CONCIERTO DE LA ALBORADA 2015AFILIACIONNações Unidas das Letras

TRUCO

 

Dos parroquianos
Juegan su tedio.
Cuarenta cartas
Suman los puntos
Con los porotos
Graves del truco.

 

 

Un perro manso
Los acompaña.
Todos se olvidan
De sus asuntos.
En el café
El tedio es mucho.

 

 

El mostrador
Del viejo bar.
Horas vacías
Mirando el humo.
¡Qué solos beben
Su envido y truco!

 

 

Igual que un barco
Perdido el rumbo.

 

 

Jorge Castañeda
Valcheta (RN)

 


EL POEMA

El camino y el árbol,
La acequia y el agua,
Los últimos pájaros
Volando en bandadas.
El viento y las hojas
Jugando encantadas
Y algunas estrellas
Hermosas y pálidas.

¡Y yo qué solito
Rumiando palabras!


Los niños que juegan
Tras de mi ventana
Y el camino largo
Corriendo distancias.
La noche que viene
Buscando mañanas
Serenas las horas
De dulces nostalgias.

!Y yo qué solito
Rumiando palabras!

La mesa dispuesta:
El vino y la hogaza,
La fuente sabrosa
Y el agua en la jarra.
La ocasión invita
con sutil bonanza
Y una luz amena
Alumbra las almas.

¡Poema te dejo,
Seguimos mañana!


Jorge Castañeda
Valcheta


http://jorgecastañeda.fullblog.com.ar

JORGE CASTAÑEDA
N. Descalzi sn Valcheta (Río NegroPatagonia Argentina Escritor y poeta nacido de padres rionegrinos en la ciudad de Bahía Blanca y radicado desde al año 1973 en Valcheta (RN), Argentina.Tiene 11 libros publicados, pertenece a varias instituciones y academias mundiales y es conferencista de medios patagónicos. Ejerce  el periodismo tanto radial como es crito. Entre otras distinciones es "Ciudadano Ilustre de Río Negro", "Cónsul de Poetas del Mundo" y "Embajador Universal de la Paz", Unesco, Ginebra.

A UNA MUJER CON SOMBRERO

Sobre un cuadro de Amedeo Modigliani 
 ¡Cuánta tristeza en los ojos!

¡Y cuánto hastío!

¡Y la mano con el dedo

En el mentón del rostro

Sesgado y frío!

  Rojo, amarillo y negro

Y el vestido y el cabello

Y el círculo sombrío

Del ala del sombrero.

  Si miramos a la mujer

La mujer nos mira.

Y tal vez el pintor

En su atroz desvarío.

  Jorge Castañeda

Valcheta

 

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LA MUJER CON ALCUZA

Me persigue por las noches
Con tenaz obsesión.
Ya no me sorprende
Con su silencio quieto.
Yo la espero resignado
Y ella solo me mira.
O me parece.

Es la mujer con alcuza.

Si estoy recostado en mi cama
Dormitando o leyendo
De pronto se aparece
Vestida como siempre.
Se tiende frente a mí.
Sube la pared
Hasta suspenderse
Cerca del cielorraso.

Es la mujer con alcuza.

¿Por qué me miran sus ojos?
¿Qué significa el color de su rebozo?
¿Por qué cuando despierto
Por las madrugadas
La encuentro?

¿Acaso el pintor
Ha compuesto este retrato
Pensando en mí
O en don Dámaso Alonso?

Es la mujer con alcuza.


Su misterio me perseguirá siempre.
¿Qué lleva en su recipiente?
¿Agua o aceite?

Jorge Castañeda

AMIGA NO TE VAYAS

 

Amiga no te vayas, quédate con la tarde
Tan llena de arrebol. Que nada te acobarde.

Ni mi estar siempre triste ni mi forma de ser.
Soy así con mis cosas, tú lo debes saber.

Hay una paz contigo que no puedo explicar.
Años de marchar juntos, de tanto caminar.

Amiga no te vayas. El sol se esconde herido
Pintando los mimbrales. Pronto habrá fenecido

El día. Y otros afectos vendrán con sus premuras.
Tristezas y alegrías. Nostalgias y ternuras.

Debemos estar juntos como buenos hermanos
El corazón en paz y serenas las manos.

Amiga no te vayas. Sé cómo los racimos
Dorados del verano. Que lo que no dijimos

Nos una más que todo. Florecerá el rosal
En los huertos furtivos y más allá del mal

Y del bien estaremos. Más allá de la puesta
Del sol y del ocaso será todo una fiesta.

Amiga no te vayas. La mesa está dispuesta.

Jorge Castañeda
Valcheta (RN)


,Difundir y promocionar toda la actividad cultural y literaria en la Patagonia Muchas gracias poeta por incorporar a los escritores del fin del mundo, de esta exótica región de la Patagonia donde se cuecen habas y legumbres. Donde se caen las palabras de toda cartografía y la poesía levanta sus cuarteles.

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LAS RAICES DE LA VIDA

 

He de volver a las raíces
Como ellas a su sustento
Para acopar por arriba
En un pedazo de cielo
Y crecer con el nutriente
Sagrado de los afectos
Poemaa delo mes. 3.2013 

 

ECLESIASTES

 
Yo voy juntando estrellas en la noche callada
Y me brillan las manos con clarísima luz.
Yo maneo al lucero en plena madrugada
Y la traza conozco donde marcha la Cruz.
Yo sé que las Marías encuentran su morada
En el cielo más bello que se ha visto en el Sur.
 
 
Yo conozco las huellas del puma predador
Y voy por las picadas llevando mi verdad.
Yo he mirado la luna en todo su esplendor
Cuando viste de plata su clara vanidad.
Yo presiento en el aire el inquieto rumor
Que viaja en el cielo con voz de tempestad.
 
 
Yo levanto las piedras pulidas por el río
Y me subo a los montes del último confín.
Yo viajo con el viento como si fuera mío
Y abrevo en las vertientes un alba de carmín.
Yo conozco los nidos en el peñasco frío
Donde remonta el águila con su vuelo sinfín.
 
 
Yo conozco los vados del río en la espesura
Y del mar impetuoso he gustado la sal.
He mirado los pájaros que vuelan en la altura
Y pesado en mis manos la roca mineral.
Yo sé que hay en las cosas una cierta ternura
Y también muchas veces una pizca de mal.
 
 
He visto muchas cosas y todo es vanidad
Dice el Eclesiastés. Y también el hastío
Que en el alma nos deja no encontrar la verdad.
Ser falibles y pobres, menguado todo brío,
Esperando la barca que con cierta ansiedad
Para siempre nos lleve en las aguas del río.
 
 
 
Jorge Castañeda
Valcheta
 
 

 

LAS RAICES DE LA VIDA

He de volver a las raíces
Como ellas a su sustento
Para acopar por arriba
En un pedazo de cielo
Y crecer con el nutriente
Sagrado de los afectos.


He de volver a las raíces
Que brindaron mi concierto
Para ser un poco sombra
Y que me miren de lejos.
Tal vez halle algún pájaro
Su solaz y su contento.


He de volver a las raíces
Y a su hontanar secreto
Para crecer en grandeza
Cuando lo exija el momento
Y no parecerme al tamo
Que se lo llevan los vientos.


He de volver a las raíces
Que trabajan en silencio
Oscuras de tanta tierra
Pero firmes en su intento.
¡Sólo se arraiga en la vida
Teniendo buenos cimientos!

Jorge Castañeda
Valcheta (RN).-


Soy un ratón más junto a otros miles que saliendo subyugados de sus cubiles y de sus agujeros vamos en pos de la música embriagante del flautista de Hamelín.
Me observo escuchar embelesado en los días redondos de mi infancia la siringa del afilador y adivino las chispas de la piedra de afilar sobre el acero brillante de cuchillos y tijeras.
Con el perdón de Rubén Darío y su responso, como otro Verlaine de estos tiempos "le doy a la siringa agreste mi acento encantador".
Quiero glosar a Pan, el dios griego de la fertilidad y los pastores, habitante de Arcadia, del que proviene el término "pánico", portador de cuernos, largas orejas y patas de carnero que al perseguir a una ninfa para someterla, la pérfida se convirtió en caña dejándolo amargado y melancólico hasta que con el correr del tiempo a falta de mujer, bien pudo decir el sátiro, buena es la siringa.
Escucho en el cañaveral como aquel viejo campesino los sonidos del viento en las cañas quebradas y a la mañana siguiente con mis propias manos voy dando forma y sonido a la zampoña.
Tocando mi flauta me siento como el encantador de serpientes del bello cuadro del aduanero Rousseau. Flauta dulce quiero decir, nunca amarga. Como la piritaña que hacen los muchachos alegres con las cañas del alcacer. O de carrizo, de cebada, de azúcar, de calabaza, de hueso de llama, de piedra. Fístula. Tibia. Flauta.
Quiero hablar con el silencio. Soplar la flauta vertical del pinkillo. Darle a la quena las notas agrestes de su paisaje. Acariciar la boca redonda del sikus como los labios morenos de una mujer campesina. Hacer brotar del cuerpo pequeño y apretado de la pifilka el canto perdido de los viejos mapuches.
Tener la boca grande para tocar la armónica que también se llama flauta.
Quiero reunir muchos flautistas para que dancen los pueblos. Para hipnotizar a los incautos. Para que la cobra lentamente salga del encierro de su cesta de juncos. Para librar a los poblados de las plagas de ratones y otras sabandijas pequeñas y molestas. Para enamorar a las ninfas en la espesura de los bosques. Para mi propio concierto y regocijo. Para que el viento pase por sus tubos y toda la música del Olimpo baje a la tierra para alegrar el corazón de los hombres.
Flauta, flautín, zampoña, siringa, fístula, caña, tibia, hueso, sikús, quena, pinkillo, pifilka, armónica, dulce o traversa, simple o compuesta, artesanal o mecánica.
Quiero escribir esta crónica en su homenaje. Que le broten notas a las palabras. Que la música escape del papel. Que la crónica raye en el elogio descarado.
Que tenga todo el tiempo del mundo, hasta que las velas no ardan o simplemente "hasta que le suene la flauta al burro".

 

 

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email,jorgecastaneda20032000@yahoo.com.ar


COMENTARIO DEL POEMA

En estos versos sencillos y totalmente cálidos, el autor realiza una enumeración de elementos simples del quehacer cotidiano (la mesa dispuesta, el vino y la hogaza, el agua en la jarra) unidos a elementos del paisaje que lo circundan (el árbol, el camino, las acequias, los pájaros, las estrellas) en contrapunto con la soledad del poeta que los observa y los incorpora a su alma la cual siempre aparece mencionada como "rumiadora de palabras".En este poema intimista y totalmente respetuoso de la vida cotidiana, nos presente, una vez más su visión simple y valorativa de la ida porque "siempre una luz amena, alumbra a las almas".En notable, por lo que destaco, de que modo, esa referencia por las cosas sencillas le otorgan comunicabilidad a su poesía, que nunca recurre a juegos artificiosos, superfluo`o vanos, lo cual ya es de por sí, algo encomiable.


Profesora
Cristina Montero
Rosario - Santa Fe