PROPÓSITO INFINITO
La vida me ha enseñado
a saber agradecer
ni la maldad ni el poder,
habrán de parar mi mano.
Como habitante, lejano,
de este punto del planeta
voy dejando en mis cuartetas
un propósito infinito.
De
América ser un grito,
del Perú un testimonio,
de Uruguay ser un demonio
contra la fiera ignorancia.
Voy confirmando mis ansias,
voy entonado
mi lira,
voy dejando decidida
mi misión de acompañar.
Las letras comprometidas,
de mi mente, son hermanas
de las
Naciones Unidas
de las Letras Soberanas.
Carlos
Arboleda
(madrugada de 13/8/2011)