A los herederos del cielo ("Ahondar más, ahondar más: sólo cuando seas lo suficientemente humilde, serás santo").En especial, a los que saben ver con los ojos del alma...Particularmente, a los amigos en las letras y hermanos en la Fe y Humanidad del Hogar Planetario: UNILETRAS-AVE VIAJERA S.A.S. (REVISTA LITERARIA Nº II); honrando a su Director Fundador, Dr. Joseph Berolo Ramos y a su Directora Editorial, Sonia Herrera Muñoz Berolo: con admiración plena, sincero afecto y el deseo de seguir cultivando una amistad sincera abrazados por la Gracia al Maná de la Palabra...

Adrián N. Escudero, 19-02-2017 (DÍA DEL AMOR OFRENDA - Mt. 5, 38-48)

 

 

"Somos Mendigos de Dios" - P. L. Castellani (1899-1981).

 

Hoy he visto un pedazo de Dios arrojado a la vereda.
Sobre Obispo Gelabert, casi Urquiza; no tan lejos de Baterías "Parpal". Bajo la sombra egregia de la cúpula agustino recoleta, proyectada como un ángel ciego desde calle Santiago del Estero hasta el lugar del hecho.
He visto también, en la penumbra de los muros contiguos a los míos, a dos figuras moviéndose con temor en derredor de aquel despojo oscuro.
Veintiuna horas de un domingo de otoño. Y ni siquiera las (vencidas) hojas del pequeño árbol que emerge solaz como un paraguas nocturno frente a la casa, pudieron contener el golpe.
Al lado del cuerpo yacente, un carrito de miserias detenido en el tiempo.
He visto a la enfermera vecina desesperarse ante la posibilidad de que el linyera hubiera muerto: la sangre le surcaba el rostro. El alcohol lo había estrellado abruptamente contra la pared y le había dejado allí, inmóvil, como muerto, abandonado...
Aún respira, le sentí decir. Ajá, asintió su esposo, curvado hacia el bulto inconsciente. Yo (que había avanzado unos tímidos pasos hacia el extraño desconocido) dije, sí: está vivo.
Puede ser peligroso, alertó ella. Sí, asintió su esposo. Está muy borracho, completé (por decir algo). Tengamos cuidado. Puede despertar y no sabemos cómo reaccionará, previno la enfermera. Qué macana, dijo su marido. ¿Qué hacemos entonces?, pregunté.

 

 

He visto a algunos coches y colectivos pasar de largo cortando en fracciones el silencio de esa noche alunada. Pero no he visto a otros vecinos por el lugar. Hora de la cena, claro. El oratorio de enfrente y sus laicas consagradas, duermen también su virginidad católica, apostólica y romana. La quietud del barrio es asombrosa.
He pedido a la enfermera y a su marido que, por favor, me dejaran solo con ese Cristo roto. Que se fueran tranquilos. Que yo me las arreglaría cuando... Sí, dijeron. Y desaparecieron rápido cruzando la calle y doblando la esquina noreste del Kiosko "El Bunker" en dirección al Restaurante "Tuyú".
He vuelto ahora a entrar a la casa. Le he hecho el comentario a mi señora. Ella, repasador en mano, me ha aconsejado llamar al comando policial. He marcado el 101 y me han dicho que vienen para acá.

 

... Treinta minutos. El mendigo sigue como en estado de coma y la policía no ha venido. He insistido con ellos. Pero ellos no vendrán. Nunca vienen. Por eso he salido nuevamente a la puerta de calle y me he parado al lado del pobre hombre caído, casi despenado.

 

De pronto, se ha movido... ¡Hip!
Le he perdido un poco el miedo al verle la cara de muchacho. 
La barba le ha inventado años, pero es muy joven. Veinticinco, he calculado. Y se mueve. Mueve la cabeza. El golpe contra el muro vecino le ha abierto un cauce sangriento que tiende a cesar. ¡Hip!

 

 

Le he visto girar los ojos, perdidos, enturbiados quizás por un doble efecto: el del dolor y de la obnubilación. El alcohol le ha asestado un duro traspié. Le ha trenzado unas huellas patinosas tras el derrumbe contra la pared. ¡Hip!
¿Qué hacer?

 

 

Le he extendido mi mano y la ha rechazado en tanto balbucea... 
Balbucea: puedo solo, verá, puedo solo. ¡Hip! Y lo he dejado levantarse como puede. Ha logrado, al fin, ponerse de pié trastabillando una y otra vez, hasta alcanzar un precario equilibrio. En sus espaldas, cuelga una verde mochila, donde -con seguridad- guarda cosas de íntima necesidad.

 

He notado su mirada comprensiva, pero no habla. Ha extraído un pañuelo del mugroso pantalón negro con el que seca la sangre de su rostro atormentado. Se golpeó feo, usted, digo. Sí, responde. ¡Hip! Ahora, ya está. Me voy. ¿Pero cómo va a hacer para irse?; puedo llamar al COBEM. No, no, al COBEM, no, ruega. No los moleste, puedo solo, verá, puedo solo. ¡Hip! Y tambalea torpemente. Apoyo su brazo trémulo sobre el carro de miserias y me dice otra vez: ahora me voy. Me voy para casa. ¿Pero adónde? ¿Dónde queda?, pregunto. Barrio Santa Rosa de Lima, contesta. Me voy, che... ¡Hip!

Le he suplicado que espere un poco más, hasta aclarar la nebulosa galaxia que gira en su cabeza. Le explico que es peligroso en su estado andar por ahí, que mejor llamo al COBEM. Al COBEM no, se enoja. Puedo solo; verá, puedo solo, che. ¡Hip! Ha vuelto a tomar su pañuelo y se restriega con cuidado las sienes heridas. Es una piltrafa, el pibe. La camisa -alguna vez blanca- se ennegrece por la noche y la mugre que la tiñe...

He visto a mi señora entonces asomar a la puerta. Como a dos pasos de la escena. La observo preocupada y luego, entrar de súbito a la casa. ¿Qué pasó?, me escucho preguntar. Me caí, parece, dice el muchacho. ¡Hip! Y aclara: Yo venía bien con el carrito y me caí, parece. ¡Hip! Hoy tomé alcohol; y me hace mal, aunque me gusta mucho. Antes no me gustaba. No me gustaba nada. ¡Hip! Ahora me ayuda. Me olvido de todo. No sufro. Estoy cansado de sufrir, ¿sabe? Me olvido de todo. Pero hoy no pude olvidarme de todo. ¡Hip!: hoy recordé lo del viejo monasterio y la huida hacia el monte. Tenía como 23 y me gustaba la oración; orar por las almas en pena. Porque el Maestro era mi amigo; mi verdadero amigo. Como mi sombra, ¿vió? Yo les hablaba de Él y ellos me buscaban. A toda hora, me buscaban. Pero me aturdían, che. De todos lados, venían. ¡Hip! Y me lastimaban mucho con sus sufrimientos, más que el alcohol; pero sin querer, ¿sabe?, y yo sentía que no podía ayudarlos tanto como querían... Un día le dije que no aguantaba más, que lo dejaba en sus manos. ¡Hip! Que yo me iba arriba, sobre una columna de rocas que me había construido para estar en penitencia, por ellos y por mí; porque era un flojo para sufrir y verlos sufrir así. Y en la columna estaba bien, de pie o de rodillas, de noche o de día, con frío o calor; y Él aceptó: me dijo que me quedara tranquilo. Que Él se haría cargo. Y me quedé arriba. ¿vió?. ¡Hip! Arriba podía orar y predicar tranquilo. Él me acostumbró a dormir poco y a comer una vez por semana, y muchas personas se amigaron con Él, a causa de su Palabra en mí: y yo estaba feliz. En aquel momento, yo era feliz. ¡Hip!... Cerca de los 70 vino a buscarme: yo estaba dormido, como hace un rato, como muerto, arriba, en la columna donde dormía también el silencio (mi verdadera sombra): sí, porque en aquellos tiempos -¡Hip!- no había tanto ruido ni de autos ni de ómnibus como ahora...

... Y he sentido reavivar el estupor de un grito ahogado ante aquel alegato irrefrenable: ¡Dios!, exclamo: ¿San Simeón estilita? Pero... ¿Cómo es posible...? ¡Año 450 d.c.! Eso fue en... Sisan, Cilicia, cerca de Tarso, donde nació Saulo, san Pablo. Y he gritado al barrio, también yo ahora turbado y confundido: ¿qué pasa acá?. Y le exijo revelarse: ¿Quién sos, pibe?, digo, realmente; y le sacudo como a un joven pastor de ovejas, a quien la Palabra del Evangelio de san Mateo en su capítulo 5, introdujo de joven -con 15 años apenas- a la vida monacal en busca de santidad. Pero no se altera y vuelve a insistir: ahora, tengo que volver a casa. Mi casa. Volver a casa ¡Hip! Sí, me voy, insiste. No puede retenerme. Nadie puede hacerlo. Anonadado, sólo atino tontamente a preguntarle: ¿Y..., juntaste algo...? Sí, responde manso y humilde de corazón: cartón, botellas, un pedazo de carne, pan, galletas, un velador roto (yo lo arreglo, yo sé arreglar cosas): son para mi mami. ¡Hip!, y se estremece quien supo de memoria los 150 salmos de la Biblia y de rezarlos a 21 por día; aquel que inventara el "cilicio" o cuerda espinosa para ceñir la cintura y hacer penitencia, y que, en su extrema capacidad de mortificación, se alejó del monasterio que lo había acogido y se fue a vivir primero dentro de una seca cisterna, abandonada, dando comienzo a una experiencia que sostendría durante su larga vida: pasar, como su Maestro, 40 días y noches en el desierto imperial de cuaresma sin comer ni beber...

 

... Porque yo no soy como mi hermano, el Caín, sentencia. El roba. Yo no robo. Junto cosas para mi mami. ¡Hip! Toco timbre, tic, y espero. Toco timbre, tic, y espero. Pero no robo: digo, señora, ¿tendría un poco de carne para comer, o lo que quiera darme...; y espero. Yo no entro a ninguna casa. ¡Hip! Toco timbre, tic, y espero. Pero mi hermano roba. Yo no. Esto es para mi mami. Porque yo al "otro" lo odio, es vivo... Y el Maestro me reta: dice que así no sirve, Simeón, el Abel. Que si tengo odio no sirve. Pero qué quiere. Si llego -y llora como un niño- y el "otro" se agarra todo. Y yo lo junto para mi mami. ¡Hip! Pero él se aprovecha, le pega y se agarra todo. A mi no me pega. A la mami, le pega. Un día lo mato. Lo mato, ¡le juro!... ¡Hip! Pero el Maestro se enoja conmigo. Y me asusta también cuando se enoja, ¿sabe?. Pero es que me duele lo que el "otro" hace con mi mami... ¡Hip! 
Y vuelve a limpiarse lágrimas y sangre con el pañuelo, quien, refugiado luego de la cisterna en una absurda cueva, hubo de encadenarse a una roca solitaria para evitar la tentación de volver a la ciudad; aquel, en fin, que consultado desde todos los países vecinos, para no distraer su vida de continua oración y penitencia, construyó una columna, de 3, 7, y 17 metros de altura, sucesivamente, donde pasó como el Emmanuel sus últimos 36 o 37 años de vida, al sol, al agua y al viento, predicando, corrigiendo, suplicando, mediando y convirtiendo a las gentes que acudían en su ayuda...

Entretanto, mi señora, que ha regresado a colaborar conmigo, le ha dado un poco de naranja fresca y algunos alimentos. Gracias, le dice. Yo no robo. Toco timbre, tic, y espero. Me voy, remarca. ¡Hip! E intenta, con tozudez, maniobrar el penoso carrito, entorpecido por la verde mochila aferrada a sus espaldas. Hermano, le digo, con cuidado, si te vas, andá por el borde de la calle, no subás a la vereda, siempre por la derecha y para allá; allá está la cancha del Club Unión, ¿entendés? ¿Sí? ¿Seguro? ¿Por qué no me dejas llamar al COBEM?; son muy gauchos. Te arriman hasta el barrio. Yo no te veo muy bien que digamos todavía. No, no, yo me voy con la mami... Y hoy el "otro" no le quita nada... No le quita nada... Ya va a ver... No le quita -¡Hip!- nada... ¡Hip! Y se va. Se va y no puedo creer haber sido su testigo...

 

Entonces, dejo mis dudas de lado. Sabedor de que un párrafo equívoco bien podría alimentar de mitos la historia de su heroica vida escrita por Teodoreto, Obispo de Ciro, dejo mi orgullo de lado y me juro permitir a Dios seguir escribiendo derecho con líneas torcidas... Por eso, antes de que su maltrecha figura me muestre su encorvada espalda, recuerdo que, desde la fecha de su muerte, 5 de enero de 459, un gran monasterio para monjes recoletos emerge aún hoy donde fuera su columna de virtud y santidad... Y las descubro.

Entonces, las descubro. Advierto asombrado las tres pesadas bolsas que cuelgan de la parte anterior de su mochila mendicante y cóncavas vértebras; de seguro ocultas bajo su cuerpo cuando yacía volcado en el suelo como su carro de miserias. No eran muy grandes las bolsas; pero estaban henchidas. He debido estar alucinado para leer en ellas las inscripciones tristeza, soberbia y avaricia. También he debido haber exagerado al reconocer en este hombre a un santo redivivo de la antigüedad, que, a la par de cosechar galletas y pedazos de pan o frutas, recogía del alma de cada hombre que extendía su mano desprendida hacia él, un pedazo de aquellas tres oscuridades que apagaban en el corazón humano las luces de la alegría, la humildad y la generosidad...

Sí, creo que esta noche he sufrido una visión extraña: la de comprender, en ese Cristo roto, cuan mendigos de Dios somos todos en todos. Por eso rezaré un Padrenuestro y le ofreceré esta lágrima que me lastima el orgullo de tenerlo... casi todo.-

 

 

 


Sgue..Cuento de Cordillera

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ADRIÁN ESCUDERO

Caballero de la Luz por la Paz del Mundo de la mano del Arte de la Palabra empuñada por la virtud de la humildad, la pureza de intenciones y el Amor.Trabajando con la tela humana en modo directo, específico y particular, , alumbrando verdaderas ideas y realidades .Bienvenido tras larga ausencia muy sentida, Joseph Berolo

LITERATURA Y ARTE, MISIÓN DEL ESCRITOR Y CONCEPCIÓN DE LA REALIDAD[1]

 

 

"Una brisa redentora que los abstrae por un minuto de la implacable tiranía de lo urgente. Un discurso que propone ideas pero no las impone. Una visión del mundo que no tiene pretensiones de erigirse en verdad absoluta sino que, en un universo de verdades plurales, señala y comparte aquellas a las que adhiere. Un rescate de emociones sólidas en un mundo cada vez más líquido. Un arca para resguardar bellezas perdurables que navega a contramano de los efímeros ríos de las modas", al decir del joven Poeta santafesino  Alfredo Di Bernardo[2]

 

Entendemos a la LITERATURA como a una de las bellas artes, cuya materia prima es el logos, la Palabra en lenguaje escrito; y al ARTE como a una relación intuitiva-vivencial entre el hombre y la REALIDAD, sea ésta conocida (vivencia existencial) o por conocer (develamiento existencial). Una realidad que no permanece inmutable sino sólo para el instante fotográfico (espacio-temporal) en que me detengo a mirarla o a admirarla, pero que, por lo demás, cambia permanentemente y fluye como canal de la VIDA. Una realidad que nos influencia desde el pasado y desde el presente, y que puede ser influenciable y construirse como una miríada de escenarios futuros; de tal modo que su manifestación concreta puede llegar a percibirse en las tres dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro.

En este contexto dialógico y virtual que establece lo real con el espacio y el tiempo, la LITERATURA puede fundamentarse como un código, un sistema de comunicación de las esencias de belleza y verdad que subyacen en el mundo real (fáctico, ordinario) o ideal (extraordinario, mágico, sobrenatural o fantástico) que convive en el ambiente de un aparente caos cuyas fronteras desafía la imaginación del ESCRITOR cuando intenta describirlo, descubrirlo o develarlo. Dentro y fuera de él. Porque su misma intimidad forma parte del flujo y reflujo que lo adecua o fuerza a adecuar la REALIDAD a los avatares y propósitos de su inteligencia, voluntad y libertad.

Resulta la LITERATURA pues, un instrumento augusto por medio del cual el hombre cuenta la historia de los hombres en clave retroactiva, presentiva o anticipatoria, pero figuradamente y mediante el uso de símbolos individuales y sociales que forman parte a su vez de un Universo superior, visible e invisible, que arrastra las huellas y cicatrices del pasado, las actualiza en la contemporaneidad de la existencia y las proyecta hacia el devenir de lo incierto, a través de la creación de Arquetipos y Dimensiones Sociales, en la cual uno no tarda en ubicarse como persona concreta, situada y representativa de la condición humana, sólo que bajo el egregio título de ESCRITOR, hacedor de naderías -al decir de Borges- que vuelven hacia la memoria de la vida para representarla o advertirla.

Y si convenimos en que la MISIÓN DEL ESCRITOR es la de ser testigo de su tiempo, y que la ficción narrativa (tradicional o no) se apoya siempre en lo REAL y vuelve a lo REAL -de lo contrario se tornaría evasiva y no testimonial-, podemos convenir también que muchas discusiones acerca de la esencia de determinadas afirmaciones sobre CATEGORÍAS LITERARIAS, están condicionadas, de hecho, al concepto de REALIDAD que se presuponga para clasificarlas. Es así como algunos insisten en constreñirlas al mero devenir del tiempo presente; y, otros, como negándose a sí mismos para abrirse como la lluvia más puramente al espejo de lo verdadero (de la Verdad, con mayúsculas), la ilimitan extendiendo sus alcances a las tres dimensiones a que hacíamos referencia anteriormente (esto es, el pasado, el presente y el futuro); situándola tanto en el Universo Objetivo como en el Cosmos Subetivo, en compleja síntesis de razones y sinrazones (desafiando al Caos), de temporalidad y trascendencia, de costumbres y mitos, aceptando la increíble potencia de las ideas para crear lo increado. He ahí la LITERATURA como posibilidad del hombre hecho a imagen y semejanza del Dios creador, de crear o recrear como Éste y por medio del verbo, construyendo y codificando, deconstruyendo y decodificando el Universo Total.[3]

Arturo Lomello, narrador, poeta, filósofo y ensayista santafesino (generación 1955), afirma en este sentido que, la CREACIÓN LITERARIA se sustenta en la rotura de la REALIDAD. Que obligadamente inventa un Mundo, que aunque extraído de lo que nos rodea y de nosotros mismos, no tiene una influencia directamente renovadora sobre lo establecido, pero sí iluminadora; y no negando sin embargo la importante función que ha venido y viene cumpliendo hasta nuestros días, su dimensión es PARCIALIZADA por el clásico hecho de que muchos de los auténticos creadores de LITERATURA no llegaron a realizarse como personas o hasta fueron indeseables como tales.

Esta afirmación lomelliana deviene a nuestro juicio de la necesidad de aceptar que no es MISIÓN DEL ARTE en general ni de la LITERATURA en particular, transformar al mundo. Pero sí podríamos acordar por ejemplo que, si un ESCRITOR, además de ser testigo pasivo -prima facie- de su tiempo, se ocupa de dar testimonio de coherencia entre vida y Obra -tanto en el pensar y el sentir como en el hacer-, estará ligando la SENSIBILIDAD que lo caracteriza para captar al MUNDO como co-creador de Universos Interdimensionales, con un ACCIONAR CONCRETO que ayudará a transformarlo para el BIEN COMÚN. En pocas palabras, el ARTE (la LITERATURA) quizás no cambiará al MUNDO, pero un CORAZÓN modelado por sus VALORES, tal vez sí. O, al menos, podría intentarlo...[4]

"Es que la historia del mundo -aclara Edgardo A. Pesante (1932-1988), maestro contemporáneo del cuento santafesino- se acelera; los ciclos se suceden con rapidez vertiginosa: de la Era Atómica pasamos a la Era Espacial, el hombre pone su planta en la Luna (y pronto lo hará en Marte, agregamos); el progreso científico y técnico se adelanta peligrosamente a la capacidad de adaptación del hombre. Entonces la verdadera LITERATURA -afirma Pesante-, la GRAN LITERATURA, que es la CONCIENCIA DEL HOMBRE Y DE SU DEVENIR, acusa el impacto y da sus respuestas". Respuestas que, por supuesto, no constituyen soluciones en sí mismas, porque ése no sería la MISIÓN o el COMETIDO LITERARIO: ofrece, sí, "interpretaciones, advertencias, pronósticos y hasta llega a profetizar". Cualidad esta última, la de trascender la memoria hacia la infinitud del augur humano, que emparenta definitivamente con Dios a una humil criatura llamada ESCRITOR, embriagada de papel, pluma, tinta, cinta o computadora, diestra en la PALABRA -semilla de eternidad- con la que casi todo lo puede, porque también para él, frente al caos y la nada del papel o la pantalla del procesador en blanco, en la intercesión del Universo Gütemberg con el Universo Internet, en el Principio era el Verbo, y el Verbo, la Palabra...

En un lúcido Poema, titulado "El Escritor y su Mundo", la querida amiga Poeta y cuentista santafesina, Prof. María del Carmen Villaverde de Nessier[5], nos dice:

El escritor arma y desarma / sus realidades y ficciones , / es un poco cada una de ellas. / Es capaz de transformar imágenes, / es capaz de propiciar un pueblo, / es capaz de recordar los tiempos, / es capaz de predecir espacios".

"El escritor / hace la historia / planifica los sueños, / está presente en el mundo, / en la realidad cósmica y celular de cada cosa".

"Siente y presiente, / es como un pájaro y un niño / porque contempla y abre los caminos, / orfebre y arquitecto, / amasa estremecido, / crea".

"El mundo en las palabras / es para el escritor / un juego iluminado".

"El escritor es porque sí / el rey de las palabras, / con ellas podrá trascender más allá de los tiempos. / Para su mundo es temporal y presente / y para ser posible en la multiplicidad / de los contextos, / debe lograr la distancia de lo eterno, / ir con semias profundas / bien aprendidas en los giros de sus gestos / y en el decir de todo el alfabeto. / Jamás puede ser neutro. / Tiene en su centro con multiplicidad / formal e informal / con ritmo de panal y de misterio / todo el secreto de los sentimientos".

"El escritor, en el mundo, / es un explorador, / es un jilguero, / un acechante previsor / del universo".

Y estamos de acuerdo.

El escritor arma y desarma la REALIDAD como un niño en busca de la verdad de las cosas.

Transforma imágenes como el soñador que inventa mundos y crea horizontes sin candados.

Predice y engendra espacios y tiempos, como el arquitecto que edifica de la nada.

Se hace presente en la realidad cósmica y celular de cada cosa, como testigo calificado de la historia y sueños de su tiempo.

Contempla desde lo alto como un pájaro las realidades que después modelará como un orfebre amanecido.

Y haciéndose visible en la multiplicidad de los contextos, trascendiendo carne y alma de lo increado, moverá pensamiento, sentimiento y hecho como un ceñudo explorador del caos, para cumplir así su rito mágico -en el secreto de su botica atiborrada de papeles y sucesos-, de inefable demiurgo de la Palabra...

 

Adrián N. Escudero (Santa Fe, Argentina) - UNILETRAS (Colombia para el Mundo)

Setiembre 2003/Octubre 2016.-

 

 

 

[5] Libro Antología "Letras de Bolsillo" - Tomo I (Taller Literario "El Patio"). Impresos S.A. Santa >Fe, julio 2003. Págs. 5/6.-


 

RESEÑA DE AUTOR
Dr. CPN (MDE-CT) ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO - N. 1951 (Santa Fe, Argentina). E-Mail: adrianes@hotmail.com. Ex F. Pco. Pcial. y ex docente (UNL y UCSF). Escritor (narrador, ensayista, jurado, conferencista, prologuista y crítico literario). Como Narrador cultiva los géneros: realismo mágico, maravilloso, fantástico, terror, y ficción conjetural y metafísica: Autor de 3 Libros de cuentos editados: Los Últimos Días (Ed. Colmegna SRL, Santa Fe, 1977), Breve Sinfonía (Ed. Colmegna SA, 1990) y Doctor de Mundos I (El Sillón de los Sueños) 9 (Ed. Vinciguierra, SRL, Bs. As., 2000) ; 9 Libros inéditos: Piedras (una Fábula Mitológica) (2016); Doctor de Mundos II (Visiones Extrañas) (2016); Doctor de Mundos III (Mystagogia Narrativa o El Legado de Juan) (2016); Apocalipsis Bang (2015); Mundos Paralelos (2014), El Emperador ha muerto (2011); Desde el Umbral... (2011); El Reino de los Sueños I (2011); Nostalgias del Futuro (Antología, 2009); y 7 libros de cuentos en desarrollo:; Los Espaciales; Perdido en el Templo (En los umbrales de mi Getsemaní); Punciones Mentales; Mixturas Cotidianas; Atila y Otros Cuentos de ABC y El Reino de los Sueños II, y 5 Breviarios Literarios editados: Breviario Literario - Septeto ( Colección Mesa de Cuentistas ASDE, 1996); Apocalipsis bang - Las siete Parábolas de la In-Creación (Ed. Vinciguerrra SRL, Bs. As., 1999); Los Últimos días - Tetralogía (Ed. Mundo Cultural Hispano, España, 2005); El Emperador ha muerto - Tríptico (Colección La Abadía, Vol. 10. Ed. Ciudad Gótica - Rosario, 2006); y Teofanías y otros relatos (Colección 30º Aniversario SADE-Filial Santa Fe, 2006).
 
Premiado en 60 certámenes literarios (locales, regionales, nacionales e internacionales). Su obra forma parte de 39 Antologías (Argentina, Bosnia, España, Colombia, Marruecos, México, Guatemala, USA, etc.), y Suplementos Culturales, Diarios y Revistas Literarias, de orden local, nacional e internacional. Ha publicado en 40 Magazins virtuales (Las Américas, Europa, África y Asia). Su perfil biográfico se destaca en: Nueva Enciclopedia de la Provincia de Santa Fe - Edic. Sudamérica - Sta. Fe (Argentina, 1992); Breve Diccionario de Autores Argentinos. Edic. Atril - Bs. As. (Argentina, 1999); Selecciones Biográficas Narradores Santafesinos. Edic. Tauro - Sta. Fe (Argentina), 1994); Un siglo de Literatura Santafesina. Edic. Culturales Santafesinas - Rosario (Argentina, 1999); y "Los que hicieron Santa Fe". Cap. 34 - La Creación Literaria - Edic. Diario "El Litoral" - Sta. Fe (Argentina, 2005). Condujo durante 1979-1987, junto al escritor Edgardo A. Pesante, (1932-1988) el Programa "Acontecer Literario" (LRA 14-RN-Sta. Fe). ENTIDADES Y FOROS CULTURALES: a)-LOCALES: membresía en A.S.D.E.; SADE-Sta. Fe; ICH-Sta. Fe.; El Puente; ASL; SEPA; A.D.E.I.S. (colaborador ad hoc); b)-NACIONALES: ESCRITORES.ORG; F. PARNASSUS (Buenos Aires); F. LAZOS DE ARTE Y AMISTAD (Buenos Aires); F. MAPUCHE (Buenos Aires); F. LETRAS EN EL ANDÉN (La Pampa); y c) INTERNACIONALES: F. MCH (España); F. DIOGEN P.K. (Bosnia); F. CAFÉ DE ESCRITORES (USA); F. CLUB LITERARIO CERCA DE TI (España); REMES (España); UEH (Colombia); UDME (Perú); UNILETRAS (Colombia: Vicepresidente Internacional Adjunto y Consejero Asesor Presidencia - Embajador de Buena Voluntad); OMT (México-USA: Vicepresidente Argentina); CIRCULO INTERNACIONAL DE NARRADORES Y POETAS DEL MERCOSUR (Rosario, Argentina) - (Miembro Fundador y Embajador de la Paz y Defensor del Medio Ambiente WWPO-Rosario) y Miembro Permanente Staff Revista Virtual LUNASOL (Texas/USA - Alicante/España).

 

Febrero 2017



RESEÑA DE AUTOR

Dr. CPN (MDE-CT) ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO - N. 1951 (Santa Fe, Argentina). E-Mail: adrianes@hotmail.com. Ex F. Pco. Pcial. y ex docente (UNL y UCSF). Escritor (narrador, ensayista, jurado, conferencista, prologuista y crítico literario). Como Narrador cultiva los géneros: realismo mágico, maravilloso, fantástico, terror, y ficción conjetural y metafísica: Autor de 3 Libros de cuentos editados: Los Últimos Días (Ed. Colmegna SRL, Santa Fe, 1977), Breve Sinfonía (Ed. Colmegna SA, 1990) y Doctor de Mundos  I (El Sillón de los Sueños) 9 (Ed. Vinciguierra, SRL, Bs. As., 2000) ; 9 Libros inéditos: Piedras (una Fábula Mitológica) (2016); Doctor de Mundos II (Visiones Extrañas) (2016); Doctor de Mundos III (Mystagogia Narrativa o El Legado de Juan) (2016); Apocalipsis Bang (2015); Mundos Paralelos (2014), El Emperador ha muerto (2011); Desde el Umbral... (2011); El Reino de los Sueños  I (2011); Nostalgias del Futuro (Antología, 2009); 7 libros de cuentos en desarrollo:; Los Espaciales; Perdido en el Templo (En los umbrales de mi Getsemaní); Punciones Mentales; Mixturas Cotidianas; Atila y Otros Cuentos de ABC y El Reino de los Sueños II, 5 Breviarios Literarios editadosBreviario Literario -  Septeto ( Colección Mesa de Cuentistas ASDE, 1996); Apocalipsis bang - Las siete Parábolas de la In-Creación (Ed. Vinciguerrra SRL, Bs. As., 1999); Los Últimos días - Tetralogía (Ed. Mundo Cultural Hispano, España, 2005); El Emperador ha muerto - Tríptico  (Colección  La Abadía, Vol. 10.  Ed. Ciudad Gótica - Rosario, 2006); y Teofanías y otros relatos (Colección 30º Aniversario SADE-Filial Santa Fe, 2006).

Premiado en 60 certámenes literarios (locales, regionales, nacionales e internacionales. Su obra  forma parte de 39 Antologías (Argentina, Bosnia, España, Colombia, Marruecos, México, Guatemala, USA, etc.), y Suplementos Culturales, Diarios y Revistas Literarias, de orden local, nacional e internacional. Ha publicado en 40 Magazins  virtuales (Las Américas, Europa, África y Asia). Su perfil biográfico se destaca en: Nueva Enciclopedia de la Provincia de Santa Fe - Edic. Sudamérica - Sta. Fe (Argentina, 1992); Breve Diccionario de Autores Argentinos. Edic. Atril - Bs. As. (Argentina, 1999); Selecciones Biográficas Narradores Santafesinos. Edic. Tauro - Sta. Fe (Argentina), 1994); Un siglo de Literatura Santafesina. Edic. Culturales Santafesinas - Rosario (Argentina, 1999); y  "Los que hicieron Santa Fe". Cap. 34 - La Creación Literaria - Edic. Diario "El Litoral" - Sta. Fe (Argentina, 2005).  Condujo durante 1979-1987, junto al escritor Edgardo A. Pesante, (1932-1988) el Programa "Acontecer Literario" (LRA 14-RN-Sta. Fe). ENTIDADES Y FOROS CULTURALES: a)-LOCALES: A.S.D.E.; SADE-Sta. Fe; ICH-Sta. Fe.; El Puente; ASL; SEPA; b)-NACIONALES: ESCRITORES.ORG; F. PARNASSUS (Buenos Aires); F. LAZOS DE ARTE Y AMISTAD (Buenos Aires); F. MAPUCHE (Buenos Aires); F. LETRAS EN EL ANDÉN (La Pampa); y c) INTERNACIONALES: F. MCH (España); F. DIOGEN P.K. (Bosnia); F. CAFÉ DE ESCRITORES (USA); F. CLUB LITERARIO CERCA DE TI (España); REMES (España); UEH (Colombia); UDME (Perú); UNILETRAS (Colombia: Vicepresidente Internacional Adjunto y Consejero Asesor Presidencia - Embajador de Buena Voluntad); OMT (México-USA: Vicepresidente Argentina); CIRCULO INTERNACIONAL DE NARRADORES Y POETAS DEL MERCOSUR (Rosario, Argentina) - (Miembro Fundador y Embajador de la Paz y Defensor del Medio Ambiente WWPO-Rosario).----------------------------------------------------------------

Octubre 2016



[1] ESCUDERO - ADRIÁN NÉSTOR (Santa Fe, Argentina, 1951) - Narrador y ensayista. Ensayo "COMENTARIOS SOBRE LITERATURA" - Capítulo I - Setiembre de 2003: A.t. Setiembre/Octubre 2016.-

 

[2] DI BERNARDO, Alfredo (Santa Fe, Argentina, 1965). Poeta creador de la Asociación Cultural "El Puente" (1998) y director responsable de la Micropublicación "El Regalador" - Editorial del Nº  400. Pág. 18-05-2012.-



[3] Al respecto y acerca del Autor de estos comentarios, el Prof. Eugenio CASTELLI (Rosario), fallecido hace pocos años, en su postrer Libro "Un Siglo de Literatura Santafesina - Poetas y Narradores de la Provincia (1900-19995)", de Ediciones Culturales Santafesinas, 1998, al referirse a nuestra diversificada narrativa aunque inclinada preferentemente al cultivo de letras "de proyección fantástica, pero en línea de la literatura de anticipación, con un trasfondo religioso", expresaba a colación de lo que hemos venido sosteniendo precedentemente que dicha expresión literaria de tono fantástico no era, "... una literatura lúdica, sino un claro compromiso en torno a valores trascendentes del hombre de esta época. (Ya que) En una entrevista periodística, en 1980, señalaba que "Escudero" entendía su misión de escritor como ´simplemente la de ser testigo de su tiempo". Y remarcaba: "La ficción se apoya en la realidad. Si la realidad no me preocupara no escribiría, pero sucede que lo hago a través de otro lenguaje: el de los símbolos. Mi aspiración es que ese lenguaje vuelva a la realidad. De otro modo sí sería evasiva´". Y da cuenta Castelli del alcance de dichas manifestaciones, escribiendo sobre este Autor: "En el primer volumen, LOS ÚLTIMOS DÍAS (1978), se hace evidente la finalidad de reflejar la realidad a través de símbolos, mediante construcciones narrativas ubicadas en un futuro en que el mundo se transforma por los tremendos avances de la tecnología, con situaciones límites en que la máquina sustituye cada vez más a lo humano. El drama se traslada a la realidad existencial de los robots, carentes de los atributos humanos de sentimiento y amor, o de las criaturas aplastadas por un mecanicismo que ahoga toda posibilidad de redención. Como un ejemplo de este tipo de narración, citemos un fragmento de uno de sus cuentos mejor logrados: "Los días grises", en que se desnuda el drama de un personaje, Fermín, al descubrir su naturaleza robótica, y la imposibilidad que ello implica de vivir normalmente:

 

   "(...) Se golpeó con una mano la otra. También se golpeó el tronco y las piernas. No sintió nada.

    Entonces, lloró amargamente.

   Y las volvió a odiar. Odió a ese llanto porque era simplemente un ridículo espejo que intentaba venderle una humanidad que ya no existía en él.

   Que no existía en ningún hombre.

   Sus padres sabían lo de Lina. Fermín se había enamorado. Pero ellos no podrían...

   Y todo desaparecería.

   Los hombres morirían un día gris, en una ciudad gris, con un viento gris y una nieve gris.

   Por eso, Fermín seguía sollozando...

   De pronto, aquella corriente ácida dejó de circular por su joven, tosca, dura y torpe cara. Había agotado sus reservas.

   Su cerebro había quedado solo. Solo para comprender que era lo único humano que desde hacía una década atrás quedaba en la figura de los despojados hombres. Solo para comprender que todo ese cuerpo, y con él sus manos y piernas, eran un complejo sistema eléctrico, renovable de tanto en tanto, para adaptarlo a su desarrollo, activarlo y protegerlo contra la radiación mortal del viento y la nieve de aquellos atómicos días grises... Solo para comprender que los autómatas no pueden amar ni tener hijos y, por tanto, comunicar la vida para multiplicar su raza como las estrellas del cielo. No pueden hacerlo, porque el tiempo se ahogó en la escarchar de esos días grises. De los últimos días, Fermín...".-

 

[4] Fragmento del email enviado por el Autor a UNILETRAS/SJ (Colombia para el Mundo), el 18-10-2016, acerca de los medios para alcanzar la Paz, y que se agrega en dicha fecha como nota del pie del presente, y para mayor y eficaz abundamiento:

"... Y es en ese intento donde las almas alcanzadas por la habitación de Dios en su corazón, ungidas por los sentimientos de Cristo, Nuestro Señor y Redentor, Príncipe de la Paz (Y Único que DA la verdadera Paz: "Mi paz os dejo, mi Paz os doy, mas no como la da el mundo")se ponen al servicio del Dueño de la Paz como instrumentos de Paz ("Señor, haz de nosotros, INSTRUMENTOS DE TU PAZ" - San Francisco de Asis). Pues la Paz, asimismo, no es sólo finalidad a alcanzar individual y/o colectivamente, sino instrumento insoslayable para intentar conciliar, "al menos" (dixit Dra. Eunate Goicoextea, Alicante, OMT España), una y otra vez, los intereses individuales y sociales de los hombres, bajo el precepto ecuménico, hasta ahora utópico, de forjar la Unidad plena del género humano en la Diversidad de sus complejas idiosincracias. 

De ningún modo somos pues, "dueños" de la Paz verdadera (que va mucho más allá del mero orden y tranquilidad exteriores), sino instrumentos por un lado (reflexionamos, nos formamos, trabajamos, misionamos, nos ORGANIZAMOS y sembramos acciones por y/o para la Paz -proceso tan íntimo y perfecto que sólo en cohabitación con Dios puede conocerse y EXPERIMENTARSE, en tanto discurrimos y planificamos sobre o acerca de Ella o de la Paz-); y, por otro, somos mendigos de sus dones de equilibrio, sensatez y sabiduría cósmica (religamiento de Dios con el Hombre y el Orden Natural y Social): modelo de Humildad y Desprendimiento Generoso y Servicial donde la Fe -que se renueva desde Dios para con el hombre "con cada hombre que nace" (Martin Luther King)-, y la "Esperanza contra toda esperanza" (San Pablo)-que no nace sino de Aquel sin el cual nada podemos ("Sin Mí, nada pueden")-, se renuevan y fructifican en Caridad o Amor Ofrenda y Paz fraterna.