Si lo sabrá el viento...



Y... Qué de mis poemas?

Escribí tantos versos como segundos
marca la existencia... fue la estrofa
un devenir de penas,
un claro relatar de auroras tensas de sonetos puros
de medida estricta y corazón de seda.

Todo fue delirio inmenso,
profundo rebozar de sueños,
tumulto de catarata, tronar de dioses,
silueta de vestales, piruetas del alma
en cárcel de prosaicas ataduras
terrenas abismales

Y.. Qué de mis poemas?

Dónde están sino en mis venas--
la indiferencia humana
ya celebra a carcajadas
mi suerte de Poeta.

¡Que Poeta!, dijeron los amigos
entre el humo de amargos cigarrillos
y la loca bohemia pasajera...
solo yo quedaba en las mañanas
saboreando la fiebre lujuriosa de la noche,
solo en el pálido escenario
de la aurora solitaria.

Son tantos los caminos de la Musa,
tan solitarios en la bruma
de esperanzas consentidas...
es eterno el verso
mendigo de amoríos..
...eterno el golpear con liras
el vulgar rastrojo de la tierra.

Y...Qué de mis poemas?

Solo aquellos que guardara Ella,
mientras Ella exista...
los de mi otro ayer, habitan el olvido,
cenizas son al viento proclamadas--
talves un cofre en un rincón,
de aquellos que guardaban custodiados
mis tantas musas pasajeras.

La vida de su amor, corta, triste...
lo mejor de mi cosecha,
convertido en cosa muerta,
vulgar y traicionera historia.

Y Qué de mis Poemas?:

Los de niño enamorado...
de las rosas... amaba
las espinas de mi loca juventud
apasionada.. la frívola aventura,
la furia del deseo desbocada--
en cada verso, aquel entonces,
un lazo de lujuria
a la dulce palidez de la adorada...
suave lazo de romance audaz
y de ternura precoz entronizada.

Y...Qué de mis poemas?

Los del hombre consagraron
con argollas de oro la leyenda
del amor soñado...eterno fue
el tema campanero,
el deseo, bautizado con sonetos,
la estrofa de una entrega,
rimas acentuadas con  caricias
la muerte de la dicha
con la negra pluma de un Nocturno.

Mis poemas son viajeros
de naves capitanas del olvido...
Solo Tú, cuidadosa cosechera
de mis últimos latidos,
solo Tú serás la redentora
del insomnio y la locura
de aquel poeta triste
que tu alma enamorada redimiera.


Joseph Berolo

Ave Viajera
Andanzas de una Pluma Andariega. 2000