de mulas, caballos y jumentos, que al llegar a la plaza de mercado , una vez se descargaban, eran
llevados a un lugar seguro, mientras se hacían las transacciones comerciales. El hecho era el equivalente a lo
que ocuree ahora, con la diferenecia de que el campesino llega en su campero y lo lleva a un
parqueadero. Asi mismo, en aquella época, los equinos eran conducidos a unos lotes cercanos a la
plaza, donde se desensillaban y se les daba agua. En esos lugares hay ahora parqueaderos para las bestias modernas Este ejercicio en recordación del pasado me hace sentir
nuevamente el calor de aquellas gentes que vivían en paz con Dios y con los hombres, fortaleza social de almas buenas
que les prolongaba la vida, amando a los demás, brindándoles afecto en las dificultades
con sana intención para que reinara la armonía.
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Pequeña reseña sobre moda
En cuanto a indumentaria se refiere, se conservaban ciertas modas propias de la
región y en especial de acuerdo a las edades había sus tendencias, pero conservando cierta autenticidad, las
damas por lo regular sus vestido eran con faldas largas y enaguas con abundantes encajes, las blusas de manga larga o corta,
con y sin escotes, el calzado, con zapatillas, zapatos, un reducido número con alpargatas y de vez en cuando descalzas,
el cabello unas con cola de caballo, trenzas, suelto, o de acuerdo a estilos del momento.
Mientras que
los señores usaban sombrero de pelo, suazas o de fibra vegetales, vestido confeccionado en dril, saco y pantalón,
con la diferencia que unos empleaban esta última prenda con las mangas debajo de la rodilla y otros con el largo normal,
la camisa totalmente abotonada hasta el cuello, calzaban alpargatas, unos pocos con botas de cuero, excepcionalmente
zapatos y muchos a pie limpio. Esta remembranza refresca mi memoria sobre algo, que hasta que
salí de mi hogar para venirme a la Capital, cuando ya el común de las gentes no usaba el sombrero y el vestido
normal era camisa de spot, pantalón en dril o dacron y zapatos.
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Pude deducir que la moda de mi padre fue una fiel conservación
de la línea antigua la que mantuvo fielmente durante su existencia, fue su indumentaria, así fuera trabajando
en la finca o en el poblado, la pinta permanente hasta sus últimos días, que consistió en sombrero de
pelo, camisa abotonada hasta el cuello, saco y pantalón del mismo color, confeccionado en dril, primero calzaba alpargatas
de cuero curtido, con correas del mismo material, hebillas metálicas y con suela de llanta, luego pasó al zapato
de cuero. Otra particularidad que tampoco he podido
entender dentro de la moda del pasado y que aún muchos conservan es el empleo de la ruana tejida en lana virgen y otras
en paño pesado, cuando se trata de tierra caliente, esta prenda que debería ser normal en clima frío
como en Boyacá, donde también es tradicional ver los grandes rebaños de ovejas. En Garzón especialmente en el campesino era una moda y su empleo
era multifuncional, colocan la ruana sobre los bultos para llevarlos al hombro y suavizar el peso, como abrigo reemplaza una
cálida cobija, cuando llovía la vestían para protegerse del agua a manera de impermeable y cuando asistían
a una reunión social, la llevaban doblada sobre el hombro como un abrigo, demostrando elegancia porque también
tenían sus normas y estilo para portarla.
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Bienes Culturales Arquitectónicos del Municipio Iglesia Catedral de San Miguel Arcángel
Por tratarse de una localidad que siempre ha llevado como bandera la Religión Católica, los
templos son y seguirán siendo los principales bienes culturales arquitectónicos de la ciudad, por lo tanto sobresalen
sus construcciones al haberse erigido con orgullo obras majestuosas por sus dimensiones superiores, las que son observadas
sobre las demás que conforman el conjunto urbanístico. Sería imperdonable que no existieran verdaderas obras maestras por ser las que identifican
la religiosidad de sus habitantes, no fue difícil construir los diferentes templos para rendir culto y alabar la memoria
del Creador, quien con su sapiencia dispuso desde la fundación del pueblo que fuera un caso excepcional, para que se
mantuviera la categoría de Capital Diocesana, su respectivo obispo no siendo la Capital del Departamento.
Según lo atestigua la obra y lo confirma la historia,
fue el primer templo construido en el pueblo, con dimensiones futuristas para que fuese gobernado bajo la dirección
de un obispo, que se encargara de la dirección espiritual de toda una región y con la colaboración de
los curas párrocos en cada uno de los municipios.
Es de suponer que una obra como la Catedral demandó una inversión económica muy grande
en su tiempo, donde se aunaron los esfuerzos de la feligresía para poder iniciar y culminar una obra de tal magnitud,
que hoy es orgullo del pueblo garzoneño habiéndose convertido en el centro de la espiritualidad
del Huila. Necesariamente debió afrontar la responsabilidad no solo las diferentes parroquias,
sino también contar con su Palacio Episcopal, lo que tampoco fue suficiente cuando debía pensar estratégicamente
para mantener su apostolado, preparando juventudes para incrementar las vocaciones sacerdotales, motivo y razón de
peso para crear el “Seminario Conciliar”, del que en lo sucesivo deberían egresaran los nuevos sacerdotes,
para municipios y caseríos, que fueran surgiendo con el tiempo, al cumplir los requisitos para ostentar el título
de municipio. Nuestra catedral es majestuosa por su capacidad para atender espiritualmente a los
feligreses que demandan su servicio, su estilo es muy bello por su sencillez lo que arquitectónicamente es agradable
a la vista, diría que sus planos son bastante atrevidos, al estar construida con paredes altísimas para conformar
la nave principal, con una altitud similar a un edificio moderno de unos tres o cuatro pisos, nunca hemos visto cómo
fue construido la parte que conforma el cielo raso, para descubrir qué material se utilizó y poder soportar
el peso de las tejas de barro cocido. La torre proyecta su cúpula hacia el espacio celeste
en forma impresionante como tratando de alcanzar contacto directo con el Creador, especialmente para tener el soporte y la
resistencia suficiente para sobrevivir tres sismos de alta intensidad ante los cuales se ha mantenido indestructible.
Después de los terremotos ha sido posible corregir los deterioros sufridos y que solo en el segundo,
los destrozos cambiaron la parte superior de la cúpula y la fachada lateral de la torre, sin embargo su conjunto continua
siendo bello e inolvidable; recuerdo que en alguna época se realizó una decoración especial en su interior
y fueron contratados unos expertos pastusos, que con su vocación artística, ingenio y dedicación, en
un lapso de tiempo de un año o más, lograron decorar las paredes del templo en forma magistral.
La Catedral podemos decir que es el emblema de la ciudad, tanto así que el mismo escudo de la municipalidad
la tuvo en cuenta para que hiciera parte en la representación gráfica, dando mayor identidad a la religiosidad
y confirmado el noble título de Capital Diocesana del Huila y centro vial del Departamento.”. La Historia
de la Catedral sería interminable por haber evangelizado tantos ciudadanos, consagrando cantidades de sacerdotes orgullo
de la Iglesia Católica, al ofrecer anualmente las nuevas promociones sacerdotales, para que continúe reinando
nuestra fe católica en Colombia. El templo es fiel testigo de tantas celebraciones con las que
se han escrito páginas de historia, alboradas musicales, víspera de festejos religiosos, semanas santas que
con sus predicadores invitados, conmovieron almas que se encontraban dispersa para regresar y asistir a los oficios religiosos
que con pompa y devoción, ha marcado épocas que se recordarán a través de los tiempos. Frente
a la catedral se erigió una escultura en el frontis, de Monseñor Esteban Rojas, natural del municipio de Tarqui
Huila, primer Obispo de la Catedral, como homenaje de gratitud por sus grandes servicios y decidido compromiso para alcanzar
de las autoridades eclesiásticas la aprobación del nombramiento como Diócesis con un obispo,
para que dirigiera la feligresía en el departamento del Huila y parte del Tolima e impulsar la formación de
sacerdotes en el Seminario Conciliar. “Encontré en el libro ‘Reminiscencia Garzoneñas’ de Monseñor Libardo Ramírez
Gómez y patrocinado por el Instituto Huilense de Cultura, lo que para mí fue un tesoro de información
que debo registrar, ya que por la distancia, falta de tiempo para realizar el desplazamiento a mi ciudad natal y hacer la
investigación histórica, me permito plasmar fechas y acontecimientos relacionados con la Catedral de Garzón.
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“El
8 de marzo de 1783, el Obispo de Popayán concede licencia, para construir una Iglesia en la población de Garzón
que llevará el nombre de San Miguel Arcángel. En el año siguiente
el 24 de mayo de 1784, se inicia la construcción de la Primera Capilla, cuando había transcurrido un año
cuatro meses de la fundación, donde se erigiría el templo que sería orgullo de un pueblo eminentemente
católico; el primer día de noviembre de 1784, ya se contaba con una Iglesia de techo pajizo para celebrar la
Primera misa oficiada por el cura de la Jagua Presbítero Suarez de Figueroa. Para
iniciar la obra era necesario contar con el material suficiente para la realización de la monumental Iglesia, fue así
como se localizó una mina de calera en el sitio El Morrito y una alfarería se estableció en Claros para
la elaboración del ladrillo y las tejas. El arquitecto norteamericano Guillermo
Barney, elaboró los planos, a la parte exterior le dio un estilo entre romano y dórico de connotada belleza,
sumamente hermoso y distinguido. Se encomendó la dirección de la obra a Noemí Vargas. Los
comentarios no se dejaron esperar cuando los ciudadanos le comendaron al padre Soto que tan monumental Iglesia no correspondía
siendo tan pequeño el poblado, quien les respondió: este templo va a ser una Catedral. Es
por demás interesante aportar datos estadísticos que comprometieron la realización de tan descomunal
obra arquitectónica así: el costo total con altares hasta 1895 ascendió a $ 128.234.8l, el número
de ladrillos de varios tamaños, alcanzó a 2.883.350, la cubierta con tejas de barro llegó a 68.323. Para
los pegamentos del ladrillo, se utilizaron 6.900 cargas de cal y 13.800 cargas de arena de río, estos dos elementos
se mezclaban con sangre de toro, lo que reemplazó el cemento que en aquella ocasión no existía. El
transporte de los materiales se hacía en mingas integradas por los feligreses, que debido a su fe, no ahorraban esfuerzo
con el anhelo de algún día ver terminado su templo, por consiguiente las vigas fueron traídas a puro
hombro desde El Mesón, en igual forma llegaron los ladrillos desde Claros hasta el sitio de la construcción. Las
especificaciones técnicas son admirables al considerar la época de la construcción, cuando no se contaba
con los equipos que hoy existen, lo que constituye un éxito con una obra de tal magnitud: los muros principales tienen
un espesor de 1.10 mts., la torre tiene una altura de 62 mts., terminaba en un cono octagonal, sobre una media naranja iba
un pequeño kiosco octagonal y remataba en una cruz. La estructura de la torre
es una fortaleza y se especifica en los siguientes términos: sostiene una columna central que en la base mide por cada
lado 2.40 mts., del segundo en adelante tiene por cada lado 1.60 mts. Hasta la cúpula. Los
muros laterales de la torre en la primera planta tienen un espesor de 1.65 mts., en la segunda 1.35 mts., la tercera 1.15
mts. Y en el cuerpo final 90 cms, de espesor, conformándose así una obra colosal. Otra
reliquia histórica de la catedral es el reloj de cuatro fases de la torre, fue instalado en octubre de 1892, hecho
en EE.UU. por la Compañía Suiza Seth Thomas Clock, patrocinó la negociación don Manuel Antonio
Silva; la campana del reloj se fundió por la Shell Bell Foundry Company de Baltimore EE. UU., y donada por Luciano
Silva, Pastor Silva, Manuel Antonio Silva y Emiliano Castillo. La campana mayor fue un obsequio
de don Félix Silva y fundida en Garzón por el italiano Focacio y las campanas menores son francesas. Curiosidades del templo de San Miguel Arcángel, ha
soportado varios terremotos: 1. El 26 de noviembre de 1827, como estaba recién construido lo soportó
y salió bien librado, sin que sufriera ningún destrozo. 2. En
1897, destruyó la cúpula antigua, fue reconstruida por el ingeniero Vicente Cabrera Calderón. 3. El 9 de febrero de 1967, afectó de nuevo la cúpula, el cable del pararrayos evitó
que colapsara, el Presbítero Horacio Cuellar, párroco de la Catedral, contrató a Vicente Cabrera,
para que restaurara los daños causados. Un dato extraño
sobre los terremotos es que han sucedido cada 70 años y en los años terminados con el número 7
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Palacio Episcopal Contiguo a la Iglesia Catedral se construyó la Residencia del Obispo y las dependencias
del Gobierno Episcopal, para que hubiese la cercanía necesaria de la Catedral, los correspondientes ritos religiosos,
consiguiendo con ello la facilidad en la dirección de las actividades en lo administrativo, social y económico,
y las diferentes parroquias de los municipios. Inicialmente constituía la Diócesis en el Departamento del Huila y parte
del Tolima, hoy su jurisdicción es menor, dirigida especialmente al sur del Departamento, obligaciones compartidas
con el apoyo de los párrocos, importante labor dirigida a evitar la deserción de los católicos
hacia otras religiones, que por falta de un adecuado servicio buscan otros caminos. Todo
indica que su construcción fue simultánea con la Catedral lo que se puede apreciar al haberse conservado el
mismo estilo arquitectónico, su dimensión no fue exagerada por cuanto, son muchísimas las dependencias
que deben funcionar para el cumplimiento de su misión, mediante una organización con funciones convincentes
indispensables con una estructura competente y capacitada donde funcionan dependencia prestando un eficaz servicio en
cada uno de los frentes de trabajo, en dirección, manejo y gobierno, obteniéndose la reciprocidad requerida
de la congregación, quienes son las encargadas de mantener la imagen ante el mundo católico demostrando su satisfacción
y convencimiento de su credo.
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Una de las funciones más importantes del Palacio Episcopal
es la identificación de jóvenes convencidos de su vocación para dirigirlos desde sus estudios primarios
con docentes especializados y a partir de la secundaria que ingresen al Seminario Conciliar, conduciéndolos después
de terminar su secundaria, a los estudios de Teología, formación definitiva para formar verdaderos sacerdotes,
dotados de dones especiales para que logren pastorear su rebaño, siendo ejemplo de bondad, infundiendo así una
espiritualidad en sus parroquianos, para que sean unos convencidos que cambiando la manera de pensar, es posible cambiar la
forma de vivir, acercándose definitivamente al deseo de ser unos fieles católicos. La función de un Gobierno Episcopal es ganar la confianza de quienes profesan la Religión
Católica y como todo movimiento social y especialmente en lo religioso es la comprensión con sus concurrentes,
que nunca se ganan con tratos inadecuados, ya vencidos todos los obstáculos de la conquista y la independencia, la
forma de convencer a las personas es con conocimiento de causa, demostrando la necesidad de vivir en paz con los demás,
enseñándose un camino de bondad y servicio hacia los demás, sin esta actividad sería imposible
mantener las parroquias y las que en forma permanente se deben fundar para tener un cubrimiento total de acuerdo a las necesidades
vigentes.
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Iglesia del Rosario de Nuestra Señora de Chiquinquirá Es el segundo templo construido en el poblado, erigido a Nuestra Señora del Rosario y como nota curiosa no
existe una explicación lógica por la que se construyó a escasas tres cuadras de la Catedral, es
también para mí, el templo de mi alma por haberme ungido con el sacramento del bautismo, por el que tengo mi
firme convicción de católico que me enorgullece y llevaré hasta la tumba Me duele
sí, que mientras las demás Iglesias han sido privilegiadas con sus párrocos, la del Rosario ha sido cerrada
por épocas, su estilo es menos ostentoso pero eso no es óbice para que su mantenimiento haya sido parco, cuando
su construcción es una reliquia religiosa porque su estilo es muy particular, se ha conservado y mantenido históricamente
su línea arquitectónica, ella es testigo viviente de haber sido vecina de otra joya de la arquitectónica
garzoneña como fue el Colegio Mariscal Sucre, una construcción gigantesca de paredes con tapia pisada.
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La iglesia
del Rosario se convirtió en cenicienta, porque nunca fue terminada, algo muy raro porque si hubo los medios para quw
se concluyera. Habiendo quedado sin terminar sus torres, se inauguró y se puso al servicio de los feligreses.
Se cree que la Catedral recibió
mayores recursos porque a su alrededor vivían los patriarcas acaudalados, y al Rosario le correspondió
la gente de los barrios de menor categoría social; En
su atrio aún existen las huellas que dejaron tantas generaciones que llegaron al templo a alabar
a Dios, Pero como la esperanza es lo último que se pierde, tarde o temprano será nombrado un párroco
que con su liderazgo pueda culminar mi deseo y el de mis coterráneos para que que la restauración
del templo sea un hecho y que se conserve como una joya arquitectónica orgullo de nuestra religiosidad.
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Iglesia de Nazaret - Parroquia de San José
Es y seguirá siendo ejemplo de laboriosidad, cuando su construcción se realizó sin tropiezos,
templo erigido a San José, se dio al servicio de los fieles con una obra totalmente terminada, debido a que la distancia
de la Catedral es considerable y este detalle favoreció a un alto número de ciudadanos que su devoción
los congregó en la nueva Parroquia de Nazaret, su ubicación siempre ha mantenido la vecindad del Seminario Conciliar
de la Arquidiócesis de Garzón. La parroquia ha mantenido un
desarrollo permanente por contar con un alto porcentaje de habitantes del perímetro urbano y veredas cercanas que utilizan
los servicios religiosos, siempre ha contado con sus párrocos que han dado continuidad con sus servicios pastorales,
actividad que cohesiona las comunidades, fomentando el progreso de los barrios que la circundan. La Iglesia
es bien conocida por estar ubicada en un lugar por donde transitan los habitantes de veredas del oriente del municipio y el
crecimiento del poblado se extendió hacia esos microclimas, agradables por su temperatura fresca en comparación
con el centro de la ciudad, ése ambiente ha favorecido en buena forma a que el progreso urbanístico haya tomado
el rumbo hacia la parroquia de Nazaret. Se podría atribuir como una de las causas que dieron
motivo para la oportuna construcción de la Iglesia de Nazaret, obedeció a un aprendizaje adquirido con el sistema
empleado para recoger los fondos necesarios para el emprendimiento de la obra del Seminario, de gigantescas proporciones y
varias plantas, sueño convertido en realidad mediante bazares y actividades sociales que de un sueño pasaron
a la realidad, gracias a la contribución comunitaria de la cual debemos ser orgullosos.
Ese grado de solidaridad humana ha podido ser la fuente de inspiración para que los fieles aunando
esfuerzos, lograran así alcanzar la meta para construir la Iglesia de Nazaret, si mal no recuerdo poco a poco se realizó
la obra sin grandes despliegues publicitarios para recoger los fondos necesarios, además el barrio a todo momento se
ha beneficiado por obras de importante relevancia como el Colegio Nacional Simón Bolívar y el florecimiento
de barrios residenciales de un estrato especial que vinieron a fomentar el desarrollo y las vías para la movilidad
de tantas comunidades rurales por las que actualmente se desplazan y conducen hasta el vecino Departamento del Caquetá.
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Capillas Católicas Eran
unos sitios muy visitados por los parroquianos, aprovechando su vecindad con estos oratorios, facilitando así que todo
mundo pudiera practicar su religión Católica propia de los garzoneños, siempre acudían con devoción
a cumplir sus deberes religiosos, donde podían asistir a todas las celebraciones litúrgicas, como la misa matinal,
visitar el Santísimo, confesarse, por las tardes ir a rezar el rosario, los sacerdotes siempre estaban presentes asistiéndolos
en su credo, tenían sus horarios para cada celebración y atender sus necesidades para la vida espiritual. La más conocida era la "Capilla del Hospital San Vicente", con
puerta a la calle para facilitar su acceso en forma permanente, su decoración y espacio era excelente, tenía
su encanto por cuanto al ser el hospital regentado por la Hermanas de la Presentación, la capilla ofrecía un
ambiente de reconciliación con la vida, inspirado como un refugio de paz y el suave aroma de frescas flores cultivadas
con amor en las parcelas de una región bendecida por Dios.
Lamentablemente fue demolida junto con el antiguo
hospital para construir el actual hospital, su altar era hermoso elaborado en madera con un estilo propio, digno de artesanos
talentosos para imprimir un gusto artístico, era una de las joyas que han debido conservarse como bien cultural de
la ciudad. Otro
lugar propio para la oración era la "Capilla del Convento de las Monjas Clarisas", preferido por muchos ciudadanos
para practicar su credo religioso quedaba ubicado en el antiguo convento, los fieles podían asistir a todas las celebraciones
eucarísticas, funcionó en uno de los inmuebles que conforman esa gran manzana donde funciona la Catedral, el
palacio episcopal y demás dependencias que conforman la Diócesis de Garzón. La puerta de acceso a la
capilla quedaba por la calle séptima, diagonal al Teatro Alcázar, al tratarse de Monjas de Claustro, imperaba
el silencio propio de un sitio para la meditación. Igualmente siempre ha existido la Capilla
del Cementerio Municipal, construida desde la fundación del Campo Santo, siendo este lugar donde se acaban las vanidades,
allí no existe más que tristeza, porque es donde llevamos a todos los que nos anteceden a ese viaje sin regreso,
la partida hacia la eternidad. Esta última es una excepción dentro de las citadas capillas garzoneñas, es un lugar lúgubre,
sombrío y colmado de pesares, raramente celebran misas, lugar en el que los más valientes lloran la despedida
de sus seres queridos, quienes con su partida originan diferentes clases de tristeza, unos por la partida de sus seres amados
y otros llevan el peso del arrepentimiento de nunca haberle manifestado que los querían y ya es tarde, cuando si quisieran
hacerlo ya no son escuchados.
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Primer convento de las Monjas Clarisas El movimiento religioso religiosos
de las Monjas Clarisas de San Francisco de Asís inició hasta donde se conoce en la vieja casona de propiedad
de la Diócesis de Garzón que aún existe en la calle séptima con carrera séptima esquina,
pero toda institución que se respete siempre se proyecta hacia el futuro y el anhelo común de toda sociedad,
es marchar paralelamente con la época, siguiendo la modernidad para ofrecer mejores servicios a su comunidad.
Este fenómeno lo vivió, el convento de las Monjas Clarisas en la municipalidad
de Garzón, con mayor razón siendo la Capital Diocesana del Huila y la misión de la Iglesia dio sus frutos
originando vocación a muchas jóvenes que soñaron un día ponerse al servicio de la cristiandad
e ingresar a un claustro para implorar al Creador por tantos seres que no han encontrado su lugar para rendir culto de acuerdo
a sus creencias religiosas y ellas en forma permanente oran para la conversión de los pecadores.
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Esta
casa sede del Primer Convento de las Monjas Clarisas de San Francisco de Asís, es fiel testigo en la que se inició
el convento de claustro; conocidas señoritas hijas de amigos, que debieron despedirlas para no volverlas a ver por
el resto de sus vidas a sabiendas que murieron en vida para dedicarse a la oración contemplativa, como un destino que
siguiendo su propia voluntad, eligieron abandonar el mundo y sus placeres, mediante el voto de pobreza, para dedicar su existencia
a la vida espiritual. El ambiente religiosos de
la ciudad aumentó las vocaciones y fue necesario pensar en la expansión del espacio, exigiendo a la comunidad
la consecución de un terreno con mayores comodidades y fue así como en el Barrio Nazaret cerca al seminario
conciliar de la Diócesis, se inició la construcción del nuevo convento para poder dar cabida a todas
las aspirantes a seguir la vocación de Monjas de Claustro.
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Nuevo convento de las Hermanas Clarisas Fue
así como concluida la obra se trasladó el convento al nuevo edificio dotado de una hermosa capilla para compartirla
entre las religiosa y los fieles vecinos al convento donde se cumplen todos los ritos religiosos comunes de una parroquia,
el lugar vino a embellecer el sector con la nueva obra arquitectónica que es también una demostración
del desarrollo, que día a día Garzón se consagra para mantener su noble título de “Segunda
Ciudad del Departamento, Centro vial y capital Diocesana del Huila”. Hemos sido testigos que una pareja de monjas diariamente recorre las calles de la ciudad portando un canasto
para recibir las donaciones que los ciudadanos de buena voluntad ofrezcan, para el sostenimiento de quienes se encuentran
dentro del claustro; esas contribuciones, se convierten en bendiciones para esas personas que hacen sus donaciones a sabiendas
que sus buenas intenciones mejoran su vida espiritual. Como poco o nada sabía sobre la “Historia de las Religiosas Clarisas”,
para valorar la obra de estas religiosas en mi pueblo, encontré lo siguiente: “El
movimiento religiosos inició con Clara de Asís, nacida en Italia en el año de 1193, hija de Favarone
Offeducio y de Ortolana. Su conversión a la de vida plena de santidad, obedeció a un sermón de
San Francisco de Asís, cuando tenía 18 años, el Santo predicó en Asís los Sermones de Cuaresma,
insistió que para tener libertad, se debía seguir a Jesucristo, liberándose de las riquezas y bienes
materiales. Un histórico 12 de marzo de 1212 -Domingo de Ramos- Clara de Asís
después de fuerte lucha contra su propia familia, que se oponía a esa vida de pobreza y austeridad, triunfa
dejando la familia, se fuga de su casa y en secreto, busca al Santo para pedirle instrucción para alcanzar la perfección
cristiana, comenzando así la gran perfección de su vocación.
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Francisco de Asís la convenció para desprenderse de todo
y la animó a abandonar la vida de riqueza y comodidades que tenía y dedicarse a una vida pobre, de oración
y de austeridad. El Santo como primer paso, con
una tijera le cortó su larga y hermosa cabellera y le colocó en la cabeza un sencillo manto y la envió
donde unas religiosas que vivían cerca, para que se fuera preparando para ser una santa monja. San Francisco le destinó como residencia para que viviera en una
casa pobre y humilde, junto a la Iglesia de San Damián en Asís. A ella le sigue su hermana Inés, su prima Pacífica, luego su propia madre y muchas jóvenes
más atraídas por la oración y recogimiento, en poco tiempo, se llenó el convento de mujeres dedicadas
a la santidad. San Francisco nombró a Clara
como superiora, ella trató de declinar su nombramiento como superiora, manifestando que sólo quería ser
una sencilla religiosa de segundo orden, durante 40 años se consagró como superiora y ninguna otra ocupó
el lugar mientras ella viviera; el ejercicio de su autoridad era agradable y lleno de caridad. Ella misma servía a la mesa, lavaba los platos, atendía a las enfermas y siempre
quiso ser ejemplo vivo de la misión que transmitía. "Para Clara la humildad era pobreza de espíritu
y esa pobreza se convierte en obediencia, en deseo sin límites para servir a los demás". Hoy existen más de mil conventos de Religiosas Franciscanas Clarisas
en todo el mundo y dentro de ellas está el convento en el municipio de Garzón Huila, orgullo para el cristianismo
de una ciudad ejemplo en el departamento, haciéndose contar dentro de los conventos existentes en el Mundo
Católico.
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El Seminario Rural de “Loma Chata es una obra que merece especial atención por ser
parte de la Historia Religiosa de la Diócesis de Garzón, su presencia es majestuosa, porque quien visita el
municipio y dirige su mirada hacia la cordillera puede observar su imponente construcción.
Sería interesante una pronta restauración para que se conserve con toda su autenticidad y luego
poder darle un servicio de acuerdo a sus especificaciones para que sea empleado como un instituto de educación media
o superior, sería interesante que cumpliera un fin específico, mediante algún convenio, con el
Ministerio de Educación, se podrían fundar una facultad de veterinaria, agronomía, o una carrera
técnica agropecuaria. Con esta iniciativa se lograría mantener en pie esta edificación que
hace parte de la historia religiosa de la ciudad, siendo un inmueble utilizable en su totalidad para capacitar a los
ciudadanos de escasos recursos que desean prepararse para contribuir al progreso de nuestro querido municipio de Garzón,
que crece a pasos agigantados y merece un desarrollo de acuerdo a la época en que vivimos.
El seminario debe contar con estadísticas de los alumnos egresados de ese plantel y el tiempo que
funcionó como tal, cada espacio cuenta su historia digna de conocer, sería imperdonable que no se le diera el
valor que merece por tratarse de un bien cultural del municipio, además se podría emplear en hotelería,
para que los mismos ciudadanos residentes en Garzón lo empleen como lugar de descanso, al contar con clima primaveral.
Ya existen algunos indicios para que el sitio se convierta en un lugar turístico al haber emprendido
la construcción de un agro parque, que bien promocionado y adecuando vías de acceso, debe ser tenido en cuenta
en un futuro próximo, para que sea considerado dentro de los programas turísticos de interés nacional.
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Actual Seminario Conciliar Es
una obra gigantesca la que considero un logro gracias a la solidaridad del pueblo garzoneño, su religiosidad y los
buenos deseos de contar con una institución de acuerdo a las necesidades regionales, representativa de la comunidad
diocesana, por no existir una construcción de igual dimensión y para beneficio de las parroquias que conforman
el Departamento del Huila.
La
construcción se realizó a base de bazares anuales que eran publicitados en todas los templos y muchos ciudadanos
que así no fueran residentes en el Municipio de Garzón, viajaban el día de la convocatoria de la Diócesis,
para engrosar las arcas necesarias para culminar una obra de transcendencia para la formación de nuevos sacerdotes.
La Construcción del Seminario se facilitó porque tenían sus propios chircales y medios
de transportes para trasladar los ladrillos a la obra, que por su dimensión demandó miles de ladrillos, los
que hoy conforman un edificio sólido y con capacidad para alojar un alto número de seminaristas.
Se nombraban comités para que respondieran por cada una de las actividades a realizar durante el desarrollo
del evento.El bazar se convertía
en un gran mercado para invitar a propios y extraños quienes colaboraban desinteresadamente en todo lo que les ofrecieran,
como rifas, tómbolas, pescas milagrosas, era tal la solidaridad que hasta la música que se escuchaba era mediante
dedicatoria de canciones a una amiga, de una amiga a un amigo, de la esposa a su esposo, del novio a la novia, las señoritas
colocaban un clavel en el pecho a los señores y señoras y quien lo recibiera daba una contribución.
La fuente más grande de ingresos consistía en la instalación de unos estantillos en
un sitio especial y cada uno se identificaba con el nombre de un ganadero y ellos a su vez voluntariamente acudían
al llamado amarrando un novillo, algunos obsequiaban más de un semoviente.Esa tal vez fue la razón para que los bienes de la Iglesia se hubieran incrementado
en el municipio de Garzón, en algún tiempo eran propietarios de grandes haciendas ganaderas y producción
agrícola, buena parte de esos terrenos algunos ciudadanos los donaban voluntariamente a la Diócesis.
Siendo este Seminario una obra enorme, que está subutilizada, se podrían emplear los espacios
libres, para fundar una Universidad en vista que fue una obra que hizo el pueblo para el servicio de su comunidad, el nombre
o identidad de ese Instituto de Educación Superior, con todo el respeto que se merecen los Jerarcas de la Diócesis,
con patrocinio de alguna Universidad como la Javeriana o con nombre propio de la Diócesis de Garzón.El tamaño del edificio es susceptible para poder pensar que
podría funcionar tanto el Seminario como la Universidad sin que se afecte el normal funcionamiento de cada centro de
capacitación, esta actividad sería bien vista y favorecería a bastantesjóvenes que únicamente
logran terminar el bachillerato y sus padres no tienen los medios económicos para enviarlos a las grandes ciudades
por los costos que representa su estadía en un lugar que no es su residencia. Estas son simples
invitaciones muy respetuosas, pero que contienen un fiel deseo de culturizar nuestro pueblo con obras que cumplan un fin social
y los resultados serían de utilidad para aprestigiar al municipio, como una ciudad ejemplar culturalmente, lo que también
favorecería al sur del Huila para que las juventudes en un futuro próximo, sean las responsables del digno desarrollo
de la Capital Diocesana.
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Antiguo Seminario
Estaba ubicado al lado derecho donde está hoy la Iglesia de Nazaret, su construcción
era diferente a todos los estilos que han existido en la Capital Diocesana, ignoro cuál fue el motivo para que se hubiera
demolido, es otro bien cultural que se perdió, no causaba ninguna molestia al actual seminario cuando se emprendió
la construcción y menos ahora. Su construcción era diferente a todos los estilos que han
existido en la Capital Diocesana, ignoro cuál fue el motivo para que se hubiera demolido, era otro bien cultural que
se perdió, no causaba ninguna molestia cuando se emprendió la construcción del seminario actual.
El edificio podría haberse convertido en un museo para perpetuar las modas de
todos los hábitos y ornamentos sagrados, tanto de sacerdotes, obispos, monjas y monaguillos, su riqueza sería
excepcional, por cuanto quienes aún vivimos desde hace unos ochenta
años hacia atrás, fuimos testigos de la calidad de prendas y ornamentos que en su mayoría eran importados
de Italia, bordados en hilos de oro; también existieron objetos que ya cambiaron sus estilos, tal como custodias, vasos
sagrados y demás elementos que hacen parte de las diferentes épocas. En recorridos
que se pueden hacer en viajes de turismo, se encuentran en varios pueblos y ciudades algunos museos religiosos dignos de conocer,
donde se aprecian sagrarios, reclinatorios, confesionarios, campanas, campanillas, empleados para conformar una colección
y que los visitantes aprecien, admiren y conozcan, las costumbres religiosas de cada región de nuestro territorio patrio.
Este seminario en particular tiene un significado único para mí, porque como era costumbre
en cada familia debía haber mínimo un cura y una monja, un buen día mí padre me llevó a
sus claustros con la intensión que fuera sacerdote, me entrevistaron y no me aceptaron, respondiendo que estaba muy
pequeño y debía esperar que tuviera más edad. Como no se puede
seguir llorando sobre el pasado, hoy acepto mi destino con mucha alegría, porque logré ser un padre pero de
familia y el destino que Dios me concedió, me ha llevado a otros estadios en la vida dentro de lo que he podido también
cumplir muchísimas misiones humanitarias y llevar una vida ejemplar dentro de la sociedad.
De
todas maneras un réquiem por la desaparición de la construcción del seminario, ojalá sirva como
una reflexión para que sean respetados los bienes culturales, que son fieles testigos del pasado y su destrucción
es la negación del mismo, que solamente se perpetua exhibiéndose como un testimonios, la historia nos enseña
que son monumentos vivientes, prueba de otros tiempos.
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Obras civiles
convertidas en bienes culturalesMolino
El Triunfo. Considero que es una de las más antiguas construcciones,
importante por su estilo, al tratarse de una obra de gran dimensión, por ser símbolo de la industria del municipio,
su construcción data como bien lo decía su aviso Famoso desde 1920, lamentablemente se cometió
el peor error al retirarle su identificación, porque hacía parte de ese bien cultural, por su talante y fuerza
visual única, que se convertía en fiel testigo de una época para demostrar que fue la primera industrias
harinera de trigo y su funcionamiento hidráulico establecidas en la localidad. La construcción del edificio para el molino
de trigo y la aplicación de una tecnología propia de la época es una demostración que hubo personas
progresistas que pensaron en grande, para montar industria pesada y abastecer las necesidades de la región con un producto
de primera necesidad para la elaboración de alimentos básicos en los hogares como es la industria panificadora,
mediante la utilización de los insumos como es la harina de trigo, la acema y el salvado de trigo.
El Molino el Triunfo, es de suponer que demandó bastante mano de obra para su construcción,
luego personas muy especializadas para la instalación por tratarse de maquinaria desconocida en la región y
la dirección de ingenieros que debieron proyectar el sistema para poder poner en acción todo el equipo requerido
para su funcionamiento mediante fuerza hidráulica por carecer del fluido eléctrico.
La obra hidráulica fue dispendiosa tomando agua desde la quebrada Garzón, eligiendo un sitio
alto para conseguir la fuerza necesaria, la construcción de un canal donde el peso del líquido ejerciera alta
presión y conducirla mediante tubos metálicos hasta introducir el agua con la potencia necesaria para poder
poner en acción el molino por donde el grano y luego la harina debían recorrer los diferentes pisos hasta obtener
los producto finales. Existen muchas dudas para resolver mediante investigaciones
históricas que solamente se pueden realizar en los archivos del municipio, porque se ignora si en algunos pisos térmicos
municipales que debían ser fríos, se cultivó este cereal o de dónde era su procedencia a sabiendas
que en la Región Cundiboyacense, sí se cultivaban grandes extensiones. Hace
algún tiempo nos queda como fiel testimonio, el canal construido en ladrillo de donde salía la tubería
para ser conducida al edificio, hoy desaparecido por las construcciones al ser estos terrenos urbanizados, nos quedaría
el salvamento si es posible de parte de la maquinaria, para que se convierta en un museo de la industria harinera colombiana,
en vista que en la modernidad se cumplirán algunos principios pero ya con sistemas y equipos de alta tecnología,
lo que constituiría una novedad para conocer el pasado de la industria garzoneña.
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Antiguo Palacio MunicipalSabemos
que el terremoto de febrero de 1967, fue el culpable para que se hubiese tomado la determinación de demolerlo en su
totalidad, esas decisiones se toman porque siendo un fenómeno natural, que sucede en el momento menos esperado,
se cree que lo más prudente es eliminar peligros sin pensar un instante, estos hechos generan oportunidades para
emprender proyectos que conducen hacia la modernidad. Aplicando la filosofía de los orientales ellos bien lo dicen:
“Las grandes crisis generan grandes oportunidades, para recuperar los daños con creces”; cuando ocurren
estas desgracias, es una oportunidad para pensar en grande y proyectar obras donde se puedan centralizar los servicios
de toda la municipalidad para mayor comodidad de los usuarios y las ruinas de la anterior, se protegen mientras se consiguen
los recursos necesarios para su restauración. El antiguo palacio municipal era otro bien cultural por haber
sido construido con paredes de tapia pisada, era de dos pisos y conservaba el estilo propio de los años en que se construyó,
sus terminados eran a base de madera y los pisos de la segunda planta en tablas, las escalera y barandas de madera, el techo
en tejas de barro cocido. Sus instalaciones eran el testimonio de muchas páginas
de historia por haber permanecido funcionando desde que se fundó el municipio, conservaban ese aroma de la experiencia
y talento de varias generaciones, que con su sapiencia dirigieron los destinos del municipio, el aporte de cada uno de los
funcionarios que con paciencia, sortearon las situaciones con los escasos medios disponibles, día a día fueron
preparando la jurisdicción para que el desarrollo no se estancara y siempre proyectándose para afrontar el futuro,
disponiendo lo necesario para que el progreso siempre fuera brillante, reflejado en el orgullo de sus habitantes.
Un réquiem para aquellos ciudadanos que desde ese vetusto palacio, sentaron los principios con su
trabajo honesto, para construir una municipalidad fuerte, progresista y siempre bien reconocida, por ser hoy considerada la
segunda ciudad del Departamento, Centro vial del Huila y Capital Diocesana; sus hijos rendimos tributo de admiración
y respeto, a los fundadores que desde ese brillante y esplendoroso cielo garzoneño, nos acompañan espiritualmente
para admirar el permanente progreso de lo que ellos soñaron algún día, al fundar el caserío, donando
tierras y pensando en el posible éxito de un territorio colmado de esperanzas, para las generaciones siguientes.
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Qué maravilla sentirnos hijos de un lugar que con el transcurrir de los años esa tierra florece
en medio de todas las dificultades, el desorden público y la delincuencia común que hace parte del paisaje colombiano
y a pesar de todos estos aconteceres, se llegará la hora para que los cambios de actitud de los ciudadanos lleguen
a comprender que se alcanzará una nueva época en la que piensen y decidan abandonar esa violencia que no conduce
a nada, pudiendo hermanarnos y vivir en paz. Contribuyamos
personalmente, siendo ejemplo de ciudadanos para que los demás continúen esa línea de cero agresión,
practicando la paz entre todos y esta sería la mejor forma de honrar la memoria de los funcionarios que laboraron proyectando
al pueblo en nuestro antiguo Palacio Municipal, enalteciendo sus memorias y agradeciendo de corazón, esos méritos
bien ganados de quienes hoy desde la eternidad, disfrutan el placer de haber construido con su empeño y buena voluntad
las bases de una ciudad pujante. Recemos un nuevo
réquiem por nuestro antiguo Palacio Municipal, que sus restos hayan sido bien utilizado para engrandecer la memoria
de lo que fue y pasó a la historia, nuestros votos para que en uno de los museo que algún día deberán
organizar exista una fotografía del Palacio Municipal, ocupando un lugar preferente para revivir su historia que nunca
se debe perder. Esta es una reflexión más,
para que las nuevas generaciones, recuerden que no solamente tienen valor las cosas elaboradas con metales preciosos, en
igual forma los años y la historia, convierten cualquier objeto inanimado en un fiel testigo de acontecimientos que
nunca se repetirán, así como las acciones de cada uno de los seres humanos, que tuvieron la sana intención
de realizar una obra que los inmortalizó al hacerla en el momento exacto para perpetuar su recuerdo, como señal
de respeto y admiración a su terruño. En
conclusión respetemos las obras de nuestros mayores que tanto lucharon para dejar sus huellas indelebles, mediante
obras de grata recordación, son legados que perdurarán en el tiempo y el espacio, para quienes les sucedan,
se recreen con el mismo placer como lo estamos haciendo nosotros.
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Antiguo Hospital San Vicente de Paúl Fue en sus tiempos el más celoso guardián de la
salud del pueblo garzoneño, desde que lo conocí su importancia mereció los más altos reconocimientos,
por sus excelentes servicios, sostenidos en cabeza de médicos de connotados conocimientos, cirujanos que a pesar de
los escasos equipos, salvaron vidas y sanaron a sus pacientes, apoyados por el grupo de paramédicos y unas piadosas
Monjas de la Presentación, quienes eran las responsables de la parte administrativa, su dedicación era el reflejo
de la labor cristiana para servir a la comunidad con amor y sacrificio. Siempre
que se acudía al hospital en la puerta de acceso, estaba presente la portera quien interrogaba a quienes deseaban
ingresar, para saber a qué servicio se dirigían, se trataba de una señora minusválida, quien
se desplazaba en un asiento de madera forrado en cuero crudo y con ruedas de madera, era una aficionada a la artesanía,
elaboraba muñecas de trapo y sus clientes eran los visitantes al hospital, para regalarlas a sus hijas.
El estilo arquitectónico del hospital era muy particular, contaba con dos plantas, grandes ventanales
en los dos pisos, un quirófano en el primer piso, otro lugar para atender primeros auxilios, a sus lados
se encontraban unas pocas habitaciones para pensionados con algunas comodidades como la privacidad individual, el resto de
la primera planta y la segunda, eran unos salones comunitarios, especializados como maternidad, otros de acuerdo a los cuidados
indispensables para los pacientes, cuyos servicios los llamaban de caridad o sea que se atendía al paciente en forma
gratuita. También en el primer piso, existía un histórico y temido salón
donde eran llevados los pacientes terminales y lo llamaban el “Cuarto del Olvido”, cuando el enfermo era trasladado
a ese lugar, la familia se preparaba para recibir en el momento menos esperado la noticia de su fallecimiento, la conducción
del paciente a este lugar, no obedecía a un desprecio o falta de caridad, sencillamente en aquellas tiempos no existían
las “unidades de cuidados intensivos” (UCI) y por necesidad debían ser aislados de los demás pacientes.
La mala fama del “Cuarto del olvido”, era porque el enfermo lo llevaban
al último salón en el costado sur del hospital y se decía que la salida del centro asistencial nunca
se producía por donde ingresó, cuando fallecía el paciente su cadáver se evacuaba por una puerta
que comunicaba con la calle sexta hacia su hogar para ser velado. Se carecía
del servicio de funeraria y salas de velación, las cajas mortuorias, se elaboraban en los inicios del poblado solamente
cuando fallecía un ciudadano, se construía a la medida del extinto y el estilo de acuerdo con los familiares
del fallecido, posteriormente a escasos 100 metros del hospital se instaló un servicio de cofres con diferentes modelos
para comprarlos de acuerdo a las posibilidades económicas de la familia. .
En la primera planta también funcionaba una bella capilla donde se atendían
los servicios religiosos y un sacerdote celebraba, tanto para pacientes como a las personas vecinas del centro asistencial,
se podía asistir a misas, rosarios vespertinos y demás actividades, programadas para los feligreses.
Las religiosas también tenían su lugar llamado de clausura, situado en el segundo piso, allí
era su sitio de descanso y demás servicios privados que bien se merecían, para descansar de las duras jornadas
que les exigía la continua demanda de servicios, cuando por aquellas calendas eran muchas las enfermedades que padecían
los habitantes por carecer de las más mínimas medidas sanitarias, cuando aún no se contaba con una cultura
para proteger la salud ciudadana. Es grato recordar los hábito de las Religiosas de la
Presentación cuando su moda reglamentaria era diferente a la actual, la cabeza era cubierta por una corneta de color
blanco, almidonada que caracterizaba su presencia por pasillos, habitaciones, salones comunitarios y quirófanos, imponiendo
el orden y el respeto que bien se merecen los pacientes hospitalizados, para pensionados o caridad, ese amor por quienes ingresaban
para recibir su tratamiento, era suficiente para su pronta mejoría, por sus continuas oraciones y la fe de quienes
recibían de esas manos su tratamiento a nombre de Dios. Son interminables las historias
que se escribieron en el antiguo Hospital San Vicente de Paúl, como la de un simpático médico que se
declaró enemigo del bocio y cada vez que se encontraba con personas que padecían esta enfermedad, les decía
que se veían muy feas con esos horribles cotos, abundantes como consecuencia de una enfermedad en la tiroides y era
tan arraigada que se daban hasta triples y de unos tamaños impresionantes; pues el caritativo galeno de marras,
a quienes sufrieran de esta enfermedad los operaba gratuitamente. Otra fecha histórica
fue la ocurrida en unas festividades de San Pedro, cuando un mixto se salió de la vía a un profundo precipicio
en el sitio llamado los altares, jurisdicción del municipio de Gigante, que arrojó si mal no recuerdo entre
treinta y treinta y cinco muertos, cadáveres que fueron conducidos al Hospital San Vicente de Paúl, fecha conmovedora
cuando fallecieron familias completas y todos esos despojos mortales confirmaron la fama del “Cuarto del olvido”,
donde fueron apilados unos sobre otros, mientras sus familiares hacían las diligencias correspondientes ante las autoridades
y la Iglesia para la celebración de un entierro colectivo.
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Puesto de Salud Pública
Se trataba de un servicio fundamental para la salud de los habitantes de Garzón
por lo tanto siempre han existido, con el objetivo de prevenir ciertas enfermedades mediante la aplicación de vacunas,
las que se implementaban en determinadas épocas del año o cada vez que llegara una nueva dotación de
sepas y quienes tenían prelación eran los niños, infantes, jóvenes y por último los adultos,
en esta forma se protegía a los ciudadanos con ambientes saludables en los establecimientos de educación y a
la población en generaEn el
mismo sitio se atendían pacientes con curaciones sencillas que no ameritaban el servicio del hospital; igualmente eran
los responsables de desparasitar a los estudiantes de las Escuelas Públicas, mediante purgas anuales, suministrándoles
en el mismo día, primero con una dosis de Sal de Magnesia y luego una de Aceite de Quenopodio, esta medida sanitaria
era obligatoria y ningún alumno podía negarse a recibirla. Para su fiel cumplimiento
los encargados de llevar a sus alumnos eran los profesores de cada establecimiento, en esta forma se hacía el control
para que los estudiantes gozaran de una aceptable salud, actitud que se reflejaba en el mejor rendimiento en los estudios,
esto contribuyó para mantener a los niños libres de parasitosis y con las vacunas se prevenía la viruela,
sarampión, varicela, tos ferina, fiebres palúdicas y otras más .Llegábamos al puesto de salud para la purga, en rigurosa formación,
nos esperaba una señorita Inesita Sánchez que era la Jefe del Servicio, de contextura grande, robusta y mirada
de no buena amiga, para indicarnos las condiciones a seguir durante la purga, así:s.Debíamos consumir toda la dosis que se nos suministrara. Que
si la devolvíamos se repetía la misma cantidad. Que si nos negábamos a recibirla, nos atravesarían
un palo en la boca y solamente nos lo retiraban cuando se hubiese comprobado, que sí se había consumido el medicamento.
Esta práctica era normal para las Escuelas Públicas, sin embargo en los Colegios particulares
no sexigía; hoy cuando han transcurrido tantos años de semejante tortura, deduzco que era justo y necesario,
ya que carecíamos de medidas sanitarias para mantenernos con salud y disposición física para
desempeñarnos en nuestras labores estudiantiles. También dependía del Puesto de Salud una sección compuesta por varios Inspectores
de Salud cuya misión consistía en visitar todos los hogares tanto urbanos como rurales, para verificar que cada
domicilio cumpliera ciertas normas de sanidad, como era la tenencia y uso de sanitarios o letrinas con el fin de velar por
la salud de los residentes.En un lugar visible de
cada casa existía fijada a la pared una planilla de inspección y cada vez que lo hicieran los funcionarios,
debían dejar registradas las anotaciones correspondientes y la fecha de la visita; se distinguían estos personajes
porque llevaban puesto en su cabeza un casco de corcho, a la usanza de los exploradores africanos.
Los Servicios Médicos Por tratarse de un pueblo pequeño existía un reducido número de médicos
generales, pero no quería decir que su Juramento Hipocrático no lo hicieran valer ni se le midieran a las situaciones
más difíciles que se les presentaran, para ellos era un desafío afrontar el tratamiento a sus pacientes,
estas situaciones los llevó a convertirse en unos magníficos profesionales, además en nuestro medio se
desconocía que hubiesen especialidades dentro de la medicina, fueron unos titanes que supieron llevar con dignidad
la responsabilidad de sus pacientes. A principios del siglo XX, los galenos debieron ejercer su profesión
con muchos esfuerzo, porque se carecía de laboratorios para orientarse mejor sobre la salud de sus pacientes, tampoco
existían las farmacias donde se encontrarán los medicamentos listos para suministrarlos; la responsabilidad
del médico era superior y sus conocimientos extraordinarios para reflejar su sapiencia e inteligencia, debía
recetar al paciente, indicando los elementos químicos que correspondían para preparar cada medicamento, lo que
al final una fórmula constaba de 8 o 10 hojas del recetario, la que debía llevarse a la botica de doña
clementina quien con su sabiduría y conocimiento pleno en química y laboratorio farmacéutico, pacientemente
preparaba cada uno de los medicamentos. La enseñanza es que mientras hoy encontramos los medicamentos
en una farmacia, las anteriores generaciones debían esperar que en la botica le prepararan los denominados remedios,
la boticaria tenía un mini laboratorio donde hacía sus mediciones de cantidad de cada elemento químico
y como por arte magia entregaba el anhelado medicamento, para salvar la vida de cada enfermo, no existían productos
de marca, tampoco los genéricos, los envases que contenían el medicamento no tenían formas caprichosas,
ni empaques de lujo, se trataba de frascos de diferentes tamaños y colores, sin tapa rosca, se tapaban con humildes
corchos y los rótulos para identificar el producto, se escribían a mano, donde se registraba en manuscrito el
nombre del medicamento y las indicaciones para suministrarlo, si eran gotas, cucharada, cucharadita o número de glóbulos
o pastillas; los rótulos se adherían con algún pegante producto del ingenio de las gentes que descubrían
varios sistemas para hacerlo.
El despacho de cada fórmula podía demorar de 3 a 5 horas para poderla suministrar al paciente,
quien esperaba pacientemente que Dios le concediera fortaleza para soportar la enfermedad hasta que llegara su medicina, la
que con fe le permitía guardar la esperanza que fuera la suficiente para aliviar su dolencia.
A grandes rasgos estos eran los protocolos seguidos con mucho celo profesional por los médicos que
en el pasado sorteaban el ejercicio de su profesión para suplir la necesidad de los equipos que hoy existen y pueden
con mayor precisión determinar las dolencias de sus pacientes. Su mayor aliado
fue, es y seguirá siendo el fonendoscopio para auscultar los puntos claves del cuerpo humano con la intensión
de determinar las causas de una dolencia como corazón, bronquios, estómago, luego ojos, oídos, nariz
y garganta; sobre el estómago colocaban una mano y luego con los dedos de la otra daban unos golpecitos para determinar
si estaba inflamado, también las articulaciones y observación de reflejos y hasta le pasaban al paciente un
tubo de ensayo para que le colocaran su orina, la que detenidamente observaban por el color o pequeños sedimentos que
podían haber en ella. Al terminar tan detenido examen el galeno pasaba a su escritorio
para escribir la fórmula para el paciente, tomándose el tiempo necesario, se disponía a escribir en su
propia caligrafía que en todos los tiempos ha sido difícil de interpretar, pero que en la botica sí la
entendían con pelos y señales, constituía un cuadernillo más o menos de 10 hojas de recetario,
con sus respectivas aclaraciones para la química encargada de preparar el medicamento, más la forma de suministro
para el paciente. Merece registrar que los médico que trabajaban en el pueblo
no pasaban de cinco o seis, quienes dedicaban parte de su labor en el hospital y luego se trasladaban hacia su propio consultorio,
el que permanecía atestado de pacientes en espera de ser atendidos, su recargo de trabajo radicaba en que cada enfermo
asumía el costo de su tratamiento, porque no existían los servicios de seguridad social. Hoy existen esos servicios y los ciudadanos pueden disfrutar con comodidad los servicios de salud mediante sus aportes mensuales y
con derecho a una pensión Un mínimo
porcentaje acudía al centro asistencial bajo la gura de pensionados o sea con servicios pagos. Quienes no podían
pagar eran atenddoss en lo que se
llamaba servicios de caridad. +
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Colegio Mariscal Sucre Constituía otra joya arquitectónica dentro de los bienes culturales de Garzón, impregnado
de historia, lugar donde se formaron varias generaciones en secundaria, quienes se encargaron de llevar el fiel recuerdo de
sus aulas por todo el territorio nacional y aprestigiaron el claustro ya como profesionales, aquel templo del saber que como
consecuencia del transcurrir de los años, nada hicieron por mantenerlo en pie como un fiel recuerdo del pasado. Se trataba de un establecimiento
de educación media de amplia dimensión, construido en dos plantas, paredes de barro pisado de un grosor admirablemente
ancho, dispuestas para soportar el peso de los dos pisos y techo en tejas de barro cocido, en el primero y segundo piso, en
los costados norte y sur contaba con amplios corredores y en la segunda planta con barandas en madera tallada, en el costado
norte estaba la cancha de basquetbol, semillero de deportistas, de donde salieron varios jugadores representativos a nivel
municipal, departamental y algunos que participaron en campeonatos nacionales. Nunca podré olvidar la imagen de su rector, que desafortunadamente no recuerdo su nombre,
lo llevo en mi memoria por su porte, su caminar erguido, de aspecto serio, se trataba de un señor corpulento, de tés
blanca y por su edad el cabello era totalmente blanco, siempre vestía de blanco tanto su saco como su pantalón. Tuve el honor de estudiar tal vez un año, recién se fundó
el Colegio Esteban Rojas, contábamos con dos salones en el segundo piso, seguramente por casualidad llegamos a ese
sitio, cuando el Colegio Sucre, estaba para cerrarse por estar en pleno desarrollo el proyecto de la Construcción del
Colegio Nacional Simón Bolívar. Años
más tarde cuando ya terminé mi primaria y debía iniciar la secundaria me correspondió estrenar
en el Barrio Nazaret del nuevo Colegio Nacional Simón Bolívar, a esas aulas llegamos en compañía
de los últimos alumnos que estaban estudiando en el Colegio Sucre. No queda más remedio que ofrecer otro réquiem por otro bien cultural de mi querida patria chica,
las razones para que poco a poco se pierdan estos bienes es porque nunca se apreciaron por lo que representa del pasado, cuando
en todo el mundo tratan de conservarlos para la historia, convirtiéndolos en monumentos que vienen haciendo parte
del patrimonio de la humanidad; oremos porque sobrevivan los pocos que nos quedan. Procuraré buscar por cielo y tierra para conseguir una fotografía y que quede
un registro gráfico de una construcción que ha debido conservarse.
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Cementerio Municipal
Siendo este lugar consagrado por los católicos como Campo Santo para que reposen las cenizas
de las generaciones pasadas, presentes y futuras, merece respeto porque allí han sido inhumados tantos ciudadanos que
escribieron páginas de historia, son ellos quienes en vida aportaron con su trabajo laborioso así haya
sido su aporte el más humilde, hasta quienes en su tiempo rigieron el destino de la municipalidad. Basta con recorrer esas viejas tumbas y en cada epitafio
leer el año de nacimiento y el de su muerte para encontrar mínimo varios siglos de historia, los años
han convertido a este Campo Santo en el más representativo de los lugares del municipio, cuando también se observan
las diferencias sociales, unos pocos con capacidad económica construían sus propios mausoleos donde debían
reposar los despojos mortales de toda la familia con epitafios que describen la demostración del cariño de todo
un clan familiar. Contrasta con las tumbas de los humildes sepultados en tierra en un profundo foso,
en el que demoraban largo rato arrojando tierra sobre el cofre funerario y luego pisoneando el material hasta que alcance
el nivel normal del terreno, luego colocando una cruz de palo, como dice la canción, que con el tiempo desapareció,
quedando así en el olvido el nombre de pila del fallecido, quien también rubricó con su paso por el mundo,
la obra de un pueblo que surgió de la nada y en la actualidad orgullosamente podemos decir la Capital Diocesana, que
como todos los pueblos buscan alcanzar el título de ciudad por su desarrollo.
Qué decir de aquel sitio o globo de terreno, aislado de los demás fallecidos, donde sepultaban a los
suicidas, castigándolos después de su viaje a la eternidad, cuando ya no son los vivos los indicados para enjuiciar
o menospreciar un ser inanimado olvidando que existe la Justicia Divina, para que evalúe las causas de su fatal
determinación. Esas son las vanidades que dentro de una sociedad no debieran existir por razones bien conocidas,
que consisten en que todo ser humano está condenado a morir por una razón natural de nacer, crecer, reproducir
y morir, además necesario para que puedan tener un espacio vital los que nos suceden y cuando fallece una persona
queda en el mismo nivel tanto el pobre como el rico, el sabio o el ignorante, del santo o el pecador, al sufrir igual situación
de descomposición de la materia. Quienes hemos tenido la bendición de conocer diferentes lugares
de nuestro territorio patrio, hemos podido observar personalmente pueblos que cuando la violencia política, eran marcados
los odios, que debieron fundar cementerio para conservadores y al frente inaugurar el cementerio para los liberales,
o la odiosa costumbre e irrespeto con los cadáveres, que si eran conservadores podían ser sepultados en posición
de cubito dorsal, en cambio si eran liberales debían ser inhumados parados.
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Mi respeto por el Campo Santo de mi pueblo, donde reposan los restos
de mi madre, y una hermana, cuánto diera porque se conserven en la misma armonía de siempre, que con amor cristiano
el mantenimiento sea de conservación y limpieza, que no exista una tumba abandonada, para que su conjunto sea agradable
a la vista y así se elimine ese concepto de ser la tierra del olvido, porque allí reposan las tumbas de nuestros
mayores, de quienes nos trajeron al mundo, ellos merecen respeto y admiración porque gracias a ellos, cuando nacimos
encontramos ya una civilización que aunque con incomodidades fue digna para sobrevivir y lograr ser lo que hoy ostentamos
ante la sociedad. Podrán emprender la construcción
de un Parque Cementerio, esas son vanidades de la sociedad actual, pero el primer Cementerio es y seguirá siendo parte
de la historia del municipio y su conservación representa un bien cultural arquitectónico e histórico
donde reposan las cenizas de personajes tal como los fundadores y los demás ciudadanos que con grandes esfuerzos y
sacrificio lucharon incansablemente para que quienes les sucediéramos encontráramos un pueblo floreciente para
darle continuidad en su desarrollo. Es el momento
para una reflexión: en el Campo Santo todos somos iguales, reina un silencio absoluto, es un mundo diferente compuesto
por frías tumbas, por más que al ser querido se le dediquen epitafios dulces y remembranzas del pasado, es una
sencilla hipocresía, cuando los que menos amaron al fallecido, son los que quisieran decirle las palabras más
dulces inspiradas por un poeta, un escritor y esculpidas en mármol por un artista, nunca reemplazan las que le hubiesen
podido exteriorizar en algún momento de su vida. "Todos
debiéramos saber, que lo que se siente por los seres queridos se debe manifestar en vida, los fallecidos, muertos
son y después de su última exhalación, en los siguientes instantes, desaparecen los sentidos y se convierten
en un objeto inanimado, lo mejor es desearles un feliz viaje y que permitan, sin que nos causen temor ni miedo, que su espíritu
nos siga acompañando por toda una eternidad, en señal del amor que se les profesó en vida".
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Viviendas antiguas que conservan
un estiloNo solamente las construcciones ya mencionadas hacen parte del inventario de los bienes
culturales del municipio, también existen residencias que identifican épocas y aclaran lo que siempre ha sucedido
en cualquier parte del mundo, obedeciendo a los estratos sociales, que marcan sus costumbres cuando construyen los hogares,
es una consecuencia del poder monetario de cada quien, normal por diferentes circunstancias, unos porque de cuna han heredado
fortuna, otros que han sido visionarios y por sus los buenos negocios han logrado una diferencia frente a los demás
que posiblemente son conformista y sobreviven con lo que sin esfuerzo les llega. Mi siempre recordado Garzón, cuenta con casas antiquísimas
muy bien conservadas, construidas con tapia pisada, han resistido varios terremotos y permanecen intactas, esto tiene que
ver con el mantenimiento frecuente de parte de sus propietarios para evitar su deterioro, dentro de ellas están las
casas de dos pisos del costado norte de la plaza principal, las situadas en la esquina de la calle séptima con carrera
novena donde funcionó primero la “Caja Colombiana de Ahorros” y posteriormente el Banco Cafetero en sus
inicios. Son también representativas las casas de una sola planta como las que existen
en el costado norte de la plaza principal y es de admirar la construcción del tertuliadero de toda una vida como
ha sido el famoso “Café Buenos Aires”, si sus paredes hablaran encontraríamos las más añejas
historias de varias generaciones, donde han compartido momentos inolvidables, al calor de un estimulante café
arábigo de aquellos tiempos; sustento esta teoría porque los testigos gráficos me han sorprendido, existen
fotografías tan antiguas donde aparece la misma casa sin cambio alguno, desde el mismo tiempo cuando la plaza principal
era la única del poblado, con piso en tierra y los caballos amarrados a los árboles y por lo tanto se realizaba
en el mismo sitio el mercado campesino. Aún subsisten casas que fueron construidas en bahareque
y techo de paja y para poder continuar dentro de las actuales, sustituyeron la paja por tejas de zinc, es la consecuencia
del bajo poder económico de sus propietarios, que realizaron el cambio con la ilusión que en un futuro
pudieran hasta demolerla en su totalidad y emprender la construcción de una casa moderna, es sorprendente que ante
un sismo es más posible que estas construcciones soporten mejor el movimiento telúrico que una construida en
ladrillo. Estas últimas es posible actualizarlas aprovechando los subsidios y demás
ayudas que ofrece el Gobierno, para la construcción de viviendas de interés social, lo que contribuiría
a mejorar el nivel de vida y el desarrollo adecuado del pueblo, al que en ningún momento se debe renunciar para poder
alcanzar el pleno desarrollo de la población.
Aunque existen viviendas que se resisten a desaparecer, sería importante que mediante un Plan de Desarrollo
Territorial del Municipio, se pensara seriamente para que ahora que vivimos la época de los planes de vivienda multifamiliares,
los que estéticamente mejorarían la visión modernista, evitando el crecimiento desmedido de los
pueblos y el encarecimiento de los servicios públicos al construir barrios alejados, se diseñen planes para
evitar los contrastes como ya están a la vista, que al lado de un elegante edificio de cuatro exista una casa en ruinas,
viviendas de bahareque que inicialmente eran de techos pajizos, luego se lo cambiaron por zinc, presentando un contraste poco
agradable, pudiéndose solucionar el caso ofreciendo al propietario la posibilidad de cambio por una vivienda de interés
social.
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Teatro Alcázar
Para algunos
dedicar una o más cuartillas y hablar sobre un descuidado y caído inmueble -que siendo un poco atrevido- diría
que casi amenazando ruinas, para quienes disfrutamos momentos inolvidables como espectadores, admirando tantas producciones
del séptimo arte, en los inicios del cine Mexicano y sus mariachis, las películas de vaqueros del oeste americano,
las primeras olimpiadas deportivas mundiales, la presentación de artistas del pentagrama musical, en aquellos tiempos
cuando el bolero enternecía el alma, con romanticismo sin par y la palabra violencia no se conocía, pudimos
disfrutar obras de teatro, causa nostalgia mirar, cómo esta sala, la abandonaron, despreciaron, pudiéndose remodelar
y conservar como bien cultural arquitectónico. Acercarse al teatro era más
que un programa, para enterarse y recrearse con el anuncio de películas de estreno, cuando se hacía la transición
del blanco y negro al color y emocionados mirábamos la llegada de cintas con el sistema en tecnicolor, de los 35 milímetros
se pasaba al cinemascope, con mayor dimensión, mejor definición de imagen y un audio excelente que conducía
al espectador a espacios emocionales nunca soñados, trasladándose al lugar de los acontecimientos, viviendo
con pasión los episodios de cada escena. Siendo un niño campesino de mi
Vereda de Sartenejo Alto, contaba con ansiedad los día de la semana hasta que llegaba el domingo, para dejar las labores
cotidianas de la parcela y mi estudio, dedicarlo a la recreación y tomar mi bicicleta con destino al poblado, concurrir
a misa y comprar mi boleta para asistir a la película de “Matinal Infantil”, la proyección iniciaba
a las diez y treinta de la mañana, todos los niños dispuestos a deleitarnos con esas apasionantes cintas, como
el llanero solitario, el zorro y muchas más, cada escena producía tanta emoción, algo así como
una locura colectiva, gritando cuando el zorro estaba en peligro y el indio en veloz carrera impulsaba su cabalgadura para
apoyar a su amigo. Son recuerdos imborrables de nuestras vidas, cuando hoy somos
adultos mayores, con nuestras cabezas encanecidas que nos identifican como abuelos, gracias a Dios vivimos desde los inicios
del siglo XX, para ser testigos presenciales de los cambios trascendentales de la humanidad.
Las autoridades municipales deben tomar la iniciativa de adquirir esta sala, que
con bajos costos puede convertir este espacio en un centro para impulsar la cultura y brindar la oportunidad a jóvenes
con talentos histriónicos para que monten obras de teatro, grupos musicales, auspiciándoles presentaciones,
concursos en todos los géneros musicales, resaltando sus capacidades y lanzándolos al estrellato, mediante conciertos
a tantos hijos de una ciudad pujante como lo es Garzón. Los establecimientos de educación
carecen de espacios para motivar a la juventud, cuan hermoso sería que: las promociones de bachilleres realizaran sus
ceremonias de grados, actividades de aniversarios institucionales, semanas culturales, concursos de cuentos, novelas, reuniones
de organizaciones sociales, congresos, seminarios, visitas oficiales de personajes de la vida nacional o internacional y revivir
las proyecciones de cine, estableciendo ciclos de cine nacional, lo que llevaría a motivar a los jóvenes que
interiormente poseen talentos, para ser guionistas, productores, actores, genialidades que se frustran por carecer de
lugares para poder realizar sus sueños. Actividades que representan un producto
intangible, que con el tiempo se podrán apreciar los resultados, con habitantes cultos, dispuestos a impulsar el desarrollo
municipal, proyectándose hacia el futuro. Esperamos que ya haya nacido el líder que cierre los ojos y se lance
al ruedo, a sabiendas que a muchos no les rima la idea, porque piensan que estos movimientos hacen que la gente piense mejor,
sea reflexiva y analítica, llevándolos a decidir en quiénes deben confiar, renunciando al vicio de dejarse
llevar por personas que con pasiones políticas, pretenden frenar el desarrollo para convertir a los ciudadanos en material
maleable, prolongando el subdesarrollo social. Sin pensar un instante porque estamos transitando en pleno
siglo XXI, si continuamos viviendo en una esclavitud consentida, zozobraremos en la nave de la pasividad cultural, mientras
los demás pueblos ingresan a la modernidad. Recordemos “Un viaje de
mil kilómetros se inicia con un solo paso y es paso a paso que se realiza”, así no llegaremos a ninguna
parte, levantemos nuestras frentes altivas y miremos hacia el futuro, antes que sea tarde, no vacilemos un instante, el futuro
lo construimos nosotros, la cultura es una sola y no conoce barreras políticas ni religiosas, sin proyectar el futuro,
seguiremos el camino escabroso del atraso. Un buen negocio sería que el
municipio restaurara el Teatro Alcázar, antes que sea tarde y desaparezca la silletería, vale menos reparar
la existente y tapizarla, con mano de obra de artesanos locales, un arquitecto hijo de garzón que ame su pueblo, podría
obsequiar unas cuantas horas de su trabajo, aportando el diseño de la remodelación, la sala prestaría
un magnífico servicio por lo menos uno, dos o más lustros, sin olvidar la función inicial que es el cine,
las ciudades han crecido y mientras más grandes sean, continúan vigentes los teatros, muchos de ellos actualizando
los equipos hasta llegar al sistema 3D. El Séptimo Arte continua vigente y cada día con
mayor desarrollo tecnológico, una ciudad como Garzón, por ahora salvando el Teatro Alcázar mediante una
remodelación sería el espacio ideal para que la cultura se desarrolle, el teatro sería el sitio de encuentro
de preferencia, para que los ciudadanos sin miramiento de edades, condición social, política ni religiosa, sean
partícipes de un lugar adecuado, donde encuentren cabida los diversos campos de la cultura, condición necesaria
sin la que no podremos alternar con las demás ciudades del mundo, quienes transiten por esos espacios encuentran bastantes
caminos abiertos, incursionando en alguno de esos interminables lugares que aprestigian al ser humano y los aleja de los vicios.
Este
caso es uno de tantos que sin pasión de ninguna naturaleza nos debe conducir a una profunda reflexión, siendo
sinceros de los sueños se debe pasar a las realidades, estas se convierten en obras, siempre y cuando haya verdaderos
líderes, estos son un tesoro cuando son capaces de alcanzar la realización de obras con inteligencia, pensando
que nada es imposible para el ser humano cuando se tiene la convicción, que los recursos están latentes y que
solamente deben dirigirse hacia las obras que en el futuro beneficien el progreso de los pueblos, sin esa intención,
seguiremos por el camino equivocado. Cómo quisiera contagiar a mi pueblo para que abandone
la pasividad enfermiza y se entusiasme, que se atrevan a volar para que el corazón le llene de energía de ese
vacío interior, el momento que decidan salir de ese ostracismo, se derrochará, amor, alegría y dinamismo,
es la fórmula mágica para salir de las tinieblas y no conformarse con lo poco que tienen, animarse a vencer
estos complejos, es llevar a nuestros semejantes a estadios superiores, que se reflejan en la cultura y un hombre culto contribuirá
a engrandecer el futuro de sus semejantes.
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Sacrílegos contra la historia de mi terruño “Las cosas malas de la gente mala son el
silencio de la gente buena” Mahatma Gandhi Cada visita que realizo al pueblo de mis ensueños, que por razón
lógica se experimenta nostalgia, por tratarse del lugar sagrado donde inicié mi vida y con el deseo vehemente
de encontrarlo con un desarrollo igual o superior al de las demás ciudades de Colombia, me sorprende que los cambios,
no se sienten. En mis dos últimos
viajes, encontré cambios ilógicos y además atropellos por nuestros bienes culturales, que riñen
con los principios del ornato y el buen nombre de una población, que debe caracterizarse transcurridos ya varios años
del siglo XXI, momento en el que las proyecciones futuristas deben predominar e ir a la par con la modernidad de la época.
Se aprecia cierta mezquindad para pensar, proyectar y
desarrollar programas, que conduzcan al cambio, pero creando, no destruyendo y malbaratando el dinero, para borrar la historia
de nuestros antepasados, su memoria merece el respeto absoluto, los monumentos históricos solamente deben recibir
mantenimiento, sin alterar el estilo, al parecer buscan solamente registrar un nombre, que posiblemente hasta no lo merezcan,
porque no fue de su inventiva, rayando en esta forma en lo grotesco. Los gobernantes
de turno, deben respetar el patrimonio cultual que con el transcurso del tiempo se hicieron para la conmemoración de
ciertas fechas históricas de nuestra Independencia, a esos prohombres del pasado, sólo les interesó elegir
un monumento a nuestros próceres, más no incluir sus nombres como autores de algo que nunca se merecen, porque
para ellos valió más la sangre derramada por nuestros patriotas para hacernos libres de la tiranía de
pueblos extraños que deseaban mantenernos bajo su potestad. ¡Oh gran
sorpresa!, cuando paseaba por la “Histórica Plaza de Bolívar”, por poco sufro un colapso al
observar que habían alterado el monumento al Libertador en su diseño inicial y desaparecido de su tradicional
pedestal, convirtiendo a nuestro recordado Simón en un desplazado más, destruyeron su lugar, conocido por varias
generaciones, para quienes nunca les causó molestia su presencia, además tenía una placa elaborada magistralmente
en fino mármol, con una inscripción cuyo contenido demostraba la calidad del maestro que la esculpió,
tuvieron la osadía de destruir el monumento y desaparecerlo como por arte magia, siendo ése el lugar central
y principal del poblado, similar a cualquier otro de los existentes en el país.
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La idea fue totalmente loca, si deseaban dejar un recuerdo del Bicentenario de la Independencia de Colombia,
era la oportunidad para erigir un nuevo monumento en otro lugar de la ciudad, alusivo a la efemérides motivo de la
celebración, justificaba la contratación de un escultor que inclusive existe en el mismo municipio, demostrando
que se cuenta con personas pensantes y brillantes para embellecer al municipio, presentando así a la jurisdicción
municipal como una alternativa para el turismo que por razones lógicas está engrandeciendo al sur del Departamento
del Huila, tanto para nacionales como para extranjeros. La reubicación del pedestal, mereció un entierro
de pobre –como dicen los guaqueros de esmeraldas en Boyacá- cuando dicen “por los guaqueros no doblan las
campanas, los guaqueros no tienen madre y para ellos cualquier tumba es igual”; irrespetaron al Libertador de cabo a
rabo, su nuevo pedestal lo hicieron en un estilo paupérrimo, da la sensación, que hasta los ladrillos ya están
cotizados a la par con el oro y por consiguiente quedó reducido a la mínima expresión; cuando logré
localizar la efigie y mirar el rostro del Libertador, padecía una palidez similar a cuando en vida en estado preagónico
se encontraba en la ciudad de Santa Marta y de su nueva placa conmemorativa ni hablar, su nombre fue ignorado y cambiado por
el del burgomaestre de turno Ahora viene la reflexión, es de suponer que el proyecto sufrió todo el rigor
que debe existir en una municipalidad, tanto en el Concejo Municipal como en el Gabinete de la Alcaldía; ¿cómo
no se va a observa semejante descalabro?, ¿dónde estaban los dirigentes políticos?, los ciudadanos de
bien con los que cuenta todo municipio que se respete, ¿estarían dormidos cuando las cuadrillas iniciaron la
ejecución de la obra? Es de imaginar que el día de la inauguración de la
obra, asistieron personas prestantes del conglomerado social, Establecimientos de Educación y Autoridades Municipales,
orgullosamente mostrando tan majestuosa obra y el público enardecido ante tan elocuentes discursos, aplaudiendo enloquecidamente,
lo que aparentemente para ellos era un avance en la modernidad, cuando el esfuerzo fue mínimo y el protagonismo exorbitante
para el buen nombre de quienes tuvieron la brillante idea y la vergüenza social, cuando hoy se observan los resultados
finales.En mi último viaje, cuando me dirigía a cumplir una cita, tuve que pasar
frente al busto del Libertador, como buen patriota observé su rostro y no podía creerlo, volvía a mirarlo,
me puse mis antiparras y comprobé que alguna enfermedad grave estaba padeciendo en su nariz, no sé si sea lepra,
porque no poseo los conocimientos en medicina, lo único que pude pensar en el momento era que por tan escasa altitud
del monumento, ha podido ser contagiado por algún enfermo, un envidioso de su gloria, un enemigo de los monumentos
que simbolizan la Historia de Colombia o un enajenado mental; ahora, a quién culpamos de tanta desgracia por la irresponsabilidad
de quienes juegan con los sentimientos de una sociedad que no reacciona ante los acontecimientos que generan vergüenza
ante un pueblo indolente, que permite atropellar sus bienes culturales. Con mis sentimientos patrióticos, me lastiman tales hechos en lo más profundo de mi alma, lo
mismo que mi expectativa es encontrar en cada visita a mi municipio obras de progreso, respetando todo el urbanismo cifrado
en cada construcción que hace parte del perímetro urbano, admitiendo que debe existir un Planeamiento Territorial,
para dar cabida a los nuevos diseños arquitectónicos conformados por edificios, viviendas multifamiliares, grandes
avenidas, espacios para el deporte, porque Garzón debe aspirar a ser una ciudad moderna y amable. Me duele tener que escribir una realidad tan cruda, quienes lean este escrito
deben comprender que es una crítica constructiva y además es una invitación a la reflexión, porque
cuando un ser humano no reacciona, se convierte en conformista, tal vez porque no se detiene a observar las actividades de
los demás pueblos que aun siendo humildes y pequeños, los convierten en verdaderas tasitas de plata, demostrando
el gusto y los deseos de mostrarlo con una identidad propia que motiva a conocer sus encantos. Ruego a Dios y a San Miguel Arcángel patrono de mi pueblo, que ya haya nacido el doliente
capaz que adelante una campaña cívica, tendiente a conseguir el cirujano plástico para que reconstruya
la nariz del Libertador, antes que sea tarde no sea que resulte un orates con ínfulas de general y lo despoje de sus
prendas militares para lucir sus charreteras como General y encarnarse en un personaje ilustre de nuestra municipalidad. En sus manos queda organizarse cívicamente, para exigir que estos
desaciertos desaparezcan, se reparen los males causados por carencia de planeación, los mismos dineros empleados para
la remodelación se habrían podido invertir en otro lugar, erigiendo un monumento diferente, demostrando capacidad
creativa, aplicando tecnología moderna sin que sea suntuoso e inalcanzable.
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Joyas arquitectónicas ignoradas Existen en el mundo tantas
construcciones que para el común de la gente, es una casa más y como todas, pero en realidad son monumentos
para quienes con amor y sacrificio lograron levantar una vivienda de su propiedad, así sea en el pueblo más
humilde; para otros el sólo hecho de haberla habitado, constituye su más preciado tesoro, tal vez porque lleva
consigo gratos recuerdos. Un caso particular perdura en mi mente y que el tiempo no ha podido desaparecer
del área urbana de Garzón, es esta humilde y bien recordada casa esquinera, construida en bahareque, al parecer
inicialmente su techo era pajizo, hoy tiene cubierta de zinc, este inmueble es uno de tantos que se resisten a morir, posiblemente
sea una de las muestras de la antigua arquitectura del poblado, que golpearía mi alma, si en uno de los viajes a mi
patria chica, preguntara por ella y me respondieran que fue demolida. Esta residencia
nunca fue propiedad de mi padre, sin embargo pudimos vivir en ella diferentes épocas, lo más diciente y que
alimenta mi recuerdo, es porque según versiones de mis mejores amigos y vecinos, me contaron que conocían a
mi padre como un solterón, había tomado en arriendo el inmueble y en un lapso de tiempo muy corto, llegó
y les presentó a mi madre después de haber contraído matrimonio católico en el municipio de El
Pital Huila y que a partir de ese momento se convertía en su vecino. Me imagino
que en aquellos tiempos cuando se formaba un hogar, las primeras metas era tener hijos y para la muestra tienen este botón,
fui fruto de ese amor, el primogénito y quien más disfrutó entre todos mis hermanos, la razón
todos la conocemos y hemos vivido, la natividad del primer hijo enloquece a sus padres y los siguientes sencillamente son
uno más de la camada. Otra versión que logré encontrar es que bajo el
mismo techo, nací para alegrar ése novel hogar, aspiré mi primer aliento y debieron soportar mi llanto
de recién nacido, en cumplimiento del mandato de Dios al crear al hombre con el milagro de la multiplicación
y así poblar el mundo, es un motivo más que suficiente para amar esta residencia, como un principio inequívoco
de la formación del hogar Castro Conta, como célula básica de la comunidad garzoneña con
la disposición de dar lo mejor, para el progreso local y de la humanidad. Cuando
contaba con mis primeros dos años de mi vida, mi padre compró la finca “El Puente”, nos trasladamos
a ese paraíso, donde el tiempo era insuficiente para vivir las emociones que proporciona ese ambiente sano, con mayores
oportunidades para admirar y enternecerme frente a la obra de la creación, la fauna, la flora y los seres humanos hacíamos
parte del paisaje y los días se convertían en segundos, para ir y venir por los senderos exclamando, ¡gracias
Dios mío! por haberme proporcionado este lugar sagrado con tan inigualable belleza. Al
ser mi padre multifacético y alternar una serie de labores como agricultor, comerciante y en ocasiones funcionario
en la Compañía Nacional de Chocolates y Luker, era el encargado de atender la compra del grano, nos vimos
avocados a permanentes cambios de residencia, pero en el pueblo siempre ocupábamos la misma casa, luego mis mejores
recuerdos de la vecindad son imborrables porque en esa esquina como niños soñábamos, jugábamos
rayuela, trompo, canicas, futbol, escondidas, actuábamos como vaqueros del oeste y practicábamos las rondas
que a través de los años se han convertido en tradición histórica de las juventudes huilenses.
Nuestro grupo infantil de la cuadra era muy unido y las noches las convertíamos en tertulias juveniles,
cantábamos en coro y un compañero de mucho talento, protagonizaba ceremonias religiosas y como buen imitador
de voces, era quien se encargaba de las homilías, imitando la voz del obispo y con una medalla impartía la bendición.
Existieron en la misma calle dos vecinas octogenarias, solteronas y muy trabajadoras,
elaboraban pan de diferentes sabores, estilos y colores, no necesitaban de abrir un punto de venta para sus productos, bastaba
golpear en su puerta y hacerles el pedido requerido, poco dormían, a altas horas de la noche o en las madrugadas, producían
ruidos y como consecuencia de sus escasos sueños, fueron bautizadas con un apodo muy original y nada más adecuado
que su remoquete de “las brujas”, se dice que cuando una bruja hace sus paseos nocturnos tanto cuando
sale de su hogar como cuando regresa, produce ruido en el techo de su casa. Cómo
no he de querer esas dos cuadras donde disfruté con mis pilatunas de niño y las locuras juveniles, que tanto
ayudan en la formación de un infante y la socialización propia en las diferentes etapas de la vida, más
cuando en nuestra época los juguetes no llegaban de la china, nosotros mismos los hacíamos y éramos más
creativos y soñadores. Una amiga de mi niñez que hoy goza de la vida eterna,
en una de las últimas conversaciones que sostuvimos, me contaba que cuando mi madre debía salir del hogar, le
pedía el favor de cuidar al niño mientras regresaba, en el menor descuido que ella tuviera, desaparecía
como por encanto y tenía la costumbre de volarme hacia la plaza de mercado que quedaba a una cuadra, donde los días
de mercado laboraba mi padre comprando cacao, lo mejor del cuento era que en mis escapadas por lo regular las hacía
sin pantalones, sabrá Dios si con ello creé fama de exhibicionista por la carencia de la prenda, cuando encontraban
el infante, ya sabían a qué casa pertenecía, ante estos hechos no sé, si avergonzarme o sentirme
orgulloso de mis ingenuas pilatunas. Se mantiene latente
en mi mente el recuerdo de todas aquellas familias que compartieron el vecindario, todas pertenecientes a un mismo estrato
social, unos ya partieron hacia la eternidad y otras por fortuna todavía nos acompañan, esos contemporáneos
son los que si Dios me lo permite, podremos un buen día sostener una tertulia del recuerdo, para que me refresquen
la memoria con más historias que deben plasmarse en un libro, muchos recordamos tantas anécdotas que se deben
escribir para que no se pierdan, ellas representan tantos y gratos recuerdos del pasado, cuando todos fuimos protagonistas
de las memorias de los pueblos, iniciadas en pleno siglo XX de las que las generaciones actuales, nunca se detienen para conocerlas.
Esa querida casa donde nací, que para muchos es un rancho anticuado, de una calle cualquiera de tantos
pueblos colombianos, para mí es el tabernáculo de mi alma, donde se encierran infinitos recuerdos de mi vida,
de mis padres, mis hermanos, mis vecinos, mis paisanos, es el techo que me brindó abrigo en el momento que llegué
al mundo, donde ocupé mi primer espacio vital, es así como en pocas palabras le doy perennes gracias por haber
sido mi primer morada en la que alegré a mis padres con mis sonrisas inocentes para manifestarles la felicidad de encontrarme
en el seno familiar donde se me brindó amor, para más adelante irradiarlo a los demás con afecto, bondad
y dulzura, siendo esta la esperanza de mis progenitores llevando una vida digna y ejemplar, para engrandecer el prestigio
de la familia.
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Escribana de cartas Aunque
parezca extraño el título, se trata de un personaje que existía en aquellos tiempos, especialmente en
los egipcios, era un copista, escribano o secretario, poseedor de algunos conocimientos para registrar ciertos acontecimientos,
con marcado acento y protagonismo en sus escritos. Basándome en el anterior
párrafo, deseo reproducir un hecho del pasado vivido en mi patria chica, el que con mucho amor perdura en mi mente
desde mi infancia, inmueble del cual grafico parte de lo que hoy existe de esa casa, debido a la prolongación de la
carrera doce, está ubicado diagonalmente a donde nací y por varios años compartí con una vecindad
alegre, que posiblemente influyó en mis deseos de ser un aficionado a la escritura, porque nuestros pueblos son minas
de recuerdos históricos en las diferentes etapas de la vida, de cada uno de sus habitantes en particular.
Está ubicada en la carrera doce con calle sexta, esquina del perímetro urbano de Garzón
- Huila, lugar donde todos mis amigos llegaban en las noches para jugar hasta que el cansancio nos venciera, luego a dormir
y soñar todas esas aventuras de tantas pilatunas realizadas durante el día, conociendo el mundo de los niños,
las labores de los adultos, que sin pensarlo estábamos preparándonos para ser personas mayores y luego tomar
el destino que la vida nos debía deparar a cada uno, ya convertidos en adultos. Recuerdo
como ayer a una señora que residía en la casa de mi historia, era una persona muy sencilla, comunicativa y bien
hablada, cuando su tiempo se lo permitía nos narraba historias y cuentos clásicos de todos los tiempos; pero
su modus vivendi era otro, se dedicaba a servir a los iletrados de la época, en su mayoría eran campesinos que
por su analfabetismo, deseaban comunicarse con sus seres queridos ausentes, acudían a sus servicios para que como “escribana
o escribidora de cartas”, sus seres queridos tuviesen noticias de sus éxitos o fracasos comunes en los seres
humanos. Existían dos situaciones para que esos ciudadanos visitaran a doña
“Amelia”, la primera era que el solicitante tuviese la dirección y ciudad donde residía su familiar
queriendo actualizarlo de los últimos acontecimientos de su círculo familiar, la otra era cuando había
recibido una misiva y deseaba darle contestación informándole lo que ocurría en su hogar, misión
bastante noble para unir seres queridos, que como consecuencia de la distancia y la carencia de otros medios como los que
hoy existen, debían acudir a la Administración Postal Nacional para su envío.
Cuando se presentaba la primera situación, el interesado tenía una larga conversación
con la escribana, para después de escuchar todas las historias, ella a su vez podía inspirarse a nombre del
solicitante y darle una versión novelesca, tratando de llegar a conmover los sentimientos del destinatario.
El segundo caso era cuando había recibido la comunicación del ausente, en esta ocasión
primero le decía al solicitante que si deseaba que le leyera la carta que había recibido, luego de leérsela
y enterarla sobre su contenido, le requería sobre cuáles temas deseaba que versara su misiva, una vez tomaba
nota sobre lo trascendente del contenido, le comunicaba que debía espera mientras ella la escribía.
Estando totalmente enterada de lo que debía escribir, al cliente se le ofrecían las diferentes
clases de papel que tenía en el momento, tal como una cuartilla tamaño carta de color blanco a rayas azules
o esquela en varios materiales y colores, cada quien elegía el de su predilección.
Los pasos siguientes eran dirigirse a una mesa rustica en forma de comedor, sacaba de un cajón ubicado
en el centro del mueble del que extraía, un tintero, una pluma, el papel seleccionado por el cliente, un papel secante
y procedía a plasmar en letra palmer el contenido, aportando su estilo y sentimientos como bien solía
hacerlo para complacencia de sus clientes, cada vez que terminaba una cuartilla pasaba sobre el escrito el papel secante con
ello se evitaba que el escrito se manchara. Una vez terminada la escritura, pedía
al cliente que se acercara, para leerle el contenido de su misiva, la que con su característico acento, casi que convirtiendo
en un poema esas ingenuas historias que ellos deseaban manifestar, impregnándolas con sabor a verdaderos dramas y declaraciones
de amor para sus seres queridos; una vez se enteraban del contenido, enternecía a esos corazones con tal regocijo que
se convertía en llanto, porque se les estaba diciendo cosas bellas que ellos mismos no las habían imaginado.
Con mi malicia de niño inquieto, cuando no me encontraba jugando con mis amigos, me entraba silenciosamente
a la sala donde despachaba la señora, escuchaba todo el rollo desde que llegaban, las historias que contaban, la lectura
del contenido de la carta y las reacciones emocionales de los clientes, ignoro por qué me gustaba hacerlo, cuando a
principios del siglo XX, en esa época era un acto reprochado por los mayores, el culpable era el señor Carreño
y su urbanidad. Esa intromisión y falta de urbanidad es algo que me marcó para toda
la vida, a medida que adelantaba mis estudios, siempre que salíamos a paseos en los establecimientos donde me encontraba
estudiando y a varios sitios del municipio siempre hacía de cronista sobre cada uno de los viajes, cuyo resultado me
daba puntos para que mis profesores reconocieran mis trabajos, luego creo que mi profesora de kínder Garden fue la
“Escribana de Cartas”, pasión que llevo muy dentro de mi alma y lo hago con mayor intensidad cuando se
trata de mi patria chica. Esta historia me emociona sobre manera, porque hace parte del
pasado y los que las vivimos no debemos llevarlas a la tumba, hoy cuando los medios de comunicación han llegado a tanta
sofisticación que mediante un celular se pueden comunicar sin importar la distancia y la respuesta se recibe en el
mismo instante, lamentablemente la profesión de “Escribana de Cartas”, ha muerto y la tecnología
se encargó de ello, como también el analfabetismo ha desaparecido de nuestro medio.
Quiero rendir un sentido homenaje de gratitud a la señora Amelia (q.e.p.d.), quien allá
en la vida eterna, seguramente se haya encontrado con sus clientes para celebrar su llegada y en igualdad de condiciones recordar
esos viejos tiempos que con su habilidad idiomática les despertó tantos sentimientos de amor y el grato recuerdo
de haber vivido en el municipio de Garzón, tierra grata por tradición. Mis sentimientos
se enervan cuando recuerdo que la “Escribana de Cartas”, fue tan permisiva, cuando nunca me prohibió estar
presente en su casa en el momento que ejercía su humilde profesión, además sin ella quererlo me enseñó
a escribir temas de la vida real, a transmitir sentimientos y crear historias bien contadas, siendo temas tan difíciles
de tratar, donde se requiere emplear argumentos especiales para llevar al lector a escenarios desconocidos, crearles el deseo
de conocer el final de una historia y antes de terminarla, ellos se pueden imaginar el desenlace sin conocerlo.
Esta es una pequeña historia
de la esquina donde nos convocábamos los niños todas las tardes y parte de la noche cuando aún era un
infante, para departir tantos juegos inocentes y socializarnos, actividad necesaria que despierta los sentimientos nobles
que nos convierten en seres útiles para poder afrontar los permanentes cambios que en toda sociedad se generan afrontando
los retos de la modernidad
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Visitas de la Imagen de San Roque En mi apacible vida de campesino, cada segundo que transcurría era colmado de sorpresas, en esos ambientes
suceden hechos que en lo urbano no ocurren, porque el ritmo acelerado de la movilidad y demás actividades comerciales
e industriales, propias del mundo moderno, se convierte en rutina y los cambios intempestivos son difíciles de captar.
El
Campo es una sinfonía de sonidos, producidos por los animales tanto domésticos como en vida salvaje, el aire
en sus diferentes manifestaciones produce movimientos en la flora, el calor motiva a que los animales en su idioma manifiesten
su agrado por el momento que están viviendo, los días soleados o frescos, de acuerdo al estado del tiempo, en
el momento menos esperado aparecen nubarrones, lluvias inesperadas y hasta tormentas acompañadas de estridentes trueno,
rayos y centellas; esas maravillas convierten al campo en una caja de sorpresas. Quienes
hemos tenido la felicidad vivir en una parcela especialmente en los principios del Siglo XX, debemos dar gracias a Dios por
haber experimentado esa obra de la creación sin alteraciones como las que se viven en la actualidad, cuando existían
animales de todas las especies, que actualmente se encuentran extinguidos o en vía de desaparición de
la fax de la tierra, como consecuencia de la caza y la tala de los bosques.
Quiero referirme a un hecho en particular que en el instante menos esperado ocurría
como era la visita de la imagen de San Roque, que nos conmovía espiritualmente por tratarse de un momento propio para
orar con devoción al Santo, hacerle nuestras peticiones y con la fe que lo hacíamos podíamos experimentar
los cambios de nuestro comportamiento y la fe que nuestra parcela se convertía en abundancia y productividad, mayor
a la acostumbrada. Cuando el silencio se imponía en la parcela, llegaba
a nuestros oídos un sutil tic. ttc, tic, no era extraña esta visita que a menudo recibíamos con sentimiento
de cristiandad, nos preparábamos para la recepción disponiendo un espacio especial de nuestra sala, para improvisar
un altar con las más bellas y perfumadas flores que hubiesen en el jardín. La historia
de las visitas a las fincas y a las diferentes veredas de la imagen de San Roque, era que un Señor de baja estatura,
siempre vestía pantalón y saco del mismo color, camisa abotonada hasta el cuello, alpargatas de cuero, con suela
de llanta y un sombrero de ala ancha, siempre portaba una camándula en el cuello, su cara era redonda muy parecida
a la de un pequinés, sus extremidades cortas, la indumentaria en el momento de su llegada, daba la idea que hubiese
pasado por debajo de un ducha, empapado de sudor debido al esfuerzo y el peso del nicho, donde portaba el santo patrono, labor
que desempeñaba con mucha humildad debido a que había ofrecido una manda a su Santo Patrono de por vida que
consistía en llevarlo a las residencias rurales por campos y veredas de la jurisdicción del municipio, para
que los ciudadanos le rindieran culto al santo e hicieran sus peticiones por sus necesidades más apremiantes.
Cuando
el penitente hacía su arribo a la residencia, ya estaba dispuesto el altar, quienes estuviesen en ese momento iniciaban
las oraciones y las primeras peticiones, luego una persona se encargaba de llamar a los demás que estaban laborando
en la parcela, para que viniesen a rezar al Santo y pedir con devoción la bendición para la parcela, era tal
la devoción que las cosechas eran más abundantes y quienes estuvieran padeciendo alguna enfermedad experimentaban
el milagro de su curación, todos los presentes ofrecían una limosna en efectivo, la que era consignada en el
alcancía del nicho. La visita podía permanecer mínimo medio día,
pero si la distancia a la siguiente finca era considerable, permanecía hasta el día siguiente, al penitente
se le suministraba la alimentación y alojamiento, en el momento de despedir el Santo estaban presentes todas las personas
que laboraban incluyendo los trabajadores, para orar y agradecer la visita, que con seguridad se convertiría en una
bendición tanto para la parcela como para sus habitantes. Tanta devoción
al Santo, pero si a cualquier devoto se le pregunta quien fue “San Roque”, ninguno sabía su historia y
como fui el primero en rajarme sobre el tema, me propuse a investigarlo. San Roque
es un Santo popular que ha suscitado devoción en todo el mundo, ha concedido favores a través de los siglos,
especialmente en épocas de enfermedades y pestes. Su nacimiento fue un hecho milagroso
y fruto de un voto hecho por sus padres, que sufrían en vista que no habían podido tener hijos, huérfano
a temprana edad, vendió la herencia familiar para entregarse a los pobres, siguiendo la cita de San Mateo que dice:
“Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo y vete conmigo”.
En
la ciudad de Acquapente, en el hospital de la localidad, se puso al servicio de las personas infectadas con peste y logró
alcanzar con su servicio, curaciones admirables, milagrosas e inexplicables. En la ciudad
italiana de Titania Cesania, antes de llegar a Roma, curó a un Cardenal, lo que motivó para que fuese presentado
al Papa; después de tantas curaciones y contacto continuo con los infectados, en la ciudad de Piacenza quedó
contagiado y se vio obligado a retirarse a un bosque en las afueras de la ciudad. Cuando
se trasladó al bosque para no infectar a nadie, cada día lo visitaba un perro para llevarle un panecillo, el
perro lo tomaba de la mesa de su amo, de nombre Gottardo Pallastrelli, al ver la escena diaria de su mascota, tomó
la decisión de seguir su movimiento y tuvo la sorpresa de encontrar al pobre moribundo, lo llevó a casa, lo
alimento y lo curó. La curación definitivamente fue gracias a un Ángel
que se le apareció, igualmente existen versiones populares donde se afirma que fue el mismo perro quien le curó
la herida de su pierna cuando se encontraba en el bosque, al lamérsela hasta que logró su recuperación.
Cuando
volvía a Montpellier su ciudad natal al norte de Italia, en el pueblo Angera, unos soldados lo acusaron de espía,
por ser desconocido en el lugar lo arrestaron, fue encarcelado y murió en prisión entre 1376 y 1379, a los 32
años de edad. San Roque perteneció a la Tercera Orden de los Franciscanos,
Rama de la Congregación para Personas Laicas, actividad para quienes quieran vivir bajo la espiritualidad de San Francisco
de Asís. Al conocer la historia de San Roque, reafirmo mi fe al Santo Patrono, que tantas
veces nos visitó la finca El Puente, hogar de mis ensueños que cada vez que llegaba, sentíamos esa espiritualidad
a flor de piel, esa cercanía del Creador; también recuerdo con especial afecto al penitente que con tanta fe
cumplía su manda, llevando las bendiciones del Todopoderoso en manos de San Roque, quien tantas veces curó a
quienes padecían las pestes de la época y su santidad que pudimos sentir en cada visita.
Para
ese pequeño hombre de singular figura que nos acercó a quienes laborábamos en la parcela, que Dios le
haya reservado un lugar especial dentro de su Reino y que haya pregonado con los demás miembros de la Corte Celestial,
que en la tierra hay un sitio excelente en el departamento del Huila, llamado Garzón, en la República de Colombia
y que en ese territorio cumplió su manda para glorificar al creador.
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La tecnología
le embiste a las canas Acabo de recibir una estocada mortal, como consecuencia de no
haberme actualizado en todo lo relacionado al manejo del computador, lo que me condujo a un fracaso sin precedente en mi existencia,
después de trabajar más o menos unos seis meses para producir un libro dedicado a mi patria chica, con apasionantes
temas, cuando llevaba más de 100 hojas, con un solo mal procedimiento en el teclado, se me desapareció como
por encanto al haber accionado una tecla pensando que con ella se recuperaba el archivo. Aprendí
que debo compartir estas experiencias, en el mismo momento en que se realizan, había prometido enviarle unas cuantas
páginas, para que me emitiera un concepto, a mi amigo el Capitán Eulises Sierra q.e.p.d. natural de Algeciras
Huila, amigo incondicional, porque siempre me decía que mi estilo para narrar historias era muy especial e interesante,
que palabra por palabra conducía al lector para vivir hechos como si estuvieran sucediendo, manteniendo el interés
hasta llegar al desenlace de la historia. Mi preocupación ha sido escribir, leer, releer y corregir,
pero lo cruel, nunca envíe el prometido material, lo que me hubiese salvado de tan singular fracaso, en el momento
de perder el archivo, lo más simple habría sido pedir que me devolviera una copia del material enviado; otra
medida puede ser que cada página cuando tentativamente esté aceptable, se imprima y en caso de desaparición
del archivo, máximo se necesita volver a digitar, nunca recibí un consejo de alguien que me hubiese sugerido
para prevenir un fracaso como el que me ocurrió. Estuve meditando lo ocurrido,
me causó una pena moral muy grande, me deprimí y la nostalgia todavía está invadiendo mi alma,
porque se había consultado a varias personas y no me daban esperanza de la recuperación, quedándome una
última oportunidad que son aquellos magos que salvan archivos después de un incendio y los equipos quedan
afectados, ellos son capaces de recuperar los archivos que estaban grabados, todavía abrigaba una vaga esperanza.
Perder el contenido de una obra literaria casi terminada, es como un castigo de Dios, a quien le pido perdón
por mis errores u ofensas para merecerme esta condena, porque así se tenga la voluntad de reconstruirlo, esos sentimiento
que afloraron con abundante intelectualidad para plasmarlos de nuevo, no son los mismo en vista que la inspiración
no es igual así se quiera, porque las circunstancias de tiempo, modo y lugar, siempre son diferentes y los recuerdos
que poco a poco llegan a la evocación para la recreación del tema, nunca son similares, la inspiración
se produce cuando llega a la memoria, el recuerdo de algo que en un momento ocurrió e impactó el sentimiento
y si lo trato de recordar de nuevo siempre saldrá con diferencias abismales. Con sobrada
razón nuestros hijos nos miran con sorpresa, cuando nos califican como unos ignorantes en estos quehaceres, endilgándonos,
¡que la tecnología nos atropella!, pero… no observan que en nuestra época, cuando iniciamos estudios,
estas tecnologías no existían, iniciamos nuestra capacitación con una pizarra, un lápiz pizarrín,
un borrador de trapo y como complemento un ábaco incorporado a la pizarra, los cuadernos eran artículo de lujo,
no existían los bolígrafos y los profesores -unos cuantos- con escasos conocimientos intelectuales y baja
experiencia pedagógica. Quienes hemos logrado conocer los computadores nos enfrentamos
ante una bifurcación en el camino, con una alternativa de la que tomamos la más fácil, como es utilizar
el computador casi como una máquina de escribir, -claro está- con muchas más aplicaciones, razón
que justifica porque continuamos sedientos de escribir nuestras memorias y dejar un legado cultural, para que nuestros esfuerzos
no se pierdan, aplicando el sabio adagio que dice: “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
Cómo quisiésemos los viejos que nuestros hijos sean más colaboradores cuando nos enfrentamos
a un computador, para que tengan la paciencia de enseñarnos lo que para ellos fue un paseo, porque nacieron en medio
de la tecnología, para nosotros es un poco difícil, quisiéramos que cuando tengamos alguna duda y los
llamemos, operen el equipo tratando de hacernos conocer los pasos y en caso que se nos olvide, que no respondan: ¿luego
no recuerda cómo le enseñé?, eso no lo merecemos cuando hemos dado la vida por ellos.
Después de mi fatal pérdida de algo que había sido escrito con el alma, con un sentimiento
indescriptible y devolviendo la película de mi vida, para recordar lo que vi, sentí y experimenté desde
el mismo momento en que tuve uso de razón, cuando cada palabra representaba para mí un capítulo de mi
vida, los paisajes que hicieron parte de mi cosmovisión garzoneña, que endulzaron mi niñez, para engrandecer
mi amor hacia mi terruño el que llevaré hasta la tumba. Confieso que
perdí una joya valiosa que nunca podré recuperar ni reconstruir con la autenticidad que lo hice, llegando a
compenetrarme en tales circunstancia que pude estar de nuevo cerca de mis difuntos padres, recordando ese tiempo pasado que
nunca volverá y tal vez en cuanto a críticas un poco descarnadas pero reales que con el transcurrir del tiempo,
hemos aprendido que esa pasividad nos ha perjudicado para alcanzar un mejor desarrollo de la población y sus habitantes.
Prometo que desde ya emprendo la reconstrucción, no criticaré lo sucedido en el pasado y si
lo hago, buscaré la forma más adecuada para que lo que diga, no ofenda a quienes por circunstancias del pasado,
fueron miopes ante ciertos momentos que hubiesen sido claves para obrar cambios, demostrando así que con algunas estrategias
se remediarán los altibajos que se han vivido por falta de iniciativa y buen sentido para solucionar los inconvenientes
que en un momento dado se presentaron. Espero, si las circunstancias me lo permiten, volver a
empezar con el mismo entusiasmo que lo hice en el primer intento y que el idioma me favorezca iluminándome mayores
recursos para superar con creces, esta gran dificultad que me puso en prueba para medir mi grado de paciencia al que he llegado
debido a mi madurez espiritual, para tener la dicha de ver colmadas mis ilusiones de presentar ante mis ‘contertulios’
una publicación que tenga algún mérito literario y para mi pueblo un legado de recuerdos del pasado.
Ante una amenaza como la que padecí al perdérseme algo que me hizo derramar lágrimas
cada vez que lo releía, no me queda una alternativa más, que emprender de nuevo tratando de recapitular, dedicando
toda mi voluntad y entereza de carácter para lograr vencer el miedo de no ser inferior a lo que con tanto cariño
y desprendimiento pensé presentar ante algunos de mis amigos más cercanos, que posiblemente vean en mí
como una persona que siempre miró hacia adelante para alcanzar metas.
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La suerte está echada, no debo llorar sobre la leche
derramada, ser aprendiz de escritor tiene un valor que siempre se debe manejar con decisión, una reclutada le sucede
a cualquier ser humano, este escrito lo tomo como un documento para comprometerme conmigo mismo, pensando que nunca es tarde
para cristalizar un deseo, ya no me alcanzará el tiempo para cumplir mi intención de presentar mi primera producción
literaria con motivo de la celebración de un año más de existencia de la Tertulia Taller Acorpolista,
que tengo el honor de ser fundador y director, pero no importa, los frutos madurarán en el momento menos esperado
con la rapidez que es propia en una fructífera primavera. Pido a Dios, para que mis
sueños se conviertan en realidad, cuando mi única pretensión es contribuir a perpetuar el pasado, para
que las nuevas generaciones comprendan que cada una, hace parte de un todo y cuando se desconoce la historia es posible que
la tengan que repetir, disminuyendo en esta forma posibilidades de avanzar con mayor rapidez por no saber lo ocurrido en el
pasado, cuando quienes nos suceden deben aportar nuevas ideas para la modernidad, teniendo en cuenta el aporte
de las generaciones pasadas. Después de una seria investigación respondió
que nada se podía hacer para recuperar mi escrito inicial y es el instante definitivo de mi vida, cuando tengo que
revestirme de paciencia y decir: ¡Cierro los ojos, me encomiendo al Creador y manos a la obra! Los
tiempos cambian paralelamente con la modernidad y es asombroso comparar el pasado con el presente, cuando visito mi pueblo
del alma en donde por primera vez en mi vida respiré mi primer aliento, paseo las calles y regresan a mi memoria esa
imágenes de antaño que tanto golpean el alma, porque esos lugares sólo para uno, son ricos con sabor
a reminiscencias.
Garzón
La
primer avenida construida como aporte al embellecimiento del pueblo fue la Avenida Pacífico, iniciaba en la carrera
11 y llegaba hasta cerca de la Quebrada Garzón, justamente por la entrada de la vía que viene del Cauca y el
occidente colombiano; cuenta desde aquel tiempo con doble calzada y el separador de la vía con palmas africanas, luciendo
un ambiente tropical bastante agradable, lastimosamente carecen de mantenimiento, actividad que mejoraría el paisaje.
Para efecto de comunicaciones al mundo exterior del poblado se contaba con el telégrafo,
era un romántico sistema que debía hacerse por el sistema de Morse, los mensajes se llamaban telegramas y los
escribían en unas cintas que luego eran pegadas a un formato para ser entregadas al destinatario, su transmisión
era lenta porque entre los pueblos se cedían los espacios hasta que llegara al lugar de destino y cuando una de las
dos cuerdas conductoras de la señal sufriera algún daño, quedaba suspendido el servicio hasta que el
guarda línea lo reparara. La evolución de las comunicaciones se fue transformando
por sistemas modernos y se puso al servicio la comunicación telefónica, lo que vino a unir las ciudades, se
redujeron distancias, hubo un servicio de teléfonos intermunicipal, nacional e internacional, primero se daba el número
y cuando la operadora conseguía la comunicación hacían pasar al usuario a la cabina y por último
ya sabiendo el número, se pasa a la cabina y el usuario hace la marcación. Simultáneamente
el servicio de telégrafo o telegramas pasó a la historia y llegó el marconigrama que era un aparato similar
a una máquina de escribir, tenía un rollo alimentador de papel y cuando llegaba la comunicación automáticamente
la escribía, el operador las separaba y el mensajero los distribuía a los sitios de destino, cuando se debía
transmitir, el operario obtenía la comunicación con la ciudad deseada y sencillamente escribía el mensaje
y llegaba al lugar de destino. El servicio
de teléfono a residencias consistió en un conmutador al que los ciudadanos iban comprado su línea e inmediatamente
se les instalaba, no gozaba de la tecnología actual en forma automática con un disco de marcación; consistía
en levantar el auricular y una telefonista le respondía y se le pedía que lo comunicara con el número
tal y si no lo sabía, se le solicitaba que lo comunicara con fulano de tal, eran tan pocos los abonados que en
la central entendían por dígitos, nombres o familias; a medida que fue transcurriendo el tiempo y con el crecimiento
de suscriptores, el sistema cambió ya llegaron los aparatos con su disco para la marcación y quedaron automáticos.
Y
por decir alguna, cuando niño el transporte de los productos agrícolas se transportaban desde la veredas en
recuas de mulas, caballos y jumentos, al llegar a la plaza de mercado una vez se descargaban, debían ser llevados a
un lugar seguro, mientras se hacían las transacciones comerciales, la situación era similar como cuando ahora
llega el campesino en su capero y lo lleva a un parqueadero, asimismo en aquella época los equinos eran conducidos
a unos lotes cercanos a la plaza, donde se desensillaban y se les suministraba agua mientras su regreso; qué coincidencia
donde ayer se parqueaban los caballos hoy son parqueaderos para vehículos. Recordar
el pasado cuando fue placentero, es invaluable al sentir el calor de aquellas gentes que vivían en paz con Dios y con
los hombres para quienes en un ensueño sin par al poder prolongar la vida con fortaleza y sin afán, lo que hoy
califican los facultativos como estrés. Bogotá DC., febrero de 2020
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VIVENCIAS PARA EL RECUERDO...
Adiós inolvidable amigo,
anftrión sin tacha,hermano en las letras, gran señor de la bondad y la entrega a su deber de padre,hermano y
soldado de la patria: Hernando Castro Conta
He sabido envejecer con altura, disfrutando
del medio que me ha correspondido vivir, entre la alegría y la paz que han sido mis fieles compañeras, adaptándome
al mundo y sus cambios; vivo agradecido con el Creador por los dones que me ha concedido para ser un viejo feliz. Hernando
Castro Conta
Hernando Castro Conta viajero de la geografía colombiana,
su otra gran pasión incansable retratista v de la escena campesina colombiana, ha aprendido a escuchar los truenos
de Dios y del hombre, que le hablan con su eco de los peligros que amenazan el medio ambiente, precursores de muerte de lo
puro y bello de la naturaleza, desde las enmarañadas selvas verdes de sequedades siniestras, hasta las más inhóspitas
regiones de la patria donde se refugian los victimarios de la paz y se acomodan al azar, la verdad y justicia:"Grito
a los cuatro vientos y denuncio para que todo el mundo se compadezca de mi...Si continua esta hecatombe, se avizora el final
de la vida en el planeta"; (Lamentos de un Moribundo). Joseph Berolo
Recordar el pasado... viviendo el presente La vida nos enseña que por más fracasos que se tengan siempre hay una nueva oportunidad para
alcanzar la cumbre de todos los anhelos. Este es el momento para afrontar de nuevo la reconstrucción de un trabajo
intelectual que inicié hace algunos meses, nacido en lo más íntimo de mi alma. Lamentablemente, una falla técnica en mi computador, causó
la pérdida muy lamentable por cierto, de todo el archivo, sin dejar el más
mínimo vestigio de lo que pudo haber sido el documento histórico más importante de recordación de mi infancia y juventud
en mi ciudad natal, Garzón, Huila. Invoco al Todopoderoso para que con su infinita bondad y sapiencia, me ilumine para recordar
lo hecho y con fe del carbonero logre concluir este proyecto,
que es, en si , una sentida historia
sobre mi patria chica. Es que el ser humano, en su mayoria. se
lleva a la tumba todas las historias que las nuevas generaciones debieran conocer. Muchos de ellos no alcanzaron
a conocer las nuevas tecnologias de la comunicación, que hoy utilizamos y nos permiten perpetuar su intelecto y el
nuestro. Por lo tanto, es un deber social dejar constancia de la vida y obr cultural de nuestros antepasados,
producto de su inteligencia y creatividad y capacidad de solución de los problemas de su tiempo. En el universo todo
tiene un principio que con el trascurrir del tiempo genera cambios y se constituye en riqueza histórica que debe
plasmarse en los medios de comunicación actuales como base histórica
de las transformaciones sociales, políticas, religiosas, folclóricas y de hábitos de todos
los pueblos del mundo.
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Desde una lejana comarca, uno de tantos búhos que
la habitan, se dedicó durante su acostumbrada meditación nocturna, a pensar en cuál sería su futuro
de continuar viviendo en esa región donde su integridad estaba seriamente amenazada por el ser humano que lo consideraba
ave agorera y perseguida; la conclusión a la que llegó fue que debía emigrar a otra región donde
pudiera estar más seguro.
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Cierto día, en la
comarca del Páramo Guayeneche se escucharon truenos y se vieron relámpagos sin motivo climático alguno
que justificara el fenómeno. Una nube se acercó al lugar para investigar qué sucedía en tan tranquilo
lugar y encontró al Río Bogotá entre gritos, lamentos y sollozos.
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La vida nos brinda muchas oportunidades
para demostrar nuestros valores personales y comprobar que cuando hay voluntad y decisión, se pueden realizar acciones
como estas, de ayuda y salvamento de vidas fortificando y multiplicando nuestras fuerzas para dar bienestar y felicidad al
prójimo, sobre todo cuando no hay interés económico de por medio. Así se va conformando la historia
de nuestro agónico planeta tierra.
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Se levantó la sesión
y el pavo real, en señal de protesta, dejó escuchar su estridente voz, aturdiendo a la concurrencia, acto que
causó indignación por su falta de humildad. Todos esperaban que saliera arrepentido y cabizbajo, pero ocurrió
todo lo contrario: se abrió paso entre los asistentes, pavoneándose y exhibiendo su belleza, confirmando una
vez más que: "Seguirá siendo el Rey".
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El perro casero, la mascota de la familia,
es la pieza que solidifica el hogar porque integra y complementa un indestructible vínculo amoroso entre él,
los niños y los adultos, tanto que cuando se programan vacaciones, es el primero en disfrutarlas. Su compañía
es indeclinable. Cuando se selecciona el lugar para vacacionar lo primero que preguntan sus dueño es: ¿Cuenta
con un hotel para perros?
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El ser humano ante los fenómenos
naturales es totalmente indefenso. Solamente la fe en Dios nos consolaba en ese desagradable momento cuando sin poder hacer
nada para defendernos, podía caer un árbol sobre la casa, o un rayo sobre el techo de zinc que podría
electrocutarnos, o arrastrarnos el río salido de madre, y desaparecernos en medio de la selva, con sepultura incluida;
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Se lo tragó la
selva y aprendió a vivir como uno más de los habitantes de ‘Puerto Escondido'; olvidando el mundo civilizado,
su familia y ciudad natal, hasta que le canten el réquiem en medio de alabaos y lamentos africanos, sin flores en su
tumba, porque cuando la persona fallece, su negra e hijos achocolatados, lo llevan a cumplir su sentencia divina entregándolo
al suelo para que cumpla la ley: ‘polvo eres y en polvo te convertirás' Su descendencia se encargará de
continuar la rutina y las tradiciones propias de aquel pueblo fantasma.
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Lo humano,
y especial, es lo relacionado con el género humano. Es difícil catalogar el fenómeno social de Tutunendo;
lo único que se aprecia a simple vista, y siguiendo las leyes físicas, los polos opuestos se atraen, el dilema
es: ¿cómo los llamaríamos, aplicando la cultura tutunense?
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El humedal se estremecía
como si estuviera siendo sacudiendo por una borrasca y el cuerpo de agua reverberaba como si estuviera en ebullición.
Protestaba contra los ‘urbanizadores piratas’ en complicidad con las autoridades, que se enriquecían desecándolo
para convertirlo en barrios insalubres e inundables.
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Un día cualquiera
del almanaque, una de las vías capitalinas se infarta por causa de un carromato de tracción animal, sobrecargado,
que desborda la capacidad del cuadrúpedo que lo tira. Su conductor, obtuso y despiadado, en vez de aligerar la carga,
la emprende contra el caballo castigándolo cruelmente porque no puede responder a tan excesivo peso.
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En uno de tantos días que tiene
el calendario, escuché un diálogo entre el Macizo Colombiano, el Páramo de las Papas y la Laguna de la
Magdalena. Estaban reflexionando sobre su hijo más querido y bien conocido en nuestro sistema de comunicación
fluvial: El Río Magdalena, pensando que había cumplido la función para la cual lo creó Dios: ¡Ser
fuente de vida!
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Zarpamos cuando teñía
la noche, más o menos a las seis y media de la tarde, con un mar en calma; mi estado anímico era normal, observaba
a los pasajeros de la región encomendándose a Dios, se hacían la señal de la cruz, rezaban; ellos
conocían la clase de aventura que estábamos iniciando y que solamente finalizaría al amanecer del nuevo
día con la llegada a la isla prisión Gorgona.
En toda profesión se presentan momentos
difíciles frente a los cuales al final es frecuente exclamar: ¡Una cosa es contar y otra vivir en carne propia
ser responsables directos de algún hecho que se tenga que lamentar!
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El reino animal cansado de los males causados
por los humanos y al verse en peligro de extinción, convocó una convención de congéneres residentes
en las selvas colombianas, para estudiar "El derecho a la vida y a su hábitat" y descubrir a ciencia cierta
las causas de su deterioro y determinar sus fortalezas y debilidades para enfrentar la crisis que los aquejaba.
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